¡Qué calor hace! Ya estoy volviendo a retrasarme un poco con las reseñas pero, en serio, no hay quien lea con este calor asfixiante del sur. Al menos si que voy terminando las lecturas, con un ritmo algo más pausado del que estaba llevando, pero eso me permite traeros nueva reseña como la de ahora. En esta ocasión quiero hablaros sobre un libro que, probablemente, mucho de vosotros no leeréis porque no os va el tema principal que tiene esta historia, pero últimamente necesito leer algo así y no sé porqué, solo sé que son un soplo de aire fresco. Zac y Mia es una novedad de Salamandra y es un libro del cual no iba con grandes expectativas. Lo vi de refilón cuando Boolino lo presentó, pero no quise embarcarme en él hasta que no hubiera visto reseñas y, la verdad, la cosa pintaba bien, una historia normal y entretenida. Siendo justamente eso lo que ha sido para mí esta lectura, al final me ha entretenido, e incluso divertido en algunas partes, por lo que os puedo asegurar que, si sois como yo y no os da ningún apuro leer libros así, os puede acabar gustando. Para más, abajo está el resto.
Autor: A.J. Betts
Editorial: SalamandraPáginas: 288
Precio: 14,95€
ISBN: 9788498386509
SINOPSIS: Si bien el ambiente frío y aséptico de una clínica es el último lugar donde una pareja de adolescentes esperaría iniciar una relación significativa, a veces el azar nos sorprende con encuentros fortuitos que marcan nuestro destino. Convaleciente de un trasplante de médula, Zac lleva semanas solo y aburrido en el hospital cuando en la habitación contigua ingresan a Mia, una impetuosa chica de su edad. A los golpecitos en el tabique del principio les sigue el intercambio de notas por medio de las enfermeras y, finalmente, en el silencio de la noche, la comunicación a través de Facebook. Paulatinamente, una amistad surgida de la necesidad da paso a una atracción muy especial que, sin embargo, se verá expuesta a una dura prueba cuando más adelante la realidad cotidiana interponga unos obstáculos con los que Zac y Mia no contaban.
No sé que es lo que me pasa últimamente, pero me está dando y mucho por leer historias donde aparece un tema en común: el cáncer. Desde que leí Bajo la Misma Estrella, libro que me rompió el corazón en mil pedacitos esparcidos por todos lados, leer historias sobre esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo es algo que necesito para volver a la realidad. Hace poco he leído Un Final para Rachel, un libro diferente en cuanto a esta categoría que me hizo reír más que llorar. Y, una vez más, vuelvo con una novedad de Salamandra, una historia sobre dos adolescentes que tienen que enfrentarse a al dura enfermedad llamada Zac y Mia. Cuando lo empecé no sabía muy bien que es lo que podía esperar, ¿una historia a lo Bajo la Misma Estrella, donde dos adolescentes se enamoran y vuelven a las andadas pasadas o una historia donde lo importante es disfrutar de los últimos días que te quedan y no perder jamás la sonrisa? Ahora que lo he leído puedo decir que Zac y Mia es una historia de dos chicos con miedo, que intentan buscar su lugar en este mundo y contentar a ese gran porqué que desde hace tiempo anda por sus cabezas.
Zac Meier es un chico al que le diagnosticaron Leucemia y el cual está atrapado dentro de una habitación durante varias semanas después de poder obtener un trasplante de médula ósea por parte de un donante alemán. Sus días en el hospital y en aquella aburrida habitación se resumen en partidas al Call of Duty con su madre, observar el vaivén de la gente por los pasillos y conectarse a Facebook de madrugada, cuando Zac no puede conciliar el sueño. Siempre ha estado rodeado de gente con su misma enfermedad, pero cuando una nueva vecina se instala en la habitación de la lado presentándose con una canción de Lady Gaga a todo volumen y repitiéndose una y otra vez, Zac nunca espera encontrarse con una persona que pronto cambiará su vida. Mia es una chica que siempre ha sido feliz, acorralada por toda la gente a la que quiere y aprecia y con muchos amigos. Pero cuando le diagnosticaron osteosarcoma en el tobillo, toda su vida se vino abajo. Ahora, una chica rebelde y enfadada con el mundo, está perdida y lo único que hace es meterse dentro de su propia mente y no dejar que nadie entre en ella. Los problemas con su madre y la ruptura con su actual novio no hacen más que incrementar su propia inseguridad. Pero conocer a Zac, ese chico que le devuelve su tac con un toc en la pared, podría significar más que una salvación. Cuando Zac sale del hospital, Mia se siente sola y defraudada. Y Zac, mientras tanto, no hace más que pensar en la chica que se negaba a una curación y no aceptaba el encontrarse en esa situación. Sin embargo, el destino tiene preparado algo más para ellos dos y, cuando ambos se vuelven a juntar, los dos empiezan a ver cosas el uno del otro que pensaban habían perdido para siempre y nunca podrían volver a recuperar. Zac, el chico bromista y risueño y Mia, la chica cabezota y malhumorada, dos personas completamente diferentes con una historia en común que no hace más que empezar.
