¡Hola ciudadanes! ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? ¿Habéis empezado bien esta semana? ¡Yo a tope! Es por eso que, un lunes más, aquí estoy con otra reseña. Hoy me muevo hacia el panorama literario nacional para hablaros de la última novela publicada por Andrea Tomé con Crossbooks, La luna en la puerta, un libro que vuelve a ser la voz de diferentes temas sociales, tal y como han sido sus anteriores libros. ¿Queréis saber qué me ha parecido? ¡Pues seguid leyendo!
Título original: -
Trilogía/Saga: No
Autor: Andrea Tomé
Editorial: Crossbooks
Páginas: 336
Precio: 14,95€
ISBN: 9788408202196
SINOPSIS:
Judith Salazar tiene diecisiete años y prestigio en las calles como la mejor rapera de Santa Ana, el barrio obrero, duro y asfixiante en el que siempre ha vivido con sus padres y su hermano Saulo. Pero un día Judith se queda sin palabras y sin rimas: el día en que su hermano decide suicidarse. Ahora solo le queda el hombro de Chaim y una enorme necesidad de entender los motivos que llevaron a su hermano a quitarse la vida. Los graffitti, tatuajes y unas cartas del desaparecido serán las pistas; la amistad y amor con Chaim, su refugio, y la poesía, su razón por vivir. Pero ¿puede el arte salvar a una persona?
Para Judith, el suicidio de su hermano lo va a cambiar todo. Arrepentida, está dispuesta a arreglar parte de su culpa, aunque lo crea imposible, y saber por qué Saulo ha decidido acabar con su vida de esa manera. Dolida, Santa Ana nunca se había visto tan dañina y podrida. Lo que antes era una pasión, el componer y rimar, ahora es algo del pasado difícil de recuperar. Pero ella está dispuesta a alcanzar todo eso de nuevo y, quizás, la respuesta esté en la verdad que se esconde tras la decisión de su hermano. Acompañada de Chaim, Judith empieza a comprender y a conocer a su hermano, una persona dolida, triste y rota que siempre se escondía entre otras emociones. Judith no puede evitar sentirse responsable, no puede evitar sentir que todo lo que ha vivido junto a su hermano ha estado mal. Pero mientras va descubriendo la historia de su hermano, Judith empieza también a acercarse a Chaim, ese chico tímido pero que parece apoyarla en todo momento consiguiendo ser ese pilar y esa lógica que necesita para no derrumbarse. Y, aunque Santa Ana esté empeñada en seguir destrozando a la gente, Judith no está dispuesta a dejarse llevar por una corriente que ha llevado a su hermano al suicidio. Porque solo enmendando esos errores del pasado puede volver a ser la de antes, aunque siempre falte a su lado una parte vital de ella.
Hace cosa de dos años leí por primera vez a Andrea con Desayuno en Júpiter, un libro que me encantó y me sorprendió al ver la calidad que respiraba y con la que se rodea la autora a la hora de escribir. Una prosa preciosa, muy delicada, plagada de sentimientos, hasta ahora no había podido leer más de ella así que, en cuanto se anunció éste libro, no lo dudé: tenía que hacerme con él y leerlo. Sin fallarse a sí misma y sin olvidar su estilo, Andrea sigue sin decepcionar a la hora de crear y contar una historia, ésta basándose en el suicidio para tratar el tema del duelo, las enfermedades mentales, el arrepentimiento, la superación, el volver a encontrar ese camino que se había perdido, dentro de un libro muy personal que, desgraciadamente, a mí se me ha quedado a medio gas.
