¡Hola ciudadanos! ¿Qué tal estáis? Pues nada, que ya es lunes y comenzamos nueva semana, ¡a tope! En el día de hoy os traigo una nueva reseña. Parece que he pisado el acelerador y estoy teniendo un tiempo de lectura bastante fructífero, además de haber empezado 2019 con lecturas que me han gustado mucho, mucho. Para esta ocasión os traigo un libro completamente diferente a todo lo que he traído hasta ahora: Querida señora Bird. Se trata de una ficción histórica, y un gran descubrimiento. Os adelanto que me ha encantado mi primera incursión en el género, y desde aquí agradezco muchísimo a la editorial por haber querido contar conmigo para mandarme un ejemplar. ¡Os dejo con mi opinión!
Título original: Dear Mrs Bird
Trilogía/Saga: No
Autor: A.J. Pearce
Editorial: Roca
Páginas: 320
Precio: 19,90€
ISBN: 9788417305598
SINOPSIS:
Londres, 1940. Emmeline Lake hace todo lo posible para implicarse en esta época de guerra en la que vive, ofreciéndose como operadora telefónica del Servicio de Bomberos Auxiliares. Cuando Emmy ve una oferta de trabajo para el diario London Evening Chronicle, sus sueños de convertirse en corresponsal de guerra parecen estar de repente al alcance. Pero el trabajo, finalmente, resulta para ser mecanógrafa para la reputada columnista de consejos Henrietta Bird. Emmy está decepcionada, pero se da por vencida y acaba aceptando el puesto. La señora Bird es muy transparente y a su llegada ya le da una indicación muy clara: las cartas que contengan cualquier situación desagradable deben ir directamente a la basura. Pero cuando Emmy se encuentra que muchas de estas cartas son realmente conmovedoras y que provienen de mujeres que no pueden soportar ver cómo sus hijos son evacuados o enviados a la guerra, no es capaz de resistirse a responder a cada una de ellas. Mientras los aviones alemanes hacen sus redadas nocturnas y Londres recoge las piezas humeantes de sus edificios todas las mañanas, Emmy comienza a escribir en secreto a aquellos lectores que le han hecho llegar sus problemas.
Los alemanes no paran de atacar Inglaterra. En plena Segunda Guerra Mundial, vivir en uno de los países rivales a Hitler es sinónimo de poder morir en cualquier momento, aunque los batallones hagan todo lo posible por salvaguardar las ciudades y su población. Emmy sabe de primera mano lo que significa estar ne la guerra. Su prometido, Edmund, lucha día y noche contra los alemanes. Y Londres no hace más que sucumbir a las innumerables bombas que, a cada puesta de sol, caen sobre las calles, creando grandes socavones y destruyendo casas que, antaño, rebosaban felicidad. Pero, a pesar de ello, el gran sueño de Emmy no se desestabiliza ni se empequeñece ante el miedo contante con el que viven. Ser periodista de guerra, crear artículos de investigación e, incluso, estar cerca del campo de batalla, es lo que más llena a Emmy. Poder escribir, informar, es lo que siempre se le ha dado bien. Y, cuando un anuncio en un periódico dice estar buscando una nueva redactora, Emmy sabe que su gran oportunidad ha llegado. Sin embargo, lo que en un principio iba a ser un trabajo dentro de una empresa muy consolidada en el mundo del periodismo, acaba siendo un trabajo lejos de la acción. Bajo el mando de la señora Bird, una mujer dispuesta a hacerle la vida imposible a todos sus trabajadores si éstos son capaces de plantarle cara, Emmy tendrá que vivir, a través de cartas de mujeres de todo el país, las penurias, los miedos e inseguridades que provoca la guerra. Nuevos romances, ayuda para tratar ciertos aspectos, son solo algunos de los temas que, como ayudante de Henrietta Bird tendrá que hacer. No obstante, el capricho y la negación y tozudez por parte de la señora Bird de no aceptar cartas que se salgan de sus palabras y temas aceptables, hace que Emmy sienta una conexión muy íntima y más profunda con esas mujeres que, si no fuera por su mano, jamás tendrían respuesta. Emmy sabe que lo que está haciendo está mal, no debería hacerlo, pero en una época tan crítica y delicada, cualquier hombro es bueno para darse apoyo. Sobre todo ahora que la guerra ataca con más furia sus calles y podría cambiar, para siempre, hasta su propia vida.
