¡Hola de nuevo, ciudadanos! ¿Cómo lleváis este día de fiesta? Es un poco triste ya que se acaba este pequeño puente, pero pensad que empezamos mayo y que, en nada, nos plantamos en las vacaciones de verano. Aunque tendría que haber sido ayer cuando os trajera esta entrada, al final ha tenido que ser hoy por culpa de mi vagueza. Sí, ayer estaba en un modo en el que no me apetecía escribir demasiado, pero sí que pude acabar Hijos de Sangre y Hueso, ese libro que lo ha petado allá por donde ha llegado y que está en boca de todo el mundo, una novedad que ha legado rapidísimo por parte de la editorial Molino. ¿Queréis conocer mi opinión? ¡Aquí os la dejo!
Autor: Tomi Adeyemi
Editorial: Molino
Páginas: 624
Precio: 18€
ISBN: 9788427213418
SINOPSIS: Zélie Adebola recuerda cuando la tierra de Orïsha desprendía magia. Pero todo cambió la noche en que esta desapareció. Por orden del rey, los maji fueron perseguidos y aniquilados. Ahora, Zélie tiene una oportunidad de devolver la magia a su gente, pero para ello deberá ser más rápida y astuta que el príncipe heredero del trono, que está dispuesto a todo con tal de erradicarla magia para siempre. El peligro acecha en Orïsha, donde los leopardarios de nieve campan a sus anchas y los espíritus vengativos esperan escondidos bajo el agua. Sin embargo, el mayor peligro puede ser la propia Zélie en su lucha por controlar sus poderes.
Zélie vio cómo asesinaban a su madre cuando era pequeña. A partir de ese momento, su vida ha sido una supervivencia diaria. El rey actual de Orïsha mandó ejecutar todos los portadores de la magia, haciendo que esta desaparezca para siempre y, así hacer que su poderío e imperio no decaiga nunca como lo hicieron sus seres queridos. Esta venganza y sed de sangre hace que la vida para la gente como Zélie, descendientes de aquellos tiempos y de esa magia, señalados con el cabello blanco y otras marcas, tengan que vivir bajo un régimen que, cada día, se vuelve más bélico con ellos: menos derechos, nuevos impuestos, más pobreza, tener que aguantar las burlas y golpes y asesinatos de los soldados. Sin embargo, Zélie se reencuentra con su pasado de la manera que menos espera. La ayuda de una fugitiva hará que la magia, de alguna manera, vuelva a respirar, dando esperanza a aquellos que necesitan de ella para acabar con la amenaza diaria de un rey que cada día se vuelve más opresor. Por el camino no sólo dará con sitios y gente que creía extinta, sino que tendrá que enfrentarse a una serie de pruebas que, nunca, Zélie imaginó iba a batallar. Por un lado, su corazón, enfrascado en el pasado, en el momento en el que su madre fue asesinada, sintiendo el deseo de encontrar justicia y hacer de Orïsha lo que era antes mientras se debate con la aparición de alguien inesperado. Por otro, su magia, completa desconocida para ella, lo único que puede devolverle a los suyos todo su esplendor. Pero tener un poder tan grande puede no ser beneficioso al fin y al cabo y, aunque en las manos de Zélie está todo lo que necesita, es posible que realmente no sea la persona que la magia y los dioses llevan años buscando.
Hijos de Sangre y Hueso es la primera parte de una trilogía que, como digo, viene pisando fuerte, una historia con influencias africanas que regresa la magia a la literatura, un libro donde la reivindicación por parte de la autora estará muy presente mientras nos adentramos en un mundo lleno de dolor y sufrimiento, pero también con una pequeña chispa de esperanza que empezará a moverse por todos lados. Narrado en todo momento en primera persona, serán tres los personajes que contarán la historia, Zélie, Inan y Amari, viajando a través de sus pensamientos para conocer no solo sus vidas y observar como cada uno de ellos va evolucionando, comprendiendo y conociendo el mundo del que son parte, sino también para dirigirnos a otros lugares y meternos de lleno en el corazón del palacio del rey. Así pues, el libro comienza con unos capítulos lentos y con muchísima información, perfectos para poder ir conociendo desde el primer momento todo el mundo que la autora nos plantea y nos da a lo largo de las páginas del libro, unos capítulos en los que nos sumergiremos en historias del pasado y de leyenda, en las que conoceremos una magia interesante que deja un buen sabor de boca, a los diferentes personajes que protagonizarán esta parte y donde se irá tejiendo ese camino que seguirán cada uno de ellos a partir de ahí. Y, como lo prometido es deuda, pronto empezarán a moverse esas partes donde la acción cobra más importancia, donde la vida de Zélie se descoloca completamente, donde, mientras lees de manera rápida, sin complicaciones y entretenida, el mundo, la ambientación y la magia empezarán a crecer y crecer con respecto a lo que la autora nos cuenta desde un principio, una lectura que te tiene totalmente arropada y atrapada, un mundo que gusta conocer, una historia que empieza a moverse con muchísima rapidez, donde los peligros acechan por todas partes, donde otros, algo más lentos para descansar y seguir comprendiendo el mundo, se entremezclan con unos momentos finales de infarto en las que habrá algún que otro giro argumental para culminar con unas últimas páginas plagadas de tensión y nuevos peligros, así como de un montón de preguntas sin respuesta que te deja con ganas de saberlas ante la confusión final con la que nos va a dejar Adeyemi.
