¡Hola ciudadanos/as! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo lleváis este finde? Por aquí bastante bien, con la familia y con un día estupendo de frío y nubes por el cielo. Vuelvo a estar un día más por aquí para dejar otra reseña, esta vez de una novedad de la editorial molino que tenía muchas ganas de devorar. Os hablo de American Royals de Katharine McGee, una autora ya conocida en nuestro país gracias a su anterior trilogía, El piso mil, que ha recibido muy buenas opiniones desde que se publicó. Ahora, con una historia nueva, la autora regresa a nuestras librerías y aquí estoy yo para deciros qué me ha parecido este título. ¿Queréis saberlo? ¡Pues seguid leyendo!
Título original: American Royals
Trilogía/Saga: Sí. Bilogía.
Autor/a: Katharine McGee
Traductor/a: Manuel de los Reyes García CamposEditorial: RBA Molino
Páginas: 496
Precio: 18€
ISBN: 9788427216501
SINOPSIS:
La princesa Beatrice siempre ha aceptado su deber, pero empieza a acusar la presión a medida que se acerca el día de convertirse en la primera soberana de Estados Unidos. A nadie le importa Samantha, la princesa sustituta, salvo cuando incumple las normas; así que ella tampoco se interesa por nada… De haber nacido una generación antes, Jefferson, el gemelo de Samantha, hubiera sido el primero en la línea sucesoria, pero las nuevas leyes lo relegan al tercer lugar. Casi todo el país adora al príncipe, pero son dos chicas, muy distintas entre sí, quienes compiten por ganarse su corazón.
Cuando América ganó la guerra de la independencia, el pueblo le ofreció la corona a George Washington. Ahora, son sus descendientes los que reinan en Estados Unidos. La princesa Beatrice ha pasado toda su vida preparándose para ser la futura primera reina de América. Protocolo tras protocolo, se ha ido forjando dentro de las normas, la pulcritud, la rectitud y la perfección. Nunca debe mostrar ningún defecto, no puede tener un mal día y, mucho menos, debe desestabilizarse. Ser la futura primera reina de América es todo un reto, un papel que sabe que no todo su pueblo acepta en ella, no cuando aman más a su hermano, el Príncipe Jefferson, el que realmente tendría que haberse puesto la corona en la cabeza si la nueva ley de Sucesión jamás se hubiera creado. Antes, la herencia del trono recaía el en hijo varón, independientemente de cuando hubiera nacido. Ahora, eso le corresponde al primer hijo o hija de los actuales monarcas. Por su parte, Jefferson y su hermana melliza, Samantha, siempre han estado muy unidos. Lejos de las responsabilidades de la corona, han sido protagonistas de miles de anécdotas de la corona, donde Samantha siempre ha sido vista como una más mientras que Jefferson ha sido el que se ha llevado todas las alabanzas. Y, junto a Nina, la mejor amiga de Samantha, siempre han sido un grupo peculiar. Sin embargo, los últimos acontecimientos lo van a desmoronar todo dentro de palacio. Beatrice deberá comprometerse cuanto antes para asegurar el futuro de la corona, conociendo a diferentes hijos de la nobleza a pesar de que su corazón está puesto en un lugar imposible; Samantha deberá hacer frente a sus sentimientos inesperados cuando el chico de sus sueños esté cada día más presente en su vida, aunque no de la forma en la que ella quiere; Y Jefferson tendrá que luchar contra las normas de su propia familia para poder estar con la chica a la que realmente ama. Sin embargo, otras personas no están dispuestas a que los miembros de la corona sean realmente felices y harán lo que sea con tal de lograr sus propósitos. Porque, ¿qué pasaría si Estados Unidos tuviera familia real?
Katharine McGee no es una desconocida para mí. Al contrario que la mayoría de los nuevos autores y autoras que están llegando en estos meses a mis manos, ya había leído a la autora anteriormente en su trilogía de El piso mil. No obstante, ya en ese momento no me convenció. Vi ese inicio de trilogía como un Gossip Girl que no me dejó buenas sensaciones, desaprovechando una ambientación que podría haber sido algo completamente diferente escondida detrás de un drama apabullante. A pesar de ello, cuando la autora anunció este libro, American Royals, me entraron rápidamente ganas de leerlo. Su premisa pintaba bastante bien: una monarquía en Estados Unidos. ¿Quién se puede resistir a ello? ¡Yo quería ser testigo de eso! Esperando ver una realidad alternativa muy diferente a la nuestra, sinceramente he podido lograr ver esa parte que tanto me interesaba pero, sin embargo, ha sido un libro que me ha vuelto a decepcionar al esperar una historia completamente diferente.
