¡Hola ciudadanos! Nueva semana y yo ya estoy contando los días para que me den las benditas vacaciones. Pero, como todavía quedan un par de semanas, mientras lo único que puedo hacer es traer nuevas reseñas y, para esta ocasión, os traigo la de un libro que tenía muchas ganas de leer por una simple razón: es una aventura de Sherlock Holmes. Pues sí, tenía ganas de introducirme de una vez por todas en lecturas d este personaje, que nunca lo he hecho de esta manera y la verdad es que ha merecido la pena. Me he enganchado, quiero más de Holmes y Watson y estoy segura de que esto es solo el comienzo de mi propia gran aventura. ¡Os dejo mi opinión debajo!
Autor: Bonnie MacBird
Editorial: HarperCollins
Páginas: 272
Precio: 17€
ISBN: 9788416502103
SINOPSIS: Londres. Un diciembre nevado, 1888. Sherlock Holmes, de 34 años, languidece y ha vuelto a la cocaína tras una desastrosa investigación sobre Jack el Destripador. Watson no logra consolar ni reanimar a su amigo, hasta que llega de París una carta codificada de modo extraño. Mademoiselle La Victoire, una hermosa cantante de cabaret francesa, cuenta que el hijo ilegítimo que tuvo con un lord inglés ha desaparecido y que ella ha sido atacada en las calles de Montmartre. Acompañado de Watson, Holmes viaja a París y descubre que el niño desaparecido es solo la punta del iceberg de un problema mucho mayor: la estatua más valiosa desde la Victoria de Samotracia ha sido robada de forma violenta en Marsella, y han encontrado asesinados a varios niños de un telar de seda en Lancashire. Las pistas en los tres casos apuntan a un hombre intocable. ¿Conseguirá Holmes recuperarse a tiempo para encontrar al chico desaparecido y poner fin a la ola de asesinatos? Para hacerlo, tendrá que ir siempre un paso por delante de un peligroso rival francés y esquivar las amenazadoras intromisiones de su propio hermano, Mycroft. Esta última aventura, al estilo de sir Arthur Conan Doyle, manda al icónico dúo desde Londres hasta París y de ahí a los páramos helados de Lancashire en un caso que pone a prueba la amistad de Watson y la fragilidad y el talento de la naturaleza artística de Sherlock Holmes.
Creo que, después de tantos años, era la hora de toparse con un mítico: Sherlock Holmes. No, todavía no había tenido la oportunidad de leer un libro o una historieta entera del famoso detective inglés más allá de los libros pequeños que me han mandado en más de una ocasión para clase de inglés en el instituto. Soy muy fan de Sherlock pero solo por sus numerosas películas y series, las cuales sigo muy a menudo y me encantan. Tenía unas grandes ganas de poder meterme de lleno en la época victoriana que también caracterizan los libros, conocer a un Watson muy unido a Sherlock y poder descifrar el enigma que este tiene en la cabeza a todas horas. Aunque no se aun libro escrito por Conan Doyle, La autora se ha basado maravillosamente en su creación, dándonos un libro digno de Sherlock aunque, como os diré más adelante, con algo que no me ha terminado de convencer.
Sherlock no está pasando por un buen momento. Su adicción a la cocaína, la falta de trabajo y sus líos nocturnos, no hacen más que manchar su reputado nombre. Watson se preocupa por él y parece que no puede animarle con nada. Nada salvo un nuevo caso. Cuando llega una carta desde Francia pidiendo ayuda al ingenioso dúo, Sherlock pronto se anima. En esta ocasión, se pude la ayuda de su ingenio para descubrir el paradero del hijo de su clienta, Emil, con el que cada año se reúne y este, para su sorpresa, no podrá verlo. Un viaje hasta Francia los llevarán a conocer a Mademoiselle La Victoire, conocida en los locales nocturnos por su gran voz y espectáculo. Allí se enteran de que uno de los condes mas notorios de Inglaterra sufrió un desliz en una noche de hace muchos años, teniendo como resultado un hijo que están criando entre el conde y su esposa sin desvelar que la joven es su verdadera madre. Sin embargo, el caso de Holmes y Watson no hará más que aumentar y dar giros imprevisibles cuando se entremezcle la historia del arte y una escultura famosa allá por donde va: la Nike. Bajo una red clandestina de contrabando de arte, Holmes tendrá que aprender el oficio para poder conseguir información. Pero, por si fuera poco, un asesinato y una historia de esclavitud infantil en fábricas empieza a rugir con fuerza y Holmes solo sabe que el caso de su clienta y los demás están relacionados de alguna manera. ¿Qué es lo que ha pasado realmente con el hijo de Mademoiselle La Victoire? ¿Quién es el asesino que se esconde entre ellos? ¿Y que relación tiene la mano de obra infantil con todo esto?