En mi caso, creo que el punto fuerte de esta novela es la ambientación. Ha sido una maravilla. Me ha gustado mucho cómo la autora explica poco a poco su mundo, cómo nos lo presenta y nos cuenta historias que nos hacen meternos de lleno en él. Estamos ante una ambientación basada y que bebe de la cultura africana, sus rituales y su forma de vivir, y es algo que se hace muy patente. Queda bastante original hacer que esas costumbres que tan poco vemos se hagan presentes de una manera que consigue gustar en un libro, hace que todo cobre vida por sí solo. Y la magia es fascinante, lo bien montada que está. Eso de los Dioses y sus respectivos poderes, como los diviners, las personas capaces de realizar sus conjuros, son físicamente y llaman a esa magia. Cómo viven y se distribuyen, esos detalles que hay alrededor de cada esquina: su fauna, su vegetación, sus rituales, sus creencias y sus costumbres. Tiene un toque particular y, aunque sea una magia que posiblemente se asemeja a otras que ya hemos visto, la forma en la que la crea y la usa es única, y a mí me ha encantado. Otra cosa que me gustaría destacar es que la autora haya usado esta historia para dar visibilidad a un colectivo que, en la literatura actual y juvenil, está bastante marginado. Además, de manera retórica, ha tocado temas sociales actuales que viven muchos y muchas sólo por tener un color de piel diferente. Intenta mostrarnos la cara que existe tras la muerte, el duelo, el dolor. Y creo que lo sabe plasmar bien, no solo con Zélie, sino también con otros personajes con los que intenta que empaticemos, un mensaje y una reacción que me parece maravillosa.
Sin embargo, el libro no me ha entusiasmado tanto como pensaba lo iba a hacer. Sí, es un libro que tiene absolutamente todo lo que os he contado hasta ahora, una ambientación increíble que, seguramente, irá creciendo en los próximos libros, una lectura rápida y entretenida en la que pasan muchas cosas. Aún así, para mí no ha sido la gran maravilla de la que todo el mundo hablaba y creo que, en parte, la culpa la ha tenido el romance, un aspecto que ha hecho que el libro se desinflase poco a poco. Entiendo completamente la necesidad que hay de meter, de alguna manera, un romance, eso gusta a la gente. Pero no gusta un romance que aparece de repente y en tan poco tiempo. Creía que la autora iba a ser más inteligente a la hora de tratar ese aspecto, pero me ha decepcionado y mucho. Nos encontramos ante un instalove que nace de manera surrealista y que hace que la trama, hasta ahora una auténtica maravilla, cambie radicalmente y se transforme en algo que, sinceramente, cuesta mucho más que tan solo una mirada, una sonrisa y poco más. Me ha parecido, además, que todo sucedía de manera precipitada y sin demasiadas complicaciones para los protagonistas a la hora de obtener aquello que llevan buscando otros años y años. De repente, ellos se lo encuentran de la noche a la mañana y sin apenas mover un dedo. Me hubiera gustado muchísima más resistencia y prohibiciones, más misiones plagadas de peligros, más dificultad. Y, como digo, el romance lo ensombrece todo, obtiene un papel protagonista que no debería de haber tenido porque es un sin sentido desde el principio y no me lo he creído en absoluto.
La pluma de la autora, no obstante, ha sido una grata sorpresa. Conozco algo de la historia que ha tenido anteriormente con otra de sus historias, y creo que le ha venido bien eso de mejorar por sí sola ya que ha llegado con una pluma exquisita. Me ha gustado la manera en la que mueve las cosas, con una inteligencia desbordante. Y me ha gustado mucho que haga que la lectura no sea pesada ni lenta salvo cuando tiene que meter esos momentos para crear el mundo. Su pluma ha hecho que el libro se lea rápido a pesar de sus más de seiscientas páginas, que estas pasen volando sin apenas darte cuenta. Aunque me quedo con la extraña sensación de que, a pesar del montón de páginas que tiene, no pasan en realidad demasiadas cosas.
En cuanto a los personajes, hay mucho de lo que hablar. Mi ganadora, Amari. Es un personaje que ha ido creciendo capítulo a capítulo, con una evolución apabullante que me ha encarado desde el primer momento. nos la encontramos como una chica miedosa, con sus fantasmas que le impiden actuar de cierta forma. Y, luego, vemos como va rompiendo esas cadenas, como intenta ser una mejor persona, como intenta enmendar sus errores y darle a cierta gente su merecido para devolver todo lo que tiene contenido en su interior y quedar un poco más en paz. Tras ella está Zélie, una chica que me ha gustado por su forma de ver el mundo, su espíritu guerrero y solidario, su parte más solidaria y sentimental. Me ha encantado que de tanto por todo le mundo, que intente buscar su felicidad sacrificándose a ella misma, su manera de hablar, tan sarcástica y tan dura. No obstante, es otro personaje que pierde fuelle en cuando el romance entra en acción. Por su parte, Inan y Tzain son los que menos me han gustado. El primero ha sido, desde el principio, un incordio y no me ha dicho gran cosa. Tiene un cambio brusco y va a dar algo de sorpresa, pero nunca llegas a tomarlo completamente. Tiene una mente que podría ser buena, con una visión esperanzadora pero que, sin embargo, sigue ahí con sus demonios, y lo he sentido bastante insulso. Tzain, el hermano de Zélie, tampoco he podido conectar con él. No me ha gustado ni un pelo su parte protectora, creo que en más de una ocasión ha perdido los estribos, es demasiado controlador y quita libertad a Zélie. Espero que en los siguientes libros, esas partes mejoren considerablemente.
En definitiva, Hijos de Sangre y Hueso no ha sido el gran libro que esperaba ver y esperaba que me entusiasmase, que me dejara sin respiración pero que, aún así, es un debut poderoso y original que da a Tomi Adeyemi el espacio dentro de la literatura que merece. Una historia potente y absorbente, llena de esperanza y reivindicativa, ha sido un primer libro interesante y que ha conseguido hacer que todas sus paginas volasen en mis manos.
¡Muchas gracias a Molino por el envío del ejemplar!
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