¡Muy buenas ciudadanos! ¿A qué tenéis ganas de que sea ya mañana para poder descansar y disfrutar de un nuevo fin de semana? Por aquí estoy a tope con las lecturas, que mañana mismo os dejo una nueva reseñita, pero