¡Hola, ciudadanos/as! ¿Cómo lleváis la semana? ¿Tenéis muchas lecturas entre manos? Regreso un día más al blog con una nueva reseña sobre un libro completamente diferente al que os enseñé el pasado lunes. En esta ocasión vengo con un retelling muy diferente a todo lo que había leído hasta ahora, un libro que llega a España tan solo dos meses más tarde de su publicación en EEUU, y una historia que aterriza en nuestro país con muchas menciones, premios literarios y nominaciones para ser una de las lecturas imprescindibles de este 2020. Os hablo de Cenicienta ha muerto, un libro que se acaba de publicar con Fandom Books y que, aunque tiene cositas que no me han terminado de convencer, en sí es un libro que me ha gustado bastante. ¿Quieres saber más? ¡Te dejo aquí debajo mi completa opinión!
SINOPSIS:
"Cenicienta lleva muerta doscientos años. Estoy enamorada de mi mejor amiga y los soldados me persiguen".
Han transcurrido doscientos años desde que Cenicienta encontrara a su príncipe, pero el cuento se ha acabado. Ahora las jóvenes adolescentes son requeridas para asistir al baile anual, donde los hombres del reino seleccionan a sus esposas en base al despliegue de galas y atuendos de las jóvenes. Las chicas que no son elegidas desaparecen sin dejar rastro.
Sophia es una joven de dieciséis años que preferiría más que nada en el mundo casarse con Erin, su mejor amiga, antes que desfilar delante de los pretendientes. Al llegar al baile, toma la decisión desesperada de huir y acaba ocultándose en el mausoleo de la princesa. Allí conocerá a Constance, descendiente de una de las hermanastras de Cenicenta.
Hace doscientos años, Cenicienta era presa en su propia casa y a causa de su propia familia. Hace doscientos años, un hada madrina hizo posible lo imposible: convirtió una calabaza en una majestuosa carroza, creó de la nada un vestido como ningún otro y llevó a una chica soñadora hacia su nueva vida. Hace doscientos años, un zapato de cristal hizo que El Príncipe Encantador y su amada Cenicienta se casaran y fueran felices por siempre jamás. Pero, ¿y si la historia no fuera así? ¿Y si lo que era un sueño es, en realidad, una pesadilla? Sophia siempre se ha criado con la leyenda de Cenicienta como única verdad. Siempre ha sabido que su labor como mujer es ser un día la esposa de alguien y formar a la familia deseada para seguir con la tradición. Pero Sophia ve más allá y pronto descubre que el sistema en el que casi todo el mundo cree no es más que una fachada para esconder los terribles secretos que guarda su reino. Obligada a asistir al baile anual, por el cual podría ser elegida por alguno de los hombres que asisten para casarse con él, Sophia es testigo de como la crueldad de su reino azota a sus seres más queridos. Y, cuando sabe que escapar con Erin, su mejor amiga y de la que lleva enamorada desde hace tres años, es la única solución para ser libre, hará todo lo posible por conseguirlo. Sin embargo, escapar de su reino no es tan fácil como piensa, en cualquier momento cualquiera puede culparla por pensar o actuar de manera indebida, y llevarla así a su fin. Lo que Sophia no sabe es que, en algún punto, existe una facción que desea destronar el poder de un rey corrupto y, para ello, todo lo que Sophia jamás creyó real se convertirá en las únicas armas que podrían poner fin para siempre al oscuro reinado.
