lunes, 10 de septiembre de 2018

Reseña 'Reflejos. ¿Te atreves a mirarte?' de Elia Giner

¡Hola ciudadanos! ¿Cómo lleváis este lunes? ¿Sois de los que ya habéis empezado las clases? De ser así, ¡mucho ánimo y a por todas! Yo sigo en mi tarea de descubrir nuevos mundos y lecturas, y la semana pasada acabé u libro que llegó a mis manos gracias a la editorial Versátil. Se trata de Reflejos. ¿Te atreves a mirarte? de Elia Giner, un nuevo libro de autora nacional al que le quise dar una oportunidad pero que, desgraciadamente, el libro ha sido una total y completa decepción, no ha sido en absoluto para mí. ¿Queréis saber por qué? ¡Seguid leyendo!

Título: Reflejos. ¿Te atreves a mirarte?
Título original: -
Trilogía/Saga: No
Autor/a: Elia Giner
Editorial: Versátil
Páginas: 336
Precio: 17'50€
ISBN: 9788417451189

SINOPSIS:
A sus quince años, y muy a su pesar, Carla se dispone a emprender una nueva vida lejos de su ciudad natal. ¿La causa? El dichoso divorcio de sus padres. ¿La consecuencia? Un nuevo instituto en el que, a menos que ocurra un milagro, sus escasas habilidades sociales van a hacérselo pasar fatal. Lo que Carla no imagina es que su nuevo hogar le reserva muchas sorpresas: nuevos amigos —y también enemigos—, su primer amor y… algo que jamás hubiese soñado: un misterioso espejo gracias al cual puede ver cosas… ¡increíbles!

Foto de Elia Giner. Instagram.
Para Carla, dejar toda su vida atrás, su casa, sus amigos y a su padre, supone un cambio enorme. Ahora que sus padres están divorciados, todo parece echársele encima. Pensar en un nuevo instituto, en empezar de nuevo en una nueva casa no es lo mejor que Carla tenía pensado hacer este año. Y, menos, quedarse con un extraño espejo que ha aparecido en su habitación sin saber exactamente de quién es. Aunque al principio quiera deshacerse de él, al final se lo acaba quedando. Y es que el espejo es más de lo que parece a simple vista. Guarda un extraño secreto, solo para aquellas personas a las que necesita y llama. Pero el instituto es tan diferente, las clases son tan distintas, que Carla solo piensa en conseguir el hueco necesario para pasar ese nuevo año infernal. Lo que Carla no sabe es que Hugo, ese chico que conoce en clase de biología, está dispuesto a quedarse. Y, aunque tenga que hacerle frente a su ex, Carla se acerca cada día más a él. Mientras tanto, una serie de desapariciones sucumben la ciudad y, pronto, Carla tendrá que meterse de lleno en la investigación cuando vea que el espejo puede ser la solución a todos esos problemas. Cuando alguien cercano a ti necesita ayuda, dependes de otros para poder conseguirlo. Pero el espejo es algo peligroso, y pronto Carla estará delante de una lucha que, quizás, no podrá ganar.

