La Reina Negra es la primera parte de una trilogía de fantasía escrita por Llanos Campos, dispuesta a no dejar indiferente a nadie y a quedarse mucho tiempo en la mente de los lectores. Narrado en tercera persona,
La Reina Negra es de esos libros que no te van a dar ni un solo segundo de respiro. Con un comienzo misterioso, donde un grupo de viajeros se topa con una extraña y enigmática mujer, pronto damos un salto para conocer a Tamiel, que será la encargada de liderar, a partir de entonces, una historia que contendrá absolutamente de todo. Tamiel es diferente, significa cambios, una mente más reflexiva y abierta, promete nuevas oportunidades. Y es justo lo que la historia de
La Reina Negra nos da. Desde el primer momento nos vamos a meter en una situación familiar complicada, donde Tamiel sí tendrá su punto de vista, su voz alzándose a pesar de las miradas recriminatorias procedentes hasta de un padre que intenta obligarla a convertirse en algo que detesta y rechaza, en aquello para lo que, a su pensamiento, es el único deber que tiene que hacer como mujer. Pero ella quiere más, quiere vivir de manera libre, eligiendo por su propia cuenta, buscando el respeto no solo para ella, sino para las demás mujeres, y será ese el punto de partida que lo cambiará todo. Pronto llegarán los primeros giros argumentales que te dejarán con la boca abierta, el inicio de una lectura plagada de acción por todos lados. Nuevos misterios, personajes interesantes, una batalla por ganar, serán solo unos pocos ingredientes de todos los que hay y se nos van a echar encima. La lectura es agradable desde el primer momento, muy rápida. Envolvente gracias a la magnífica labor de la autora de ponerse realmente en la piel de alguien que vive en aquella época. Los pequeños detalles crean un mundo acogedor, pero también peligroso, donde nada es lo que parece. Es así como irá avanzando el libro, a través de escenas con mucha emoción y movimiento, acción a raudales, para concluir en momentos más pausados para el desarrollo de los personajes, sus sentimientos y sus situaciones actuales; un ciclo que no parará de repetirse a lo largo de toda la lectura, estando ahí el motivo porque el no tendremos ningún espacio para el respiro ya que todo sucede, de manera rápida, inesperada y directa, un montón de situaciones que irán desde una batalla en pleno campo de guerra, hasta un inicio de rebelión o el descubrimiento de un gran secreto que lo volverá a cambiar todo, teniendo hacia el final una gran conexión que volverá a dejarte con la boca abierta y con muchas ganas de saber qué es lo que va a pasar ahora.
De lo primero que tengo que hablar como punto fuerte de este libro es la maravillosa y mágica pluma de su autora, Llanos Campos. En mi caso, era la primera vez que leía algo suyo, desconozco como es anterior a este libro, pero si es tal y como se ha mostrado en
La Reina Negra, voy a leer más de ella seguro. Menuda calidad, un gran descubrimiento dentro del panorama nacional. Yo misma reconozco que tengo muchos prejuicios ya que estoy acostumbrada a leer, sobre todo, libros de autoras extranjeras, pero me ha encantado que Llanos Campos haya venido a darme un bofetón de realidad para ver que en España se respira un estilo narrativo precioso. Me ha enamorado su manera de ponerse en la situación de aquella época. Ha sido muy cuidadosa con las palabras, la forma de comunicarse con respeto cuando se trata de personas con un mayor poder que tú, la manera con la que ha descrito cada escena y escenario. Tiene una pluma muy de este género como es la fantasía, profundiza en ciertos aspectos que le dan grandeza a la historia, sabe perfectamente cómo dejar ese caramelo que te llama la atención y te deja un buen sabor de boca para que quieras abrirlo y comértelo, son esos finales de capítulos en los que te deja entrever que algo se está cociendo y algo mucho más grande está por venir. Creo que ha sido muy inteligente a la hora de contar la historia, se notaba que lo tenía todo bien hilado desde el principio y, no sé, me ha dado muy buenas vibraciones. Mención especial, también, al ilustrador del libro, Tomás Hijo. Otra maravilla dentro de este libro. La edición que han creado para este libro es increíble. Su textura, el cuidado en los dibujos, un estilo muy marcado y notorio. Es fantástica. Los detalles de la portada, su interior, o sea, todo es una delicia. Desde aquí, un aplauso porque es que es inmejorable.