Por mucho que hayan pasado ya años desde que los retelling inundan nuestras estanterías, hay algunos que siguen sorprendiendo gracias a su frescura y originalidad. Hace poco os hablaba en el blog de El amor y otras maldiciones, un retelling de La Bella y la Bestia que me gustó al aportar algo nuevo dentro de lo que es el cuento clásico. Y, ahora, vengo con un retelling de, quizás, uno de los cuentos que menos se reimaginan. Al menos, que yo recuerde, tan solo he leído dos libros basados en La Cenicienta. Y este, Cenicienta ha muerto, es el tercer libro que cae. Sin embargo, este es un claro ejemplo de lectura que no permite la frase "un retelling como otro cualquiera". Cenicienta ha muerto es de esos libros que ya te llaman por su título, pero caes sin poder evitarlo en sus garras en cuanto lees su sinopsis: una chica que lucha para estar con su mejor amiga, de la que lleva enamorada tiempo, dentro de una sociedad patriarcal; una chica que sueña con volar y ser libre; una chica que se mete de lleno en una guerra por la igualdad y los derechos de los que carece solo por ser mujer. Con tan solo esos ingredientes, Cenicienta ha muerto se convierte en uno de esos libros que hay que leer en algún momento sí o sí y, a pesar de que no es un libro perfecto, es una historia que cumple sin problemas con su misión principal.
Usando una narración en primera persona a través de nuestra protagonista, Sophia, Cenicienta ha muerto es un libro que, para mí, tiene tres arcos que van dejando diferentes ritmos y sensaciones a medida que se avanza en la lectura. Como podréis intuir, las primeras páginas irán enfocadas a ser una introducción que nos presentará y nos dará a conocer un reino que se aleja completamente de aquel que tenemos en nuestras cabezas desde que vimos o leímos por primera vez La Cenicienta. Han pasado doscientos años desde que se produjo ese hecho y, como tal, las cosas han cambiado drásticamente. La verdad es que ha sido una introducción muy acertada y que me ha tenido muy atrapada gracias a lo interesante que se hace ver todo. Puede que no sea una trama vertiginosa al estar tan centrada en caminar por esos inicios que nos dejará, más tarde, todo un torbellino de situaciones, personajes y decisiones, pero la autora sabe darle, en algunos puntos, un toque más apremiante, con algo de tensión y acción, capaz de dar con ello un cambio en el momento adecuado a la vez que nos mete de lleno en una sociedad que pone el vello de punta a través de buenas descripciones y detalles que consiguen recrear a la perfección un estilo de vida completamente diferente al que nos podríamos esperar. ¿Cómo sería vivir en un sitio donde las mujeres no tienen voz ni voto, y son tratadas como meros trozos de carne? Tengo que reconocer que, mientras leía esa parte, me entraba una impotencia brutal. Acompañar a Sophia a través de las leyes, las costumbres y las apariencias sobre las que se asienta el reino es peligroso, y puede que emocionante, para qué negarlo, ya que cualquier paso en falso puede significar vivir un día más o morir. Lo que es indudable es que este comienzo es acertado y original y, gracias a esos interesantes momentos que vamos a vivir, el libro puede contar con un inicio muy potente e impactante.
Es por eso que, cuando las cosas empiezan a torcerse, cuando se empieza ver mejor la oscuridad del reino y cuando aparecen los primeros giros argumentales, el libro y la lectura va a adoptar un estilo frenético de pura supervivencia, donde iremos de un lado para otro y donde empezaremos a indagar mejor en toda la historia que Kalynn Bayron nos quiere contar aquí. Es en estos momentos cuando, bajo mi punto de vista, empieza ese segundo arco. Y, a diferencia de lo que hemos leído hasta llegar a este punto, esta mitad del libro se volverá mucho más detallista y pausada, sin apenas tener escenas cargadas de acción, y estando en todo momento bajo un manto explicativo con el que se empiezan a encajar todas las piezas del rompecabezas que teníamos desde el principio. Es en este punto donde el propio término retelling hace su trabajo, cogiendo la historia original, modificándola y añadiendo, a través de bosques encantados, criaturas mortales y brujas sin varita, los cambios realizados por la autora para hacer de Cenicienta ha muerto un cuento clásico cargado de representación y lucha social. Las leyendas, los mitos y el pasado serán ahora el escenario principal de una trama que apuesta por centrarse en desarrollar toda la oscuridad que nos envolverá y, sobre todo, a su protagonista y los personajes que estarán a su alrededor. Se trazarán planes, habrá nuevos giros interesantes para la trama, algunos sorprenderán y otros serán esperados, y tendremos páginas para prepararnos para esa batalla final que está a punto de llegar. Es ahí cuando entra este último arco de la historia, uno que vuelve a retomar la rapidez que teníamos al principio, regresando a la acción y al peligro constante que acecha en cualquier esquina. Todo lo que se ha planeado hasta ahora al fin explota y se pone en marcha, una carrera a contrarreloj que pondrá muy a prueba a nuestra protagonista, teniendo que engañar y luchar con garras contra una maldad y poder que no será fácil vencer. Son unos momentos finales muy buenos, que no dejan espacio para respirar, viendo como todo se sucede de manera muy directa y sin estancarse para dejar un punto y final que cierra completamente cualquier puerta que podría haber estado aún abierta, transmitiendo un mensaje potente con el que te deja con muchas ganas de seguir leyendo a la autora en una nueva ocasión.