A.J. Betts nos presenta en este libro una historia real con personajes reales, con un tema delicado como es el cáncer para dejarnos el mensaje de que hay que apreciar cada detalle que tenemos la oportunidad de tocar o experimentar que, hay que aprovechar cada segundo que tenemos de nuestras vidas y que hay que ver que una amistad, provenga de donde provenga, puede hacer milagros y cambiar el rumbo del camino que estás recorriendo totalmente. Zac y Mia es un libro narrado en primera persona a través de los ojos de ambos protagonistas y está dividido en tres partes: Zac, y, Mia, tal y como reza el título. Hablando de cada una de las partes en las que se compone esta lectura, para mí la primera ha sido la más lenta de todas y la que más me ha fallado. Meternos en un ambiente donde todo es enfermedad por un lado, tristeza por otro e impotencia y miedo por el hueco que queda, siempre va a dificultar el que el escritor de la historia no lo tenga tan fácil a la hora de introducirnos en ella. No es una historia que puede comenzar con una felicidad y, a partir de ahí, ir poniendo a ambos personajes por diferentes fases y pruebas. Es una historia la cual, desde le primer momento, va a tener un aura no tan positiva y creo que es lo que ha hecho que al principio, la lectura sea lago lenta, densa y con la que es difícil engancharse ya que lo único que vamos a ver es le pensamiento de una persona que tiene que vivir con cáncer, ver las cosas a su manera, aguantar sus pensamientos, seas cuales seas, y empezar a sentir el crecimiento de esa esperanza de recuperación. A pesar de que la parte llamada Zac es la que, podría decir, menos me ha gustado, es una parte vital para entender el comportamiento de ambos protagonistas más adelante. Te da detalles importantes y, a la vez, la autora ha sabido esconder algún que otro momento en el cual se puede esbozar una sonrisa. Cuando empieza la segunda parte, titulada Y, la trama empieza a mejorar y a adquirir algo más de dinamismo y movimiento y es cuando realmente la historia te empieza a atrapar poco a poco porque nos vamos a embarcar en una aventura personal para poder conocerse a uno mismo, empezar a entender las cosas y a empezar a madurar. En esta historia sí que hay lucha, pero no una en la cual hay un enfrentamiento directo con otra persona. Es una lucha con tu interior, de empezar a coger las riendas de tu vida y empezar a notar cada una de las cosas que te han acompañado hasta ahora para darte cuenta de que realmente tienes mucha suerte. Zac y Mia no es un libro donde hay acción a raudales, donde hay tensión o un misterio que resolver, es una historia real y cruda que me abre, una vez más, los ojos.
Con esto quiero decir que Zac y Mia es un libro con una trama sencilla de seguir que se puede leer en un suspiro si te van este tipo de historias, pero no es un libro donde la trama se caracteriza por tener una acción o escenas que produzcan una adicción literaria tremenda. A pesar de que el inicio es lento, el argumento va mejorando poco a poco y pronto nos encontramos con unas situaciones que ya si que te hacen reír con la boca bien abierta. Además, la tercera y última parte, llamada Mia, tiene escondida el resto, un giro argumental que, si has estado atento puedes ver con antelación o, por otro lado, puede pillarte por sorpresa, dándote la sensación que faltaba para decir que la historia ha ido mejorando para convertirse en una que acaba leyéndose con bastante rapidez y comodidad, dejándote un buen sabor de boca.