Desplazándonos hasta el Londres victoriano, siglo XIX, Bonnie MacBird nos trae la historia de un Sherlock Holmes inestable a causa de la consumición de sustancias tóxicas, de un Watson ya casado y preocupado por su gran amigo, de una joven que intenta recuperar a su hijo y la historia de como la amistad entre dos personas es igual de fuerte que cualquier otra cosa, como el amor de una madre hacia su hijo mueve mundos y como el dinero ciega y crea monstruos con aspecto de hombre. Narrado en casi todo momento por el personaje de Watson, y digo en casi todo momento porque hay un par de capítulos que serán contados por Sherlock, y otro personaje que iremos conociendo a lo largo de la trama, Arte en la Sangre es un libro que, además de corto y de leerse de manera fluida y rápida, está dividido en numerosas partes. El que sea un libro corto, sin abusar de descripciones y de demasiadas páginas, hace que la historia vaya directa al grano desde el principio, obligando al lector meterse de lleno nada más empezar, y ser testigo de como Holmes y Watson aceptar un trabajo que pronto les llevará a París. Este es un libro que he disfrutado y saboreado desde el principio, la gran ambientación que se presenta, la dinámica de la lectura y la sabiduría, la diversión y la chispa de Hokmes hacen que, además de estar pendiente de un caso que es difícil hilar, te diviertas como nunca. Siempre he dicho que los libros con tramas que no se ven a simple vista, si no que se mantienen ocultas para ir dejando huellas, esas migas de pan, a lo largo del camino para que se vaya formando poco a poco y te vaya sorprendiendo con giros perfectos, me encantan. Y Arte en la Sangre tiene eso además de una inteligencia extraordinaria. Es una lectura elegante, entretenida, con la que apenas de aburres y con la que nunca vas a parar de funcionar porque, tal y como creo que la autora pretendía, tu eres uno más entre Holmes y Watson, te conviertes en detective y buscas las pistas que hacen falta para resolver el rompecabezas. Creo que una parte de la trama ha estado muy bien levada, consiguiendo esa sensación de estar muy enganchada al libro. Y, como viene sucediendo con personajes de esta índole, no es hasta el final cuando la fin se ve la luz, consiguiendo que el libro no sea predecible. Arte en la Sangre es un libro que, sí o sí, te fascina por sus personajes, su ambientación y su trama detectivesca, una que consigue atraparte para no soltare hasta que llegas hasta el punto final.
Como digo, algo que me ha encantado es la manera que ha tenido la autora de ir paso a paso, como ha sabido mantenerse, no precipitando los hechos y solo dejando pinceladas que bien pueden dar ya una idea de lo que se va a venir. El misterio se ha mantenido, algo por lo que aplaudo ya que la lectura no hubiera sido igual de emocionante si ya ves le resultado desde el principio. Pero, por supuesto, la época victoriana hace un papel enorme y es donde, también, vive lo mejorcito del libro. Palpas la época en la que estás, sientes como si realmente estuvieras allí, te impregnas de todas las costumbres, de todos los pensamientos de aquellos años y del modo de vida de esa sociedad. Como amante de la historia, y más de este pedazo de historia, ha sido como disfrutar de ese caramelo que te dan cuando eres pequeña. Sin embargo, no todo es reluciente y, como he dicho la empezar la reseña, hay algo que no me ha convencido. Y ha sido la falta de intensidad. No sé si es porque, a la hora de escribir este libro, la autora se ha basado en un Sherlock Hokmes algo más mayor, no tan atrevido y algo desfasado. Esperaba mucho más de este detective, más energía por su parte. También hay que destacar que no es una historia escrita por el propio creador del personaje y, quizás, la autora no haya conseguido darle la personalidad característica de Holmes.
