¡Hola ciudadanos! Seguimos con las reseñas, que ya me van quedando menos por hacer. Hoy os traigo la de un libro muy especial para mí, el final de una de mis trilogías distópicas y de ciencia ficción preferidas, La Quinta Ola. La Última Estrella es el título que lleva esta conclusión que me ha partido el corazón en pequeños pedacitos. Ha sido un final perfecto y doloroso y estoy, por un lado, contenta de ver que ha sido un final que no me ha decepcionado para nada. ¡Os cuento más abajo!
AVISO: Si sigues leyendo encontrarás spoilers de los dos libros anteriores
Autor: Rick Yancey
Editorial: Molino
Páginas: 352
Precio: 18€
ISBN: 9788427210004
SINOPSIS: La última fase de la invasión está a punto de completarse, lloverán bombas sobre las ciudades. El fin de la especie humana está asegurado y Cassie y sus compañeros saben que ha llegado el momento de escoger: entre el amor o el miedo, la confianza o la sospecha, el odio o el sacrificio, la fe o la barbarie. Entre salvarnos a nosotros mismos o salvar aquello que nos hace humanos. Y es que todo terminará donde empezó: la última batalla tendrá lugar en el último corazón humano y acabará con su último latido.
La Quinta Ola está a punto de llegar. Confinados en una casa en el bosque y protegidos con armas, solo quedan unas pocas horas para que los Otros destruyan lo que queda de humanidad. Alimentándolos con miedo y desconfianza, Cassie y los demás son los únicos que, parece ser, pueden ofrecer más resistencia y lucha. La nave nodriza que se ve desde el cielo está cargándose de bombas que irán cayendo por todas las ciudades y, si no consiguen hacer algo, sabrán que todo por lo que han luchado hasta ahora no servirá de nada. Mientras tanto, Hacha sigue siendo el juguete de Vosch. En su base, allí se entera de los planes de éste y la pieza fundamental que tiene uno de sus compañeros, por lo que pronto decidirá ponerse en marcha para trazar otro plan y llenarse las manos de sangre. por el camino, Zombi tendrá que apartar sus sentimientos hacia un lado y salvar a lo que queda de su pelotón, Hacha incluida. Cassie sabe que ir a rescatar a Hacha es un suicidio, sobre todo cuando no saben si sigue viva o muerta. Pero Zombi está dispuesto a ir a por ella y será entonces cuando las cosas se tuerzan de verdad. El reloj para el fin del mundo ha acelerado y la única esperanza que tiene la humanidad de salvarse es idear un plan que pueda destrozar los que ya tienen hechos los Otros. Y solo la humanidad, con confianza, cooperación y unidad, puede lograrlo. Solo que la humanidad ya no confía en nadie.
Después de una larga espera, La Última Estrella, esa conclusión de esa maravillosa trilogía que empezó con La Quinta Ola, por fin ha podido estar en mis manos y ser devorada. Un día y poco más. Eso es lo que me ha durado el libro. Y no sé ni cómo voy a hacer esta reseña porque ha sido un final tan apoteósico, tan bonito y tan desgarrador que es que no sé, de verdad. Desde que terminé el libro he entrado en un bucle de volver a recordarlo y analizarlo detenidamente, intentar hacerme una idea clara de qué es lo que me ha dejado esta tercera parte y, aunque ahora estoy algo más serena y puedo ser algo más objetiva, os digo que La Última Estrella, es un libro que te hace reflexionar sobre la familia, el amor, la unión y en lo que nos hace humanos. O, esperad que lo digo mejor: toda la trilogía te hace reflexionar sobre la vida y la humanidad.
En fin, que creo que voy a usar la técnica de poner todos mis feels en esta reseña, ya quedáis avisados pero, para ello, hay que ir a lo primero. Narrado por diferentes puntos de vista y en primera persona, La Última Estrella no peca de comenzar con unos capítulos lentos, sino que pronto se pone con toda la acción que puede dar, regresando a ese mundo post-apocalíptico que tanto he echado en falta. Así pues, los primeros compases es un no parar, empezando directamente con los problemas que los Otros van a dar nada más empezar, listos para terminar de una vez con ese trabajo que empezaron en cuanto llegaron a la Tierra. El libro se lee de una sentada y de un plumazo, para qué engañaros, el enganche que he tenido con él no ha sido normal y, dios, disfrutaba cada página como una niña pequeña. No sé si era por su ritmo frenético, los propios personajes o la de cosas que estaban sucediendo pero es que no podía despegarme de sus páginas, en serio. Y es que, encima, Yancey no solo se conformaba con tener una tercera parte plagada de acción, de correr para un lado y para otro, de persecuciones y escondidas por todas partes, sino que también metía cada dos por tres una información nueva que me dejaba trastocada, con los ojos totalmente abiertos y con una cara de tonta impresionante. Sí, hay giros argumentales, muchos, y lo mejor es que se mezcla con esa lucha de la humanidad por volver a recuperar lo que una vez fue suyo, sus vidas y su futuro, la valentía de algunos por no rendirse y seguir para dejar de ser esclavos del miedo, del terror y de estos seres.