Reflejos. ¿Te atreves a mirarte? es el primer libro publicado de Elia Giner, un autoconclusivo juvenil que intenta tocar temas como el primer amor, la madurez y crecimiento personal o aquello de buscar tu propio camino, un libro que, si bien creía me iba a gustar, no ha sido así en absoluto. Contado en todo momento en primera persona por Carla, nuestra protagonista, en general es un libro que empieza con bastante normalidad y con unos buenos toques y puntos, una presentación de la actual vida de Carla, algo de su pasado, contándote el por qué está en esa situación, acompañándola entre momentos que mezclan la realidad con un toque misterioso, con una pizca de magia y fantasía, que te dejan con buenas sensaciones haciéndote ver qué es lo que puedes encontrar si sigues leyendo. Desgraciadamente, voy a hacer uso del título del libro ya que solo serán reflejos de lo que realmente podría haber sido el libro. Tras esto, la lectura va cayendo en picado. En primer lugar, porque la historia se estanca en momentos lleno de clichés, monótonos y repetitivos, además de capítulos de relleno que no aportan nada salvo escenas casuales y previsibles para que sucedan cosas con poca lógica que ya están más que vistas. En segundo lugar, porque a la historia le falta mucho trabajo. Llegó un punto en el que me costaba seguir, no estaba para nada enganchada, no me estaba gustando nada de lo que estaba leyendo, y me desquiciaba más que entretenerme. Todo ese asunto de las desapariciones y el espejo no hablan prácticamente en ningún momento de la historia. Y cuando resumes el libro en contar y seguir contando cosas que ni siquiera están bien desarrolladas, sucede que, al final, acabas aborreciendo el libro porque no te aporta nada nuevo y te está aburriendo demasiado. Es cierto que la historia parece remontar un poco cuando se avanza más y obtienes una información que llega demasiado tarde, pero la autora lo concluye todo muy deprisa y no te da tiempo a saborear nada de nada. Es así como me he topado con una lectura que, si bien puede tener un inicio que deja buen sabor de boca, la falta de emoción, de acción, de profundidad, hace que el libro se haga muy cuesta arriba porque estás leyendo sin leer nada, con unos capítulos intermedios que no consiguen atraparte en ningún momento, y con un final que estaba deseando alcanzar al no haber tenido ninguna motivación.
Para mí, el libro tiene muchos fallos, y son los que voy a comentar a continuación. Para empezar, voy a hablar de lo que ya he mencionado, y es la pluma de la autora. A veces me daba la sensación que ni ella misma sabía muy bien qué es lo que quería contar. Me he encontrado con multitud de escenas que se desarrollaban y acababan al cabo de dos capítulos, como si dentro del libro hubiese pequeñas historias a contar, quedando al final una principal con muchas partes inconexas, sin continuidad y fluidez. Junto a esto, he echado en falta una pluma más desarollada en cuanto a descripciones y creadora de contenido. Todo, pero absolutamente todo, se queda en una mera mención. Se desaprovecha casi todo lo que se introduce. El tema del espejo podría haber sido algo muy diferente, original, guay y le hubiera dado mucho juego y vida a esta historia. No obstante, la autora lo único que hace es introducirlo cuando cree conveniente, y cuando casi había olvidado el espejo, para abultar la trama y darle más relleno, no ha tenido otro propósito. Se supone que el espejo tiene una historia, y se desvelan un par de secretos en relación con él. Pero me ha decepcionado profundamente que ni siquiera eso se haya desarrollado bien. Todo es muy, pero que muy superficial. Lo mismo me ha pasado con la subtrama de misterio. Llegados a un punto, poco a poco la autora va creando la idea de que existen una serie de desapariciones que, al principio, no parecen tener demasiada relación con la protagonista y el trascurso de la historia. Pero luego se va viendo que cobrará mucha importancia. De nuevo, esa parte llega tarde, prácticamente al final, lo que no da la oportunidad de crearse correctamente, resolviendo el caso de manera precipitada, sin destacar y dejando mucho que desear.

Más cosas: el romance. No sé ya que opinar de un romance que vuelve a cometer los mismos errores que creía ya se había dejado atrás. Nuestra protagonista conoce, al puro estilo Crepúsculo, a un compañero de clase que, en biología, es su compañero y trabajan juntos. Pues de la noche a la mañana... bueno, mejor dicho, al cabo de una hora, pasa algo que obliga a esos dos personajes a estar cerca e incluso tocarse. Pues ahí es cuando el corazón de Clara empieza a desbordarse y empieza a crear unos sentimientos que vuelven a dejar un instalove. Muy fríos, sin gracia, vacíos, no me los he creído en ningún momento. Es que me he encontrado un romance adolescente plagado de clichés, que se desenvuelve con mucha rapidez y que, al cabo de los dos días de conocerse, "Oh dios mío, me estoy enamorando, y quiero que me bese, y ahora pienso que, como estoy hablando demasiado, este chico me ha echado algo en la bebida". Tal cual, esa frase os la encontráis en el libro. Porque vaya tela la protagonista, su hermana y los demás personajes. ¿Puede existir un personaje con más prejuicios que Clara, su hermana y todo aquel o aquella que hay a su alrededor? En estos momentos es cuando más me he cabreado con el libro. Frases estilo "Ah, como eres super guapo, pensaba que no leías libros de psicología o temas parecidos" o "¿No te maquillas? Que rarita eres" o "Para ser elegante tienes que ponerte tacones porque, ¿dónde vas con un chándal al instituto?" o "Tienes 16 años y aún no has tenido novio, eres una rancia. Ya vas tarde". ¿Por qué esa presión social? No entiendo nada de nada. 

En resumen, este libro no ha sido para nada como esperaba ni ha sido para mí. Con una historia que no aporta nada nuevo y que no funciona, el libro se hace un suplicio a medida que vas avanzando por su nula profundización, su falta de emoción, por el desaprovechamiento de buenos elementos, y por sus personajes llenos de complejos y prejuicios que no llevan a ningún lado.

¡Muchas gracias a Versátil por el envío del ejemplar!


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