¡Hola ciudadanos! ¿Cómo estáis? ¡Espero que genial! Hoy es viernes, lo que significa que una semana está a punto de acabar y que una nueva reseña va a llegar al blog. En estos días he estado enfrascada en dos lecturas, y una de ellas es el libro del que os vengo a hablar esta vez: ¿Y si fuéramos nosotros? de Becky Albertalli y Adam Silvera. Los dos son autores muy conocidos dentro de la comunidad literaria que cuentan historias inclusivas con romances LGTB. Los dos son muy amigos desde hace tiempo. Y los dos tienen muchas similitudes. Es por eso que ¿Y si fuéramos nosotros? se avecinaba como la gran colaboración de finales del 2018, un libro que, sin duda, va a gustar mucho a aquellos que soñaban con esta unión de estas dos plumas. ¿Queréis saber qué me ha parecido a mí? ¡Os dejo la reseña a continuación!
Título original: What If It's Us
Trilogía/Saga: No
Autor: Becky Albertalli & Adam Silvera
Editorial: Puck
Páginas: 384
Precio: 16€
ISBN: 9788492918164
Arthur está en Nueva York solo por el verano, pero si Broadway le ha enseñado algo es que el universo te puede enviar un impresionante romance cuando menos te lo esperas. Ben piensa que el universo debe ocuparse de sus propios asuntos. Si el universo lo apoyara, no estaría en camino a la oficina del correo llevando una caja con las pertenencias de su exnovio. Pero cuando Ben y Arthur se encuentran en el correo, ¿qué es exactamente lo que el universo les tiene reservado? Tal vez nada. Al fin y al cabo, se separan. Tal vez todo. Al fin y al cabo, se reúnen. Pero ¿qué sucede si no pueden lograr una primera cita exitosa… o una segunda… o una tercera? ¿Qué sucede si Arthur se esfuerza demasiado para hacerlo funcionar… y Ben no se esfuerza lo suficiente? ¿Qué sucede si la vida no es realmente como una obra de Broadway? Pero ¿y si lo es?
Arthur quiere experimentar Nueva York todo lo que pueda, pero sin parecer del todo uno de esos turistas molestos. Los altos edificios, las calles bulliciosas, el aire que se respira en la gran ciudad, su extensión, lo que promete... todo ello deja a Arthur una ilusión después de abandonar Georgia durante el verano, dejar atrás su casa, su grupo de amigos, para trabajar en el bufé de abogados de su madre. Como becario, estar entre papeles no era el mejor plan que podría haber preparado para su verano, pero quizás el universo sí tenga preparado algo especial para él. Ben acaba de romper con su novio Hudson, La herida todavía es reciente, con recuerdos y momentos que le atacan constantemente. Pero cuando conoce a ese chico de ojos impresionantes en correos, sujetando una caja de cartón repleta de sueños rotos, parece que todo se relaja. El problema de Ben y Arthur es que ninguno de los dos, después de una conversación prometedora e inesperada, tiene la manera de volver a contactar con el otro. Ben, a pesar de que Hudson sigue formando parte de su vida, no puede no pensar en aquel chico guapo que lo trastocó. Arthur, dispuesto a encontrar a Ben para intentar vivir su primera historia de amor, hace todo lo posible por contactar con alguien de quien solo tiene pequeños datos. Pero si el universo quería que los dos tuvieran un hueco en esta vida, entonces Ben y Arthur están destinados a conocerse. El primer amor, las segundas oportunidades, pero también una prueba de fuego. Ben y Arthur tienen muchas inseguridades, pero lo que sí saben es que, acabe como acabe su relación, ésta nunca será olvidada.