La Última Estrella es un libro muy, muy intenso porque pasan mil cosas una detrás de otra y esas cosas son esa información y últimos detalles que nos hacían falta, al menos a mí, para entender del todo la motivación de los Otros y su misión. Pero claro, ¿para qué quedarnos solo con eso y no darle más juego? Así que, a partir de esa información que vamos a ir descubriendo a la par que nuestros personajes, éstos empezarán a trazar planes y muchas misiones que, MADRE MÍA, eso es lo que realmente me tenía en tensión máxima y enganchada y absorbida y nada, que no podía para de leer. Y vaya final señores, VAYA FINAL. Mirad que hace tres meses me enteré por Facebook lo que pasaba (sí, esas grandes páginas de libros que, en lugar de quedarse callada prefieren spoilear a la gente, que se le va a hacer) y, no, al principio me quedé totalmente impresionada porque no me lo esperaba para nada y no entendía porque Rick Yancey había escogido ese camino. Pero ahora que lo he leído tengo que decir que me parece un final perfecto, aunque seguramente muchos me matéis. Y cuando mi mente hizo clic y unió el título del libro, con su frase y lo que acababa de pasar, eso sí que fue bonito y alucinante. Así que cuando llegué al final ahí me quedé yo, medio llorando de felicidad, la otra parte de mi llena de tristeza, amando aún más si cabe la historia y a sus personajes, que tanto, tantísimo me han enseñado sobre la lucha por nuestras propias vidas y sobre no rendirse jamás para conseguir lo que quieres.
Sin embargo, aunque todo lo que os acabo de contar parece una utopía literaria, esa conclusión perfecta que cuesta siglos y siglos encontrarla, La Última Estrella no es perfecta, y es aquí donde entra esa parte de mí más objetiva. Veamos. Sí, este libro ha sido maravilloso y arrollador, de los que no se olvidan fácilmente y ha sido perfecto cuando tenía que serlo (dejo de ser pesada). Peeeeroooo... no ha sido perfecta en otros momentos. Explico el porqué: se supone que en un tercer libro, donde lo que queda de vida humana está en peligro de extinción, es posible que una guerra entre la humanidad y los Otros sea la mejor solución para intentar algo. Y sí, la humanidad hace su papel correctamente (o le grupo de Cassie y compañía, porque parece que no hay más humanos), me ha encantado la manera que en la que el autor ha ido ganando terreno poco a poco, con pequeños movimientos pero consiguiendo un resultado enorme. Pero, ¿qué pasa con la otra parte? Pues que ha estado bastante ausente y yo me esperaba muchísima más presencia de los Otros, sinceramente. Es como si hubieran estado sentados, con los brazos cruzados, esperando a que los humanos irrumpieran en sus bases y, ale, nosotros seguimos con nuestra filosofía sobre la existencia de los seres vivos y con eso ganamos. Me hubiera gustado encontrarme más resistencia, más dificultades, pero bueno, eso es algo personal y, por lo demás, el libro es una conclusión absolutamente ideal.
Como hace tiempo que no leía nada de nada a Rick Yancey, ya había olvidado lo genial que es escribiendo y, buah, que delicia de pluma, por favor. Si es que es increíble, como entiende él de muchas cosas, como va relacionando algunas de esas cosas con otras, como nos hace reflexionar y como juega con las sorpresas, los giros inesperados y los personajes para dejarnos descolocados, todo ello con una manera de narrar muy inteligente, segura, delicada, cuidada, llena de muchos valores, juvenil, realista y sin pelos en la lengua. Es que me encanta.
Y estoy triste porque ya les tengo que decir adiós a esos personajes que tanto me han dado. Cassie es un personaje que no olvidaré tampoco y no entiendo cómo hay gente que la odia pero bueno, para gustos, los colores. Me parece una chica luchadora, que no se deja llevar por nadie salvo por sus instintos, siendo fiel a los suyos y a sí misma, exponiendo sus pensamientos de manera clara y protegiendo a los demás y a su corazón con una barrera de sarcasmos que me enamoraron ya en el primer libro; luego tenemos a Evan, que es el personaje que aún sigue siendo el que menos he sentido. Me gusta en sí lo que representa, esa esperanza y esa pasión por la humanidad y la naturaleza que deberíamos de tener, pero no es un personaje que me encante. Es bastante distante, muy soso en algunos casos y, eso, me despido de él con un sabor agridulce; en cambio, Zombi, sí, sí y sí. Este chico sí que me tiene ganada, su manera de ser y de ver las cosas; de comportarse y de mandar por saco a todo extraterrestre que se ponga en su camino; Hacha, otra chica muy brutal y bestial, que le pega un tiro en la cabeza a quien sea que la ponga en peligro sin inmutarse, que se defiende de sus sentimientos mostrando un caracter duro, arisco y serio pero que, en realidad, es una chica amable, dulce y sentimental; y Sammy, que penita me da, de verdad. Ha sido un personaje muy duro, el que muestra otra cara de una realidad demasiado cruda para mirarla cara a cara, la pérdida de la inocencia cuando se está en guerra, teniendo que madurar demasiado deprisa y hacer cosas que no le corresponde a un niño.
En definitiva, La Última Estrella es el punto final de La Quinta Ola, un libro perfecto en casi todos los sentidos, con un ritmo apabullante que consigue enganchar al lector desde la primera página, con una acción que se disfruta nada más empezar, y con unos personajes inolvidables a los que cuesta decirles adiós. Simplemente, maravilloso.
¡Muchas gracias a Molino por el envío del ejemplar!
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