No tengo ni idea de por dónde empezar a hacer esta reseña. Querida señora Bird ha sido mi primera toma de contacto con un género que nunca he tenido en el punto de mira, preparado para ser leído tal y como hago con otros como es la fantasía, la ciencia ficción o la distopía. La ficción histórica nunca ha estado entre mis estanterías, pero cuando la editorial se puso en contacto conmigo para ofrecerme leer este título, me dije a mí misma que por qué no, que ya era hora de arriesgrarme y salir de mi zona de confort. Y gracias que tomé esa decisión porque, de otra manera, no habría dado con una lectura que me ha tenido completamente enganchada desde el principio, y que ha hecho que mi interés por la ficción histórica haya crecido hasta el punto de querer lanzarme a por otros títulos del género. Desde ya, os digo que Querida señora Bird ha sido una historia de fuerza, de empatía, dulce y amarga, divertida y triste, dura pero llena de esperanza, de lucha. Una visión a la cara que casi nunca se ve o se narra de algo tan dramático y horrible como fue la Segunda Guerra Mundial. Estamos hartos de ver como las películas bélicas, no todas, pero sí la gran mayoría, nos transportan junto a un montón de pelotones, de soldados, al infierno de la guerra. Nos rodeamos de balas, de fusiles, de órdenes, tácticas, muertes, desmembramientos, somos uno más al frente de batalla. Pero pocas se centran en cómo, desde la ciudad, desde casa, se lucha también para hacer que la unión y la solidaridad no decaiga más la fuerza de un pueblo que sobrevive con garras. Querida señora Bird es la historia de todas esas mujeres, valientes, que también estuvieron de pie para sujetar un país que tenían dispuesto arruinar y destrozar. De esos voluntarios, hombres y mujeres, que consiguieron salvar vidas. Y de cómo, a pesar del esfuerzo, la muerte, desgraciadamente, siempre conquista nuevos territorios.
Narrada en todo momento en primera persona, la historia de Emmy es cautivadora desde el primer minuto. Creo que lo suyo es que os cuente cómo han sido mis sentimientos, mi primera experiencia en este ámbito, mientras iba leyendo Querida Señora Bird. He de decir que empecé el libro con algo de inseguridad porque, al ser la primera ficción histórica que caía en mis manos, no estaba totalmente segura de que me iba a gustar. Pero eso se fue cuando, en la noche en la que empecé el libro, me leí del tirón poco más de la mitad. Éste empieza con Emmy leyendo un anuncio de trabajo en el periódico, aquello por lo que siempre ha arriesgado y soñado. Pero la historia es mucho más que eso. No sé ni cómo ni en qué momento, quizás al ver como Emmy descubría la verdad de su nuevo trabajo, quizás al acompañarla entre las vidas de desconocidas que comprendes, quizás por empatizar con sus protagonistas y con la misma Emmy, me quedé realmente enamorada y enganchada a las páginas de este libro. La lectura, desde el principio, es suave, amena, entretenida. Interesante y peligrosa, tenía hasta sentimientos de felicidad. Me gustaba todo lo que estaba leyendo, la historia es cautivadora, inspiradora, valiente. El coraje de Emmy, su amiga Bunty, tan fresca y divertida, alegre y vivaracha; las compañeras de voluntariado en la estación de bomberos, esa batalla continua con el fuego, la destrucción y el manto de negatividad que intenta, por todos los medios, hacerse con el ánimo de todos, topándose con una barrera dispuesta a no venirse abajo. Entre todo ello me sentía muy cómoda, me encantaba leer las cartas que llegaban a la oficina del periódico, como Emmy, a pesar de tener una jefa desconsiderada, quería tener el mando del cambio y la ayuda. Cómo, con sus ocurrencias, salía hacia adelante. En todo momento he sentido una trama que andaba de manera fluida, directa, con momentos que me hacían reír, con otros que me hacían preocupar, darme algo de tensión. Pero esas primeras ciento setenta páginas fueron cruciales para ganarme completamente. La pluma de la autora, de esas que no se demoran en desarrollar extensamente ciertos aspectos, no se queda plantada entre tantas descripciones, sino que ayuda a que tú, como lectora, camines sin problema por la historia, atrapada a ella sin remedio a despegarte. Y, cuando parece que todo va bien, cuando parece que la resistencia hace que la guerra se aleje, llega el gran giro. Y ahí se me encogió el corazón. Con los ojos llorosos, y un nudo en la garganta, observé como la esperanza perdía vitalidad. Y fue algo que me transportó de lleno en la realidad de aquella época. De esto que estaba leyendo con sonrisa y felicidad y, de repente, había destrucción y horror por todos lados. En mitad de la transición entre esa parte más feliz y la que sucede después, empecé a pensar que, quizás, la historia se iba a alargar demasiado si continuaba todo el rato siendo la historia de Emmy trabajando en su oficina y contestando, indebidamente, las cartas de sus lectoras. Cuán equivocada estaba. La autora da un tortazo de realidad para cambiar el transcurso de la historia para siempre. Y todo lo que era risa se convirtió en tristeza. Querida señora Bird es un libro muy agradable pero muy, muy duro también. Y es así como pasamos de unas primeras páginas que avanzan a paso agigantado mientras te metes de lleno en la vida de Emmy, disfrutas con ella, su amiga Bunty, sus quebraderos de cabeza, sus decepciones pero también sus nuevas oportunidades, a unas páginas donde hay dolor, arrepentimiento, oportunidades perdidas. Donde la guerra hace acto de presencia de la manera más vil posible. Y es cuando empieza el drama, los problemas, donde parece que nada se puede arreglar, donde peor me he sentido por culpa de la conexión tan grande que tenía ya con todos los personajes. Y eso ha sido lo más maravilloso de todo, ver como, a pesar de que no se indaga mucho en la vida de sus personajes, he podido unirme a ellos.