Más o menos, creo que he ido dejando a lo largo de toda la reseña el estilo que ha ido usando Bonnie MacBird por el libro, una pluma directa, entendible a pesar de estar en la mente de Holmes, nada rebuscada y poco descriptiva, lo justo para imaginar el escenario, así que pasaré a describir a los personajes. Sherlock es un personaje que siempre me ha encantado y aquí no es que lo haya visto diferente de, quizás, como lo vi en las películas de Robert Downey Jr., pero si que lo he visto algo distanciado con respecto a Watson. Es una persona al que le cuesta muchísimo mostrar sus sentimientos, prefiere guardárselos para él solo, sufrir solo y todo solo. A pesar de que ha conseguido trabar una grandísima amistad con Watson, es un hombre que prefiere estar solo antes que acompañado.- Sin embargo, en su interior siente esa necesidad de tener un acompañante para sus aventuras, alguien que pueda ser su confidente. Es un hombre maravilloso que, aún a pesar de tener sus grandes demonios, es increíble. Y Watson, admiro mucho a ese hombre por aguantar tanto. Es ingenioso y divertido, tiene otra manera de ver las cosas y se complementa a la perfección con Holmes, Le aprecia demasiado, lo daría todo por él, le encanta pasar tiempo con su amigo y resolver casos turbios y oscuros. Es caballeroso, gentil, valiente y dispuesto a enfrentarse a cualquiera que pueda hacer daño a los suyos.
En definitiva, Arte en la Sangre es una gran historia, ambientada en una gran y consolidada época victoriana, basada en dos de los más grandes personajes que la literatura inglesa ha podido crear. Divertida, deslumbrante, inteligente, es un libro que recrea muy bien el espíritu detectivesco, uno que te llega a enganchar sin poder remediarlo.
Sherlock no está pasando por un buen momento. Su adicción a la cocaína, la falta de trabajo y sus líos nocturnos, no hacen más que manchar su reputado nombre. Watson se preocupa por él y parece que no puede animarle con nada. Nada salvo un nuevo caso. Cuando llega una carta desde Francia pidiendo ayuda al ingenioso dúo, Sherlock pronto se anima. En esta ocasión, se pude la ayuda de su ingenio para descubrir el paradero del hijo de su clienta, Emil, con el que cada año se reúne y este, para su sorpresa, no podrá verlo. Un viaje hasta Francia los llevarán a conocer a Mademoiselle La Victoire, conocida en los locales nocturnos por su gran voz y espectáculo. Allí se enteran de que uno de los condes mas notorios de Inglaterra sufrió un desliz en una noche de hace muchos años, teniendo como resultado un hijo que están criando entre el conde y su esposa sin desvelar que la joven es su verdadera madre. Sin embargo, el caso de Holmes y Watson no hará más que aumentar y dar giros imprevisibles cuando se entremezcle la historia del arte y una escultura famosa allá por donde va: la Nike. Bajo una red clandestina de contrabando de arte, Holmes tendrá que aprender el oficio para poder conseguir información. Pero, por si fuera poco, un asesinato y una historia de esclavitud infantil en fábricas empieza a rugir con fuerza y Holmes solo sabe que el caso de su clienta y los demás están relacionados de alguna manera. ¿Qué es lo que ha pasado realmente con el hijo de Mademoiselle La Victoire? ¿Quién es el asesino que se esconde entre ellos? ¿Y que relación tiene la mano de obra infantil con todo esto?