Lo que más me ha gustado de este libro es la clara evolución de los personajes, algo que siempre me ha gustado ver porque da efecto realista. Al principio vemos como Zac es el más alegre, el que siempre intenta animar a los demás y el que gasta bromas a pesar de estar como está. Y, luego, mía es la chica rebelde, la que grita, se enfada con todo el mundo, no acepta su enfermedad, no quiere saber nada de ella, está triste y no se deja ver realmente como es por nadie. De ese Zac y esa Mia del principio, vamos a pasar al final a tener a dos personas muy diferentes, con un pensamiento distante al que tenían cuando comenzaron, con papeles incluso algo intercambiados, que a mi me ha gustado mucho. porque, y aquí es donde meto la segunda cosa que más me ha gustado de este libro, demuestra la importancia y el poder que tiene una amistad unida por algo que ambas personas comprenden ya que la sufren, y saben como afrontarlo y hacer que el otro lleve para adelante la vida que le ha tocado vivir. No es un libro donde lo más importantes es ver como dos personas diferentes y que no se conocen de nada, se van arrimando y se van enamorando. Es una historia de superación, de saber cuando y como hay que actuar, de abrir los ojos y de aceptación, cosa que me ha encantado.
¿El problema? Pues que ambos personajes y todos aquellos que los acompañan, familiares u otros amigos, se me han quedado planos, muy planos. Es cierto que cada uno de ellos tienen una presencia muy fuerte y realista, pero me hubiera gustado indagar más en la vida de todos ellos, conocerlos más profundamente y Betts no ha sabido desarrollarlos en su totalidad. Hay información que se ha quedado muy oculta que, probablemente, me hubiera gustado saber y es lo que más he echado en falta.
Por lo demás, la autora tiene una forma de escribir bastante consciente, con los pies en la tierra. Sabe hablar del tema, usas tecnicismos médicos, hablar de probabilidades, de síntomas, de diferentes tipos de esa enfermedad, haciéndonos ver que conoce el tema y que se mueve con gran facilidad saque lo que saque. A pesar de ser algo complejo, es también sencilla en cuanto a la trama, dejando conversaciones que no apuntar a algo metafórico pero si que deja un mensaje claro y bastante directo desde le primer momento. Sin llegar al dramatismo extremo, no nos presenta una argumento para llorar únicamente, también ha sabido entremezclar los momentos agridulces de esta etapa aunque, eso sí, conservando la esencia de los libros de esta índole.
Los personajes, sin embargo, ya he dicho que le ha costado algo más llevarlos a cabo. Zac es un chico abierto que no le tiene miedo al mundo. Tiene mucha energía positiva, ganas de volver a respirar un aire que le fue arrebatado meses antes, es alegre, gasta bromas, apoya a los demás, da consejos, les hace pasar por pruebas para que, aquellos que no ven todavía claramente, puedan despertarse de una vez y aterrizar en el mundo real. Ha sido un personaje que me ha gustado mucho y por eso he sentido lástima de no poder conocerle mejor. Mia, por le contrario, es un personaje que no me ha terminado de convencer. La he visto demasiado seca, es decir, siempre con un mal genio, dándole más importancia a su aspecto físico, preocupándose de que si se ve guapa, con muchas inseguridades en cuanto a su aspecto, borde y antipática. Luego mejora bastante, pero aguantaremos a esa Mia bastante tiempo y no me ha gustado. Entiendo que quiera protegerse del mundo, cualquiera lo haría, pero tiene un comportamiento que deja mucho que desear.
Para terminar, solo me queda decir que Zac y Mia es un libro que, o te gusta, o lo odias. Tiene un inicio lento y extenso pero poco a poco la trama te va enganchado mientras te muestra la realidad que se esconde tras un tema que, mucha gente, tiene como tabú. Es un libro sobre la vida y la amistad, los primeros pasos después de una crisis y un empujón a no rendirse jamás. Con unos personajes que demuestra una evolución favorable y un estilo de la autora realista, divertida y llena de coraje, es un libro que puede llevarse un pedazo de tu corazón.
Con esto quiero decir que Zac y Mia es un libro con una trama sencilla de seguir que se puede leer en un suspiro si te van este tipo de historias, pero no es un libro donde la trama se caracteriza por tener una acción o escenas que produzcan una adicción literaria tremenda. A pesar de que el inicio es lento, el argumento va mejorando poco a poco y pronto nos encontramos con unas situaciones que ya si que te hacen reír con la boca bien abierta. Además, la tercera y última parte, llamada Mia, tiene escondida el resto, un giro argumental que, si has estado atento puedes ver con antelación o, por otro lado, puede pillarte por sorpresa, dándote la sensación que faltaba para decir que la historia ha ido mejorando para convertirse en una que acaba leyéndose con bastante rapidez y comodidad, dejándote un buen sabor de boca.