Otra cosa a destacar, Tamiel. Sobre todo esa parte más feminista. Hoy en día es una lucha muy importante y diaria y, desgraciadamente, en épocas como en la que se ambienta
La Reina Negra el papel de la mujer era muy precario. Ellas no tenían derecho de decisión, se tenían que conformar con lo que sus padres, siempre, decidían. No les quedaba más remedio que casarse con alguien a quien no deseaban, incluso años y años más mayor que ellas. No podían quejarse sin recibir un reproche; no podían aspirar a más que ser esclavas de la casa, objetos de deseo que recibían maltratos, violaciones y se les encadenaban para tener hijos, cuidarlos, y ya está. Llanos Campos, a través de Tamiel, ha querido transportar nuestra lucha hacia esa época para plantearnos el qué hubiera pasado o qué hubiera sido de nuestra historia si la mujer hubiera tenido un poder como el que consigue Tamiel a base de un carácter autoritario y rebelde, nada convencional, cambiante, reflexivo y que inspira a otras mujeres a dar ese paso. Tamiel es la base de
La Reina Negra, y creo que Llanos Campos ha conseguido crear un personaje mítico capaz de lanzar un mensaje poderoso.
Sin embargo, también tengo que decir que he encontrado una contradicción dentro de esto. Y viene otra vez a causa del romance. Conocemos a una Tamiel con los pies en la tierra, muy segura de lo que quiere ser, pregonando un mensaje de poder femenino como el que os he contado arriba. Sin embargo, creo que cae en la trampa de sacrificarlo todo por esa persona. De por sí, para mi el romance que se muestra en el libro no me ha dicho gran cosa. El motivo es algo que también me ha chirriado dentro del libro, y lo comentaré tras acabar de explicar esta contradicción. El caso es que Tamiel se enamora, y oye, todo correcto hasta ahí. El problema está cuando, tras un suceso que no os voy a exponer porque quiero que lo descubráis, Tamiel se menosprecia a sí misma al no verle el sentido a la vida, al decidir que no quiere seguir viviendo, a echar por la borda todo lo que ha conseguido hasta ahora por culpa de él, el hombre, y no solo en una ocasión, sino en dos. Es un cambio algo brusco en ella que no cuadra muy bien con lo que viene pregonando y siendo, así que esa parte se me ha quedado algo coja.
Lo segundo, y es por eso que el romance no ha cuajado tampoco para mí, es que quizás, dentro de que Llanos Campos, como digo, ha creado un libro muy interesante y que debería de estar en el punto de mira de todo el mundo, me esperaba una historia diferente. ¿A qué me refiero? Creo que aunque hay profundidad en muchos aspectos, peca de tener partes demasiado superficiales. La ambientación no está mal, pero no se termina de explorar. No se nos cuenta nada del pasado, al principio del libro hay un árbol genealógico grandísimo y apenas se le echa cuenta. Los personajes, en su gran mayoría, se me han quedado cortos, como que todo pasa muy deprisa y se resuelve a las dos o tres páginas, sin dar la oportunidad de que se cueza bien cada elemento. Sé que soy muy pesada, o quizás estoy acostumbrada a leer libros de fantasía mucho más desarrollados, pero cuando me faltan datos, descripciones y escenas que podrían explicar mejor algunos puntos, siempre lo expongo porque es algo que echo de menos.
En definitiva, La Reina Negra es un libro al que le tenéis que dar una oportunidad sí o sí. No solo por Tamiel una protagonista de armas tomar, o por Llanos Campos, una autora que te va a asombrar y enamorar, sino también por una historia bien tratada, cuidada, que te va a atrapar desde el minuto uno y por ser, dentro de una preciosa edición a mano de Tomás Hijo, una gran opción de lectura si buscas una buena dosis de fantasía nacional.