Desplazándonos hasta el Londres victoriano, siglo XIX, Bonnie MacBird nos trae la historia de un Sherlock Holmes inestable a causa de la consumición de sustancias tóxicas, de un Watson ya casado y preocupado por su gran amigo, de una joven que intenta recuperar a su hijo y la historia de como la amistad entre dos personas es igual de fuerte que cualquier otra cosa, como el amor de una madre hacia su hijo mueve mundos y como el dinero ciega y crea monstruos con aspecto de hombre. Narrado en casi todo momento por el personaje de Watson, y digo en casi todo momento porque hay un par de capítulos que serán contados por Sherlock, y otro personaje que iremos conociendo a lo largo de la trama, Arte en la Sangre es un libro que, además de corto y de leerse de manera fluida y rápida, está dividido en numerosas partes. El que sea un libro corto, sin abusar de descripciones y de demasiadas páginas, hace que la historia vaya directa al grano desde el principio, obligando al lector meterse de lleno nada más empezar, y ser testigo de como Holmes y Watson aceptar un trabajo que pronto les llevará a París. Este es un libro que he disfrutado y saboreado desde el principio, la gran ambientación que se presenta, la dinámica de la lectura y la sabiduría, la diversión y la chispa de Hokmes hacen que, además de estar pendiente de un caso que es difícil hilar, te diviertas como nunca. Siempre he dicho que los libros con tramas que no se ven a simple vista, si no que se mantienen ocultas para ir dejando huellas, esas migas de pan, a lo largo del camino para que se vaya formando poco a poco y te vaya sorprendiendo con giros perfectos, me encantan. Y Arte en la Sangre tiene eso además de una inteligencia extraordinaria. Es una lectura elegante, entretenida, con la que apenas de aburres y con la que nunca vas a parar de funcionar porque, tal y como creo que la autora pretendía, tu eres uno más entre Holmes y Watson, te conviertes en detective y buscas las pistas que hacen falta para resolver el rompecabezas. Creo que una parte de la trama ha estado muy bien levada, consiguiendo esa sensación de estar muy enganchada al libro. Y, como viene sucediendo con personajes de esta índole, no es hasta el final cuando la fin se ve la luz, consiguiendo que el libro no sea predecible. Arte en la Sangre es un libro que, sí o sí, te fascina por sus personajes, su ambientación y su trama detectivesca, una que consigue atraparte para no soltare hasta que llegas hasta el punto final.
Como digo, algo que me ha encantado es la manera que ha tenido la autora de ir paso a paso, como ha sabido mantenerse, no precipitando los hechos y solo dejando pinceladas que bien pueden dar ya una idea de lo que se va a venir. El misterio se ha mantenido, algo por lo que aplaudo ya que la lectura no hubiera sido igual de emocionante si ya ves le resultado desde el principio. Pero, por supuesto, la época victoriana hace un papel enorme y es donde, también, vive lo mejorcito del libro. Palpas la época en la que estás, sientes como si realmente estuvieras allí, te impregnas de todas las costumbres, de todos los pensamientos de aquellos años y del modo de vida de esa sociedad. Como amante de la historia, y más de este pedazo de historia, ha sido como disfrutar de ese caramelo que te dan cuando eres pequeña. Sin embargo, no todo es reluciente y, como he dicho la empezar la reseña, hay algo que no me ha convencido. Y ha sido la falta de intensidad. No sé si es porque, a la hora de escribir este libro, la autora se ha basado en un Sherlock Hokmes algo más mayor, no tan atrevido y algo desfasado. Esperaba mucho más de este detective, más energía por su parte. También hay que destacar que no es una historia escrita por el propio creador del personaje y, quizás, la autora no haya conseguido darle la personalidad característica de Holmes.
Más o menos, creo que he ido dejando a lo largo de toda la reseña el estilo que ha ido usando Bonnie MacBird por el libro, una pluma directa, entendible a pesar de estar en la mente de Holmes, nada rebuscada y poco descriptiva, lo justo para imaginar el escenario, así que pasaré a describir a los personajes. Sherlock es un personaje que siempre me ha encantado y aquí no es que lo haya visto diferente de, quizás, como lo vi en las películas de Robert Downey Jr., pero si que lo he visto algo distanciado con respecto a Watson. Es una persona al que le cuesta muchísimo mostrar sus sentimientos, prefiere guardárselos para él solo, sufrir solo y todo solo. A pesar de que ha conseguido trabar una grandísima amistad con Watson, es un hombre que prefiere estar solo antes que acompañado.- Sin embargo, en su interior siente esa necesidad de tener un acompañante para sus aventuras, alguien que pueda ser su confidente. Es un hombre maravilloso que, aún a pesar de tener sus grandes demonios, es increíble. Y Watson, admiro mucho a ese hombre por aguantar tanto. Es ingenioso y divertido, tiene otra manera de ver las cosas y se complementa a la perfección con Holmes, Le aprecia demasiado, lo daría todo por él, le encanta pasar tiempo con su amigo y resolver casos turbios y oscuros. Es caballeroso, gentil, valiente y dispuesto a enfrentarse a cualquiera que pueda hacer daño a los suyos.
En definitiva, Arte en la Sangre es una gran historia, ambientada en una gran y consolidada época victoriana, basada en dos de los más grandes personajes que la literatura inglesa ha podido crear. Divertida, deslumbrante, inteligente, es un libro que recrea muy bien el espíritu detectivesco, uno que te llega a enganchar sin poder remediarlo.
¡Muchas gracias a HarperCollins por el envío del ejemplar!
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