Por otro lado, me ha chocado mucho ser presente de los pensamientos de aquella época. Lo que para Emmy era un mundo a mi no me parecía para tanto. Entendía la gravedad del asunto, pero ver la manera en la que se hacían las cosas en un trabajo, cómo se tenía que estar o actuar, y cómo se enfrentaban se resolvían esos problemas, me ha parecido muy interesante a la par que exagerado. Y creo que jugar con las cartas, historias lejanas pero que también consiguen hacerse un hueco, ha sido un completo acierto por parte de la autora. Con ello ha conseguido romper la historia de Emmy en puntos estratégicos, perfectos para cambiar de aires, estar de repente en algo nuevo para no centrarnos todo el rato en una sola cosa. Ha dado mucho dinamismo y vitalidad, y ha sido, sin dudarlo, lo que ha conseguido engancharme desde el principio. Creo que hay mucha fuerza escondida tras cada carta, y mucha valentía. Las mujeres en la guerra también lucharon, y ver como A.J. Pearce las muestra, ha sido de agradecer. Y, ¿sabéis cuál ha sido mi último pensamiento al acabar el libro? Que espero que la autora escriba otro complementario para explorar mucho más la historia de romance tan dulce que tiene Emmy. Me he quedado con ganas saborear mejor esa parte. Se me ha quedado corta, y eso que el romance no es algo que genere mucho peso para mí. Pero ha sido tan bonito todo, y siempre se ha visto una conexión bien desarrollada y, no sé, un romance en una época diferente creo que lo hubiera disfrutado mucho, eran otras formas. Así que, mirad, sé que va a ser algo completamente imposible de tener, pero soñar es gratis. Así que soñaré.
Por otro lado, me ha chocado mucho ser presente de los pensamientos de aquella época. Lo que para Emmy era un mundo a mi no me parecía para tanto. Entendía la gravedad del asunto, pero ver la manera en la que se hacían las cosas en un trabajo, cómo se tenía que estar o actuar, y cómo se enfrentaban se resolvían esos problemas, me ha parecido muy interesante a la par que exagerado. Y creo que jugar con las cartas, historias lejanas pero que también consiguen hacerse un hueco, ha sido un completo acierto por parte de la autora. Con ello ha conseguido romper la historia de Emmy en puntos estratégicos, perfectos para cambiar de aires, estar de repente en algo nuevo para no centrarnos todo el rato en una sola cosa. Ha dado mucho dinamismo y vitalidad, y ha sido, sin dudarlo, lo que ha conseguido engancharme desde el principio. Creo que hay mucha fuerza escondida tras cada carta, y mucha valentía. Las mujeres en la guerra también lucharon, y ver como A.J. Pearce las muestra, ha sido de agradecer. Y, ¿sabéis cuál ha sido mi último pensamiento al acabar el libro? Que espero que la autora escriba otro complementario para explorar mucho más la historia de romance tan dulce que tiene Emmy. Me he quedado con ganas saborear mejor esa parte. Se me ha quedado corta, y eso que el romance no es algo que genere mucho peso para mí. Pero ha sido tan bonito todo, y siempre se ha visto una conexión bien desarrollada y, no sé, un romance en una época diferente creo que lo hubiera disfrutado mucho, eran otras formas. Así que, mirad, sé que va a ser algo completamente imposible de tener, pero soñar es gratis. Así que soñaré.
En conclusión, decir que Querida señora Bird ha sido, por ahora, el gran descubrimiento del año. Una historia desgarradora y conmovedora, llena de realidad, Emmy es una protagonista que gana por su carisma. Con una trama que va avanzando entre cartas de valientes mujeres y los horrores de la guerra, así como su lucha y sus dificultades, ha sido un libro que he disfrutado mucho desde el primer momento, y aquello que me ha abierto, sin dudarlo, las puertas hacia la ficción histórica.
from Ciudad de los Libros http://bit.ly/2U4ygut
via IFTTT
No hay comentarios.:
Publicar un comentario