Lo que más me ha gustado de este libro es la clara evolución de los personajes, algo que siempre me ha gustado ver porque da efecto realista. Al principio vemos como Zac es el más alegre, el que siempre intenta animar a los demás y el que gasta bromas a pesar de estar como está. Y, luego, mía es la chica rebelde, la que grita, se enfada con todo el mundo, no acepta su enfermedad, no quiere saber nada de ella, está triste y no se deja ver realmente como es por nadie. De ese Zac y esa Mia del principio, vamos a pasar al final a tener a dos personas muy diferentes, con un pensamiento distante al que tenían cuando comenzaron, con papeles incluso algo intercambiados, que a mi me ha gustado mucho. porque, y aquí es donde meto la segunda cosa que más me ha gustado de este libro, demuestra la importancia y el poder que tiene una amistad unida por algo que ambas personas comprenden ya que la sufren, y saben como afrontarlo y hacer que el otro lleve para adelante la vida que le ha tocado vivir. No es un libro donde lo más importantes es ver como dos personas diferentes y que no se conocen de nada, se van arrimando y se van enamorando. Es una historia de superación, de saber cuando y como hay que actuar, de abrir los ojos y de aceptación, cosa que me ha encantado.
¿El problema? Pues que ambos personajes y todos aquellos que los acompañan, familiares u otros amigos, se me han quedado planos, muy planos. Es cierto que cada uno de ellos tienen una presencia muy fuerte y realista, pero me hubiera gustado indagar más en la vida de todos ellos, conocerlos más profundamente y Betts no ha sabido desarrollarlos en su totalidad. Hay información que se ha quedado muy oculta que, probablemente, me hubiera gustado saber y es lo que más he echado en falta.
Por lo demás, la autora tiene una forma de escribir bastante consciente, con los pies en la tierra. Sabe hablar del tema, usas tecnicismos médicos, hablar de probabilidades, de síntomas, de diferentes tipos de esa enfermedad, haciéndonos ver que conoce el tema y que se mueve con gran facilidad saque lo que saque. A pesar de ser algo complejo, es también sencilla en cuanto a la trama, dejando conversaciones que no apuntar a algo metafórico pero si que deja un mensaje claro y bastante directo desde le primer momento. Sin llegar al dramatismo extremo, no nos presenta una argumento para llorar únicamente, también ha sabido entremezclar los momentos agridulces de esta etapa aunque, eso sí, conservando la esencia de los libros de esta índole.
Los personajes, sin embargo, ya he dicho que le ha costado algo más llevarlos a cabo. Zac es un chico abierto que no le tiene miedo al mundo. Tiene mucha energía positiva, ganas de volver a respirar un aire que le fue arrebatado meses antes, es alegre, gasta bromas, apoya a los demás, da consejos, les hace pasar por pruebas para que, aquellos que no ven todavía claramente, puedan despertarse de una vez y aterrizar en el mundo real. Ha sido un personaje que me ha gustado mucho y por eso he sentido lástima de no poder conocerle mejor. Mia, por le contrario, es un personaje que no me ha terminado de convencer. La he visto demasiado seca, es decir, siempre con un mal genio, dándole más importancia a su aspecto físico, preocupándose de que si se ve guapa, con muchas inseguridades en cuanto a su aspecto, borde y antipática. Luego mejora bastante, pero aguantaremos a esa Mia bastante tiempo y no me ha gustado. Entiendo que quiera protegerse del mundo, cualquiera lo haría, pero tiene un comportamiento que deja mucho que desear.
Para terminar, solo me queda decir que Zac y Mia es un libro que, o te gusta, o lo odias. Tiene un inicio lento y extenso pero poco a poco la trama te va enganchado mientras te muestra la realidad que se esconde tras un tema que, mucha gente, tiene como tabú. Es un libro sobre la vida y la amistad, los primeros pasos después de una crisis y un empujón a no rendirse jamás. Con unos personajes que demuestra una evolución favorable y un estilo de la autora realista, divertida y llena de coraje, es un libro que puede llevarse un pedazo de tu corazón.
¡Muchas gracias a Salamandra por el envío del ejemplar!
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