Narrado en todo momento en tercera persona a través de los ojos de sus cuatro narradoras, Beatrice, Samantha, Nina y Daphne, mi problema con este libro es que me he vuelto a topar con una nueva versión de El piso mil, solo que centrada en la monarquía ficticia de Estados Unidos. En sí, American Royals parte desde unos capítulos introductorios que se hacen sumamente interesantes. Una presentación de las cuatro protagonistas, estos primeros compases van a servir para conocer de manera más profunda a las cuatro protagonistas, metiéndonos de lleno en sus vidas, su día a día, su trabajo dentro de la monarquía o su relación con la corona, teniendo dos perspectivas completamente diferentes que, sin embargo, se van a complementar muy bien para crear una lectura entretenida. Por un lado, tenemos el mundo de la nobleza, la riqueza y los privilegios, teniendo a Beatrice y Samantha como máximas exponentes de los que significa realmente estar a las órdenes de la sociedad. Para mí, sus dos puntos de vista han sido los que más me han gustado, desarrollando en estos momentos la autora esa parte de la ambientación y recreando nuestra historia para convertirla en algo ficticio y dársela a la realidad que aquí crea. Historias pasadas sobre reyes y reinas antiguas de Estados Unidos, anécdotas graciosas o curiosas sobre componentes de las diferentes monarquías del mundo, tratados y guerras ganadas, estos primeros capítulos también van a servir para ir formando el escenario presente, dotándolo todo de una riqueza argumental que me ha tenido bastante enganchada. Por otro lado, Nina y Daphne, las otras dos narradoras, nos van a guiar dentro del mundo de la plebe, la vida normal, siempre también con dos caminos muy bien diferenciados entre cada una de ellas pero que nos enseñarán esa cara de la moneda más difícil y problemática, dando también una visión de la sociedad americana atrayente. Como comento, a lo largo de estas primeras páginas estaba leyendo con ganas, con ilusión, había cosas que me gustaban y me daban el empujón de seguir leyendo, atenta a las páginas del libro. Al conocer a Katharine en El piso mil ya esperaba que introdujera una subtrama de salseos y dramas, cosa que no me apasiona enormemente, pero siendo algo que también empieza a nacer y crecer en estos capítulos, viendo como las piezas de este tablero con forma de monarquía, y que representan a las protagonistas, van moviéndose a su antojo, teniendo secretos peligrosos, romances prohibidos y estrategias para conseguir lo que una se propone.
Sin embargo, a medida que avanzaba la lectura sentía que la historia flojeaba cada vez más y más. Dejando atrás todo lo que os acabo de comentar, pronto American Royals se convierte en un libro que sigue un argumento muy lineal, monótono y en parte muy aburrido en el que realmente no va a pasar prácticamente nada. Sin salirnos del mismo esquema, la lectura se puede resumir en despertarte con las cuatro protagonistas diferentes y seguirlas en su día a día hasta que se vuelven a acostar por la noche, viendo cómo cada una de ellas lucha contra sus obligaciones, sentimientos o personajes secundarios que se meten por medio para complicar un poco más las cosas. Aunque el tema de la monarquía seguía mostrando pinceladas interesantes, el no salir de esas cuatro paredes hace que no se vea más allá de palacio y siempre estés metida en el mismo relato. Así pues, perdía el interés por momentos hasta llegar al punto de desengancharme de la historia, no estar atenta a lo que estaba pasando y deseando que el libro acabara. El único toque diferente que podría dar una de las protagonistas debido a la terrible realidad que esconde, y que creía iba a dar mucho más juego en la historia, pronto se ve superada por un argumento en el que ese drama propio de la autora se convierte en un drama ilógico y sin sentido que hace que las acciones de los personajes me hayan chirriado, frustrado y enfadado. Chantajes, manipulaciones, insultos, comportamientos y pensamientos muy tóxicos y propios de una sociópata, la verdad es que he sentido que todo el libro es muy light, soso y que apenas cuenta con un argumento estable. Así que prácticamente todo el libro se me ha ido haciendo más y más cuesta arriba, sin nada a lo que volver a engancharme, viendo como las protagonistas cambiaban de parecer y de pensar cada dos por tres para toparnos, de repente, en un giro que debo confesar no me esperaba para nada y me ha pillado desprevenida con el que, por suerte, arregla un poco la lectura. Aún así, todavía quedan resquicios de ese comportamiento inestable que nos llevan hacia unos momentos finales predecibles que, además, no dan ninguna pista de por dónde van a salir los tiros ahora y que tampoco me ha dejado con ganas de averiguarlo.