Usando la tercera persona en todo momento, y narrando a través de los diferentes personajes que podremos encontrar en Santa Ana, el escenario principal del libro, los capítulos son cortos y directos y ayudan a que, nada más empezar, ya estés cómoda y muy metida en la historia y en todo ese ambiente del que nos vamos a rodear propio de un barrio bajo con sus dificultades, encontronazos, bandas callejeras y más. Ya en el capítulo uno Andrea nos sumerge en el tema que va a conducir todo el rato la historia de La luna en la puerta, el suicidio inexplicable, en un principio, del hermano de Judith, algo que hará que vayamos caminando por la verdad dentro un barrio peligroso que podría devorarte vivo si no luchas diariamente contra sus prejuicios y estereotipos. Como digo, la pluma que usa Andrea ayuda a que nunca te desenganches del libro y éste se lea en un suspiro, pasando las páginas a un ritmo vertiginoso en el que, mediante los cambios constantes de perspectiva, vamos a tener y a conocer diferentes historias y sentimientos personales, un desarrollo constante de esos personajes con problemas diferentes que, de alguna manera, tendrán que ir solventando. Dividido en cuatro partes bien diferenciadas, creo que Andrea hace bien en ir ahondando en el tema del suicidio, y sus consecuencias, poco a poco, dejándonos detalles salpicados que dan ese toque de atención con el que siempre querrás seguir leyendo para saber toda la verdad que se esconde detrás de ésto. Y creo que Andrea hace bien en usar a sus demás personajes para tocar diferentes temas que han hecho que La luna en la puerta te muestre, te enseñe y te conciencie de lo que es ser adolescente viviendo en un lugar en el que la vida se hace mucho más dura de lo que ya es. La supervivencia es fundamental. Y aquí sus personajes tratan de mostrarnos su manera de luchar día a día. Ya sea a través del boxeo, los graffitti, el rap y la poesía, incluso las peleas entre grupos solo por el territorio y dar esa imagen de fuerza que podría salvarte de muchos problemas en Santa Ana.
Creo que la autora ha sabido exponer bien ese tipo de vivencia, nos ha rodeado en todo momento de un estilo de vida donde la esperanza respira poco, donde los habitantes de Santa Ana tienen que enfrentarse no solo a sus demonios, sino también a la injusticia y las opiniones que reciben por parte de aquellos que ven al barrio con malos ojos, donde los problemas familiares también estarán muy presentes. Sin embargo, quizás si esperaba más profundidad en algunos de los elementos que son parte de la historia que se nos cuenta en La luna en la puerta, es aquí donde está ese bache que ha provocado que el libro se me haya quedado, como os he dicho al principio, a medio gas. Si bien he entendido eso que ha impulsado a la autora a escribir una historia como la que nos vamos a encontrar, creo que no ha sabido transmitir del todo lo que tenía pensado. Me explico. Primero, está el tema del suicidio de Saulo, el hermano de Judith. A través de cartas que ha ido dejando en diferentes puntos, vamos conociendo su pasado antes de cometer ese acto de quitarse la vida. Vamos viendo cómo poco a poco se ha ido consumiendo como persona, a causa de la fachada y máscara que tenía que vestir todos los días para caminar por Santa Ana, hasta el punto de querer llegar a esa situación. Sin embargo, y a pesar de que Andrea ha metido un argumento para dar volumen al personaje de Saulo, no me ha quedado demasiado claro cuál ha sido el detonante verdadero de su suicidio. ¿Es debido a que estaba harto de todo? ¿Porque no podría perdonarse a sí mismo? ¿Porque le ha fallado a muchas personas? Andrea deja bien claro en los agradecimientos que quería hablar sobre las enfermedades mentales, pero no ha sido un libro que incidiera mucho en ello como para tener un mensaje potente para concienciar sobre ésto, al menos, me quedo con esa impresión. En segundo lugar, la historia ha ido con demasiada velocidad para mi gusto. tanto, que los personajes se me han quedado muy lejanos, algunos muy superficiales. No he conseguido tener una conexión estable con ninguno de ellos. Sí quiero destacar que haya partes donde el feminismo se nota, esa búsqueda de la igualdad, pero el no tener una profundización más marcada de los diferentes personajes hace que, incluso, algunas situaciones y escenas chirríen un poco y se queden en un sin sentido a falta de una explicación mucho más extensa.