Junto a esto, otro de los grandes pilares con los que llega este libro es su alta dosis de representación. Nuestra protagonista, Sophia, es queer y una chica negra. Y, al igual que en casi todos los demás personajes que nos vamos a encontrar, esta representación será fundamental para guiarlos a través de diferentes sendas y decisiones. Es de agradecer que, cada día, haya más y más representación LGTB+ en la literatura actual. Y que eso sirva también para acompañar a una trama que tiene como mensaje central una lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres, es que me parece genial. Como ya os he dicho, el reino que tendremos por delante es machista y muy patriarcal. Las mujeres solo tienen un fin y no pueden aspirar a nada, teniendo que aguantar incluso insultos y maltratos sin poder quejarse ni defenderse para no ser ahorcadas o decapitadas. Sophia es una protagonista fuerte y con mucha valentía, muy cabezota y decisiva, sabe perfectamente lo que quiere para su futuro. Y me ha encantado verla luchar sin rendirse para dar con una vida mejor y para terminar con la opresión que solo daba justicia a los mismos.
A pesar de todo ello, si tuviera que apuntar algo como negativo, eso que ha hecho que este libro no sea perfecto, es justamente que sea autoconclusivo. Creo que esta historia hubiera funcionado mejor con una trama más extensa y dividida en, al menos, un libro más. Personalmente, me han faltado más escenas, más desarrollo y más acción en algunas partes, especialmente en este arco central que andará de manera muy lineal y con un poco de monotonía. Esto se refleja, también, en una parte fundamental de la historia que se nos cuenta, la existencia de un grupo rebelde que, desde el escondite, dan mucha guerra al reino y a su príncipe. Creía que este grupo iba a estar más presente, iba a tener más relevancia, estando Sophia incluso dentro de sus filas. Pero, en realidad, es una mera mención que no lleva a ningún lado. Sabemos que está ahí, pero no nos introducimos nunca en su propia batalla. Eso hace también que creer que todo el peso de la lucha recae en tan poca gente, con tan poco recursos, sea complicado. Y, junto a esto, desgraciadamente tengo que meter al romance como algo que también ha sufrido estas consecuencias. Me ha dado algo de rabia que esa representación LGTB+ que hay en el libro se resuma en un instalove que tampoco me he creído al saber desde qué punto parte Sophia en cuanto a sus sentimientos. Me ha resultado forzado esto de meter una relación sea como sea, aunque no tenga base ni desarrollo suficiente como para que funcione sin problemas. La verdad es que ha sido un fallo gordo por parte de la autora, no sabiendo muy bien cómo introducir algo así en una historia que, sinceramente, tampoco lo pedía.
En conclusión, Cenicienta ha muerto es un retelling innovador con mucha carga social que recomiendo mucho leer a pesar de sus pequeños fallos. Ver una versión completamente diferente, fresca y oscura del cuento clásico ha sido muy interesante y, aunque me haya dejado al final una pequeña sensación de que podría haber dado algo más de sí, el libro ha sido una lectura emocionante y que ha sabido como mantenerme pegada a sus páginas sin ningún tipo de problema.
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