Lo que sí debo destacar de American Royals es que trata temas muy interesantes que, seas de la monarquía o no, desgraciadamente mucha gente padece hoy en día. Por un lado, tenemos el tema de los sacrificios que una debe hacer solo por ser un personaje público. A veces no nos damos cuenta que detrás de un nombre famoso hay realmente una persona con sentimientos que llora, ríe, sufre y, en fin, se comporta como la persona humana que es. Y, a veces, creemos que tenemos todo el derecho de juzgarla, criticarla, decirle qué debe o no hacer dentro de su propia vida. Eso es algo que se palpa claramente cada vez que estamos dentro de Beatrice. La falta de libertad o lo que se espera de cada uno de nosotros, ha sido frustrante ver cómo cada acto y presencia es analizada al milímetro para ser comentada, el montón de personas que te critican a tus espaldas pero que te ponen una sonrisa de amistad cuando los tienes delante. El no saber en quién confiar y la soledad que ello conlleva, Beatrice ha sido de los personajes más sufridos que he conocido dentro de la literatura. El querer hacer algo pero no poder por las etiquetas, por la imagen de perfección que debe dar, rota por dentro y accediendo a las obligaciones y las esperanzas que tienen puestas sus padres en ella aunque eso le haga tener una vida triste y sin sentido. Es un horror pensar en que mucha gente siente eso cada día, el ver que no puedes ser realmente tú, ni seguir a tu corazón, ni decir lo que piensas, convirtiéndote en un maniquí para la sociedad. Por otro lado, también habla del daño que puede hacer las ansias de poder. Y, para ello, Daphne es la que se ha hecho cargo de mostrarnos la presión que se puede vivir también fuera de la corona. Las apariencias, la obsesión de ser alguien, de aprovecharse de los demás y de conseguir uno de los tan preciados títulos, hace que la gente llegue a hacer verdaderas locuras. Jugando sucio, en el libro se van a producir un montón de situaciones tensas y con mucha malicia, todo por una idea muy tóxica impulsada por la riqueza y la falta de ella.
Siendo esto lo que más me ha convencido del libro, todo lo demás para mí ha fallado en su mayor parte. Por un lado, la ambientación. Como he dicho al comienzo de la reseña, creía que el libro iba a andar por otra parte, una ficción histórica ambientada en la monarquía que me haría pasar por un sinfín de situaciones. Sin embargo, el verme estancada siempre dentro de palacio bajo un argumento que no lograba sobresalir demasiado ha conseguido que todo me pesara demasiado. Aunque la ambientación tiene un pasado bien formado, creía que iba a ser testigo de más allá que el propio palacio, caminando por las calles y siendo más consciente de lo que realmente es esta realidad y esta sociedad americana teniendo monarquía. Todo me ha parecido muy exagerado, con mucho fanatismo y me hubiera gustado, como digo, tener un escenario diferente al que realmente tenemos. Junto a esto, los personajes tampoco me han terminado de cuadrar. Sobre todo de cara al final, alguna de ellas parecía que actuaba sin lógica alguna, haciendo cosas algo idiotas que me daban ganas de entrar en el libro para espabilarla de alguna manera. Los celos, los remordimientos, las rivalidades y, de nuevo, la toxicidad, hacen que sean bastante inestables, y es algo que no me ha gustado.