Usando la tercera persona en todo momento, y narrando a través de los diferentes personajes que podremos encontrar en Santa Ana, el escenario principal del libro, los capítulos son cortos y directos y ayudan a que, nada más empezar, ya estés cómoda y muy metida en la historia y en todo ese ambiente del que nos vamos a rodear propio de un barrio bajo con sus dificultades, encontronazos, bandas callejeras y más. Ya en el capítulo uno Andrea nos sumerge en el tema que va a conducir todo el rato la historia de La luna en la puerta, el suicidio inexplicable, en un principio, del hermano de Judith, algo que hará que vayamos caminando por la verdad dentro un barrio peligroso que podría devorarte vivo si no luchas diariamente contra sus prejuicios y estereotipos. Como digo, la pluma que usa Andrea ayuda a que nunca te desenganches del libro y éste se lea en un suspiro, pasando las páginas a un ritmo vertiginoso en el que, mediante los cambios constantes de perspectiva, vamos a tener y a conocer diferentes historias y sentimientos personales, un desarrollo constante de esos personajes con problemas diferentes que, de alguna manera, tendrán que ir solventando. Dividido en cuatro partes bien diferenciadas, creo que Andrea hace bien en ir ahondando en el tema del suicidio, y sus consecuencias, poco a poco, dejándonos detalles salpicados que dan ese toque de atención con el que siempre querrás seguir leyendo para saber toda la verdad que se esconde detrás de ésto. Y creo que Andrea hace bien en usar a sus demás personajes para tocar diferentes temas que han hecho que La luna en la puerta te muestre, te enseñe y te conciencie de lo que es ser adolescente viviendo en un lugar en el que la vida se hace mucho más dura de lo que ya es. La supervivencia es fundamental. Y aquí sus personajes tratan de mostrarnos su manera de luchar día a día. Ya sea a través del boxeo, los graffitti, el rap y la poesía, incluso las peleas entre grupos solo por el territorio y dar esa imagen de fuerza que podría salvarte de muchos problemas en Santa Ana.
Creo que la autora ha sabido exponer bien ese tipo de vivencia, nos ha rodeado en todo momento de un estilo de vida donde la esperanza respira poco, donde los habitantes de Santa Ana tienen que enfrentarse no solo a sus demonios, sino también a la injusticia y las opiniones que reciben por parte de aquellos que ven al barrio con malos ojos, donde los problemas familiares también estarán muy presentes. Sin embargo, quizás si esperaba más profundidad en algunos de los elementos que son parte de la historia que se nos cuenta en La luna en la puerta, es aquí donde está ese bache que ha provocado que el libro se me haya quedado, como os he dicho al principio, a medio gas. Si bien he entendido eso que ha impulsado a la autora a escribir una historia como la que nos vamos a encontrar, creo que no ha sabido transmitir del todo lo que tenía pensado. Me explico. Primero, está el tema del suicidio de Saulo, el hermano de Judith. A través de cartas que ha ido dejando en diferentes puntos, vamos conociendo su pasado antes de cometer ese acto de quitarse la vida. Vamos viendo cómo poco a poco se ha ido consumiendo como persona, a causa de la fachada y máscara que tenía que vestir todos los días para caminar por Santa Ana, hasta el punto de querer llegar a esa situación. Sin embargo, y a pesar de que Andrea ha metido un argumento para dar volumen al personaje de Saulo, no me ha quedado demasiado claro cuál ha sido el detonante verdadero de su suicidio. ¿Es debido a que estaba harto de todo? ¿Porque no podría perdonarse a sí mismo? ¿Porque le ha fallado a muchas personas? Andrea deja bien claro en los agradecimientos que quería hablar sobre las enfermedades mentales, pero no ha sido un libro que incidiera mucho en ello como para tener un mensaje potente para concienciar sobre ésto, al menos, me quedo con esa impresión. En segundo lugar, la historia ha ido con demasiada velocidad para mi gusto. tanto, que los personajes se me han quedado muy lejanos, algunos muy superficiales. No he conseguido tener una conexión estable con ninguno de ellos. Sí quiero destacar que haya partes donde el feminismo se nota, esa búsqueda de la igualdad, pero el no tener una profundización más marcada de los diferentes personajes hace que, incluso, algunas situaciones y escenas chirríen un poco y se queden en un sin sentido a falta de una explicación mucho más extensa.
En definitiva, La luna en la puerta es un buen libro para leer en una tarde. El estilo de Andrea ayuda a que la lectura sea agradable, muy cuidada y con detalles muy bonitos, pero no ha llegado a tener la profundidad que esperaba. Con unos personajes que se me han quedado rezagados, creo que es importante incidir en la labor que ha hecho la autora de crear una trama por y para tratar y denunciar temas sociales, así como el desarrollo personal de los protagonistas, la verdadera magia que se esconde en libros como éste.
¡Muchas gracias a Crossbooks por el envío del ejemplar!
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