Antes de embarcarme en esta historia ya había tenido la ocasión de leer a uno de sus autores, Adam Silvera. Tres libros que han llegado a España, los tres que he leído, cada uno de ellos dejándome una diferente sensación. En el caso de Becky, tengo muy pendiente sus demás obras, pero me apetecía muchísimo ver qué salía de esta mezcla y unión. Y es una historia más de Adam y Becky. Narrado a dos voces entre Arthur y Ben, en primera persona, la historia de ¿Y si fuéramos nosotros? es muy simple, tal y como se espera de ella. No me confundáis, la lectura no decepciona porque te da justo lo que tenías pensado encontrar, la historia de dos chicos que empiezan a conocerse. Así que nos aventuramos dentro de un contemporáneo de romance que comienza con una primera división de las cuatro que tiene el libro, en la que acompañamos a Arthur en su nueva vida en Nueva York, y a Ben en un momento en el que pasa por una ruptura dolorosa e intenta seguir hacia adelante. Sin embargo, la cosa empieza a cambiar cuando ambos protagonistas chocan. Es a partir de ahí, con una lectura amena, lineal y que consigue mantener tu interés a pesar de no ofrecer grandes dosis de acción o tensión, cuando empieza lo más interesante, una sucesión de momentos casuales en los que va a haber un juego de búsqueda y encuentro que va a agilizar mucho el libro. Es así como irá avanzando esta historia, entre nuevos encuentros, entre la evolución de una relación de dos personas diferentes pero que, de alguna manera, intentan entenderse. La historia de romance se mezcla con la historia personal de ambos para no dejarnos únicamente con una cosa, teniendo momentos de respiro en los que podremos ahondar mejor en Arthur y Ben, conocer sus aspiraciones, sueños y maneras de ser, sus miedos, su personalidad y su pasado. Mediante un carisma deslumbrante, el libro avanza sin problemas, dejándonos esas bonitas escenas de primeros roces de manos, primeras miradas, primeros besos. La aparición en todo este escenario de unos personajes secundarios le da, además, un toque más cómico, más divertido, consiguiendo que la historia no se centre únicamente en Arthur y Ben, algo que puede abrumar un poco, sino también en aquellos que hay a su alrededor.
Ha sido precisamente ésto lo que más me ha gustado del libro, que los personajes secundarios hayan tenido su peso importante en la historia. Muchas veces me he topado con libros similares que se han centrado exclusivamente en la pareja principal, olvidando a aquellos que, de algún modo forman parte del libro y ayudan a que todo se mueva en la dirección correcta. Me ha encantado ver que Adam y Becky han querido destacar no solo a Ben o a Arthur, sino a los personajes secundarios, sus amigos, que también tendrán su propia historia que contar. Me he reído de lo lindo con Dylan, qué personaje más entrañable. Su conexión con Ben es magia, pura, amistad verdadera. Me ha encantado sus salidas, sus frases, esa chispa con la que siempre va a decir algo que te sacará una sonrisa. De todos los personajes que podremos conocer en ¿Y si fuéramos nosotros? es, sin dudarlo, mi preferido. Su frescura, todo el apoyo que es para Ben, el cómo cambia cuando está con Samantha... simplemente me ha conquistado. Y otra cosa que no puedo olvidar y que también he disfrutado ha sido el comienzo del libro. Creo que jugar de esa manera con el lector ha sido la forma más inteligente de atraparte al libro desde el principio. Te encuentras en la tesitura de ir cambiando entre punto de vista, lo que da movimiento a la lectura, para toparte con un montón de acciones que parecen llegar al otro, pero en realidad no y estás ahí como, aaahhh, maldita sea, tenías que haberlo hecho antes porque ahora llegas tarde, y oooohh, ahora creo que sí va a pasar algo porque al fin ha coincidido cuando tal persona está en tal sitio y, no sé, cuando estaban juntos tenían momentos tan dulces y bonitos, esos pequeños detalles que son realmente lo importante, cómo se miraban, y reían y se fijaban en el color de los ojos, o en los hoyuelos o en cualquier otra cosa.
Sin embargo, sí que es verdad algo que leí mientras estaba leyendo el libro: Ben y Arthur están más enamorados de la idea del amor, del destino y de los planes de su universo que de ellos mismos. Es decir, se supone que esta es una historia de romance, pero no he sentido gran cosa, no he visto esa parte claramente. En ningún momento he visto una historia de amor propiamente dicha, y lo he visto más forzado y obligado que otra cosa. Como digo, hay detalles muy bonitos entre los dos, pero creo que se guían demasiado por eso de que, como hemos coincidido en esta situación, ya tenemos que estar juntos sí o sí aunque la realidad no sea esa. Y de ahí proviene, justamente, uno de los grande los grandes problemas que he tenido con el libro: Arthur y Ben. No me estoy contradiciendo aunque lo parezca, ojo, pero llega un punto,a mirad del libro, donde se ver perfectamente que han forzado su situación. De repente hay mucho drama en la historia, hay un cambio en la trama brutal que se nota muchísimo y que me ha chirriado lo más grande. Arthur cambia de personalidad completamente de una página a otra, y es ahí donde se expone la verdad: no se conocen. No se tienen confianza. Son pareja pero no lo son, al menos, para mí. No concibo que se pueda llegar a tener algo como lo que pretenden tener Ben y Arthur habiendo tantos problemas por delante entre ambos. Cuando no haya conocimiento previo, cuando vas directamente a la atracción, cuando fuerzas algo que tiene que ir poco a poco, es lo que pasa. Y esos dramatismos, esas peleas tan absurdas, esas frases y palabras tan hirientes que se dicen, son producto de unos celos creados por el desconocimiento. Si hubiera sido una historia donde ambos personajes van poco a poco, cuecen su relación lentamente y no pasan directamente a al acción, esas situaciones no hubieran aparecido, es lo que me ha hecho aborrecer el libro en parte de su recta final.