Narrado en todo momento en tercera persona a través de los ojos de sus cuatro narradoras, Beatrice, Samantha, Nina y Daphne, mi problema con este libro es que me he vuelto a topar con una nueva versión de El piso mil, solo que centrada en la monarquía ficticia de Estados Unidos. En sí, American Royals parte desde unos capítulos introductorios que se hacen sumamente interesantes. Una presentación de las cuatro protagonistas, estos primeros compases van a servir para conocer de manera más profunda a las cuatro protagonistas, metiéndonos de lleno en sus vidas, su día a día, su trabajo dentro de la monarquía o su relación con la corona, teniendo dos perspectivas completamente diferentes que, sin embargo, se van a complementar muy bien para crear una lectura entretenida. Por un lado, tenemos el mundo de la nobleza, la riqueza y los privilegios, teniendo a Beatrice y Samantha como máximas exponentes de los que significa realmente estar a las órdenes de la sociedad. Para mí, sus dos puntos de vista han sido los que más me han gustado, desarrollando en estos momentos la autora esa parte de la ambientación y recreando nuestra historia para convertirla en algo ficticio y dársela a la realidad que aquí crea. Historias pasadas sobre reyes y reinas antiguas de Estados Unidos, anécdotas graciosas o curiosas sobre componentes de las diferentes monarquías del mundo, tratados y guerras ganadas, estos primeros capítulos también van a servir para ir formando el escenario presente, dotándolo todo de una riqueza argumental que me ha tenido bastante enganchada. Por otro lado, Nina y Daphne, las otras dos narradoras, nos van a guiar dentro del mundo de la plebe, la vida normal, siempre también con dos caminos muy bien diferenciados entre cada una de ellas pero que nos enseñarán esa cara de la moneda más difícil y problemática, dando también una visión de la sociedad americana atrayente. Como comento, a lo largo de estas primeras páginas estaba leyendo con ganas, con ilusión, había cosas que me gustaban y me daban el empujón de seguir leyendo, atenta a las páginas del libro. Al conocer a Katharine en El piso mil ya esperaba que introdujera una subtrama de salseos y dramas, cosa que no me apasiona enormemente, pero siendo algo que también empieza a nacer y crecer en estos capítulos, viendo como las piezas de este tablero con forma de monarquía, y que representan a las protagonistas, van moviéndose a su antojo, teniendo secretos peligrosos, romances prohibidos y estrategias para conseguir lo que una se propone.
Sin embargo, a medida que avanzaba la lectura sentía que la historia flojeaba cada vez más y más. Dejando atrás todo lo que os acabo de comentar, pronto American Royals se convierte en un libro que sigue un argumento muy lineal, monótono y en parte muy aburrido en el que realmente no va a pasar prácticamente nada. Sin salirnos del mismo esquema, la lectura se puede resumir en despertarte con las cuatro protagonistas diferentes y seguirlas en su día a día hasta que se vuelven a acostar por la noche, viendo cómo cada una de ellas lucha contra sus obligaciones, sentimientos o personajes secundarios que se meten por medio para complicar un poco más las cosas. Aunque el tema de la monarquía seguía mostrando pinceladas interesantes, el no salir de esas cuatro paredes hace que no se vea más allá de palacio y siempre estés metida en el mismo relato. Así pues, perdía el interés por momentos hasta llegar al punto de desengancharme de la historia, no estar atenta a lo que estaba pasando y deseando que el libro acabara. El único toque diferente que podría dar una de las protagonistas debido a la terrible realidad que esconde, y que creía iba a dar mucho más juego en la historia, pronto se ve superada por un argumento en el que ese drama propio de la autora se convierte en un drama ilógico y sin sentido que hace que las acciones de los personajes me hayan chirriado, frustrado y enfadado. Chantajes, manipulaciones, insultos, comportamientos y pensamientos muy tóxicos y propios de una sociópata, la verdad es que he sentido que todo el libro es muy light, soso y que apenas cuenta con un argumento estable. Así que prácticamente todo el libro se me ha ido haciendo más y más cuesta arriba, sin nada a lo que volver a engancharme, viendo como las protagonistas cambiaban de parecer y de pensar cada dos por tres para toparnos, de repente, en un giro que debo confesar no me esperaba para nada y me ha pillado desprevenida con el que, por suerte, arregla un poco la lectura. Aún así, todavía quedan resquicios de ese comportamiento inestable que nos llevan hacia unos momentos finales predecibles que, además, no dan ninguna pista de por dónde van a salir los tiros ahora y que tampoco me ha dejado con ganas de averiguarlo.
