Soy consciente de que lo que menos queréis leer a estas alturas de la fiesta es una parrafada sobre los años, lo que viene y lo que se va, pero supongo que no puedo resistirme a escribirla antes de desearos un feliz años a todos.
Haciendo balance no tengo claro si el 2016 ha sido un buen o mal año, ha tenido una gran cantidad de buenas cosas, y también otras no tan buenas, han habido cambios, cosas que han hecho, por ejemplo, que no estuviera tan pendiente del blog y que leyera bastante menos de lo que lo hacia antes (lo que como habréis visto no significa que haya leído poco). El primer año de universidad, el comienzo del segundo, esos exámenes tan aterradores, al menos para mi, ademas del hecho de vivir en el transporte publico para ir y volver a clase cada día ¡No os podéis imaginar como he llegado a maldecir los trasbordos y los horarios mal cuadrados!
Tampoco os podéis imaginar lo que me he quejado este año, porque soy así, hay veces que lo hago con razón y otras que lo hago por el placer de quejarme, porque a pesar de todas las cosas malas, por llamarlas así, que han podido sucedes a lo largo de pasado año, también han ocurrido otras tantas buenas que me hacen querer ver que nos deparará el mundo mas adelante y tal vez mirarlo todo con un poco mas de filosofía.
No voy a desear que este 2017 solo ocurran cosas buenas, y lo digo de forma realista por muy pesimista que parezca esto en un principio. Somos humanos, cometemos errores y hay cosas que escapan a nuestro control y harán que no todo lo que se nos cruce en el camino sea de nuestro agrado, tal vez se nos complique bastante la vida.
Pero mirándolo bien, el 2015, el 2014, vamos, los famosos 90 que yo apenas recuerdo, también tuvieron sus lados buenos y sus lados duros, y la forma que tenemos de dividir nuestras vidas, en años de 365 días, o tal 366 dependiendo del caso, no hará que uno sea mejor o peor que el otro, porque se puede empezar con mal pie y acabar genial, o hacerlo justamente del revés, que a lo largo de los meses hayan una gran cantidad de sucesos que nos hagan felices entremezclados con momentos que tal vez nos resulten mas duros. ¿Y si mi año hubiera empezado en marzo y acabado en marzo? Aun me quedarían meses para hacer balance y tal vez algunas de las cosas mas pesimistas desaparecerían, o a lo las mejores, quien sabe.
Así que después de mi rollo filosófico, ese que acaba destrozando un poco la idea del año nuevo y mejor, solo me queda desearos un gran 2017 en el podáis cumplir todo lo que os propongáis.
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