Ha sido precisamente ésto lo que más me ha gustado del libro, que los personajes secundarios hayan tenido su peso importante en la historia. Muchas veces me he topado con libros similares que se han centrado exclusivamente en la pareja principal, olvidando a aquellos que, de algún modo forman parte del libro y ayudan a que todo se mueva en la dirección correcta. Me ha encantado ver que Adam y Becky han querido destacar no solo a Ben o a Arthur, sino a los personajes secundarios, sus amigos, que también tendrán su propia historia que contar. Me he reído de lo lindo con Dylan, qué personaje más entrañable. Su conexión con Ben es magia, pura, amistad verdadera. Me ha encantado sus salidas, sus frases, esa chispa con la que siempre va a decir algo que te sacará una sonrisa. De todos los personajes que podremos conocer en ¿Y si fuéramos nosotros? es, sin dudarlo, mi preferido. Su frescura, todo el apoyo que es para Ben, el cómo cambia cuando está con Samantha... simplemente me ha conquistado. Y otra cosa que no puedo olvidar y que también he disfrutado ha sido el comienzo del libro. Creo que jugar de esa manera con el lector ha sido la forma más inteligente de atraparte al libro desde el principio. Te encuentras en la tesitura de ir cambiando entre punto de vista, lo que da movimiento a la lectura, para toparte con un montón de acciones que parecen llegar al otro, pero en realidad no y estás ahí como, aaahhh, maldita sea, tenías que haberlo hecho antes porque ahora llegas tarde, y oooohh, ahora creo que sí va a pasar algo porque al fin ha coincidido cuando tal persona está en tal sitio y, no sé, cuando estaban juntos tenían momentos tan dulces y bonitos, esos pequeños detalles que son realmente lo importante, cómo se miraban, y reían y se fijaban en el color de los ojos, o en los hoyuelos o en cualquier otra cosa.
Sin embargo, sí que es verdad algo que leí mientras estaba leyendo el libro: Ben y Arthur están más enamorados de la idea del amor, del destino y de los planes de su universo que de ellos mismos. Es decir, se supone que esta es una historia de romance, pero no he sentido gran cosa, no he visto esa parte claramente. En ningún momento he visto una historia de amor propiamente dicha, y lo he visto más forzado y obligado que otra cosa. Como digo, hay detalles muy bonitos entre los dos, pero creo que se guían demasiado por eso de que, como hemos coincidido en esta situación, ya tenemos que estar juntos sí o sí aunque la realidad no sea esa. Y de ahí proviene, justamente, uno de los grande los grandes problemas que he tenido con el libro: Arthur y Ben. No me estoy contradiciendo aunque lo parezca, ojo, pero llega un punto,a mirad del libro, donde se ver perfectamente que han forzado su situación. De repente hay mucho drama en la historia, hay un cambio en la trama brutal que se nota muchísimo y que me ha chirriado lo más grande. Arthur cambia de personalidad completamente de una página a otra, y es ahí donde se expone la verdad: no se conocen. No se tienen confianza. Son pareja pero no lo son, al menos, para mí. No concibo que se pueda llegar a tener algo como lo que pretenden tener Ben y Arthur habiendo tantos problemas por delante entre ambos. Cuando no haya conocimiento previo, cuando vas directamente a la atracción, cuando fuerzas algo que tiene que ir poco a poco, es lo que pasa. Y esos dramatismos, esas peleas tan absurdas, esas frases y palabras tan hirientes que se dicen, son producto de unos celos creados por el desconocimiento. Si hubiera sido una historia donde ambos personajes van poco a poco, cuecen su relación lentamente y no pasan directamente a al acción, esas situaciones no hubieran aparecido, es lo que me ha hecho aborrecer el libro en parte de su recta final.
En resumen, ¿Y si fuéramos nosotros? es una fusión buena entre Adam Silvera y Becky Albertalli, un libro más de romance LGTB que, siguiendo el estilo de ambos, no sobresale de otros que han escrito, pero sí consigue darte justo lo que buscas o necesitas. Con una relación que, quizás, es lo que más flojea, los personajes secundarios son una delicia, un fuerte pisotón para convertirse, junto a sus protagonistas, en lo más interesante, una historia que va más allá para profundizar y convertirse, además, en una historia de primeras veces, de amistad y de encontrar el camino tras el perdón.
¡Muchas gracias a Puck por el envío del ejemplar!
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