Lo que sí debo destacar de American Royals es que trata temas muy interesantes que, seas de la monarquía o no, desgraciadamente mucha gente padece hoy en día. Por un lado, tenemos el tema de los sacrificios que una debe hacer solo por ser un personaje público. A veces no nos damos cuenta que detrás de un nombre famoso hay realmente una persona con sentimientos que llora, ríe, sufre y, en fin, se comporta como la persona humana que es. Y, a veces, creemos que tenemos todo el derecho de juzgarla, criticarla, decirle qué debe o no hacer dentro de su propia vida. Eso es algo que se palpa claramente cada vez que estamos dentro de Beatrice. La falta de libertad o lo que se espera de cada uno de nosotros, ha sido frustrante ver cómo cada acto y presencia es analizada al milímetro para ser comentada, el montón de personas que te critican a tus espaldas pero que te ponen una sonrisa de amistad cuando los tienes delante. El no saber en quién confiar y la soledad que ello conlleva, Beatrice ha sido de los personajes más sufridos que he conocido dentro de la literatura. El querer hacer algo pero no poder por las etiquetas, por la imagen de perfección que debe dar, rota por dentro y accediendo a las obligaciones y las esperanzas que tienen puestas sus padres en ella aunque eso le haga tener una vida triste y sin sentido. Es un horror pensar en que mucha gente siente eso cada día, el ver que no puedes ser realmente tú, ni seguir a tu corazón, ni decir lo que piensas, convirtiéndote en un maniquí para la sociedad. Por otro lado, también habla del daño que puede hacer las ansias de poder. Y, para ello, Daphne es la que se ha hecho cargo de mostrarnos la presión que se puede vivir también fuera de la corona. Las apariencias, la obsesión de ser alguien, de aprovecharse de los demás y de conseguir uno de los tan preciados títulos, hace que la gente llegue a hacer verdaderas locuras. Jugando sucio, en el libro se van a producir un montón de situaciones tensas y con mucha malicia, todo por una idea muy tóxica impulsada por la riqueza y la falta de ella.
Siendo esto lo que más me ha convencido del libro, todo lo demás para mí ha fallado en su mayor parte. Por un lado, la ambientación. Como he dicho al comienzo de la reseña, creía que el libro iba a andar por otra parte, una ficción histórica ambientada en la monarquía que me haría pasar por un sinfín de situaciones. Sin embargo, el verme estancada siempre dentro de palacio bajo un argumento que no lograba sobresalir demasiado ha conseguido que todo me pesara demasiado. Aunque la ambientación tiene un pasado bien formado, creía que iba a ser testigo de más allá que el propio palacio, caminando por las calles y siendo más consciente de lo que realmente es esta realidad y esta sociedad americana teniendo monarquía. Todo me ha parecido muy exagerado, con mucho fanatismo y me hubiera gustado, como digo, tener un escenario diferente al que realmente tenemos. Junto a esto, los personajes tampoco me han terminado de cuadrar. Sobre todo de cara al final, alguna de ellas parecía que actuaba sin lógica alguna, haciendo cosas algo idiotas que me daban ganas de entrar en el libro para espabilarla de alguna manera. Los celos, los remordimientos, las rivalidades y, de nuevo, la toxicidad, hacen que sean bastante inestables, y es algo que no me ha gustado.
Por todo ello, American Royals ha sido el libro definitivo que me ha dicho bien claro que la autora y su estilo no es nada para mí. Con una historia más floja que su anterior libro, me ha decepcionado que fuera de nuevo la misma trama pero con un dramatismo mucho menor, donde las protagonistas actúan de forma que no me ha gustado y donde la lectura, a pesar de su inicio interesante, finalmente se me ha hecho algo tediosa, aburrida y muy monótona, sin dejarme ganas de leer el segundo libro de esta bilogía.
¡Mil gracias a RBA Molino por el envío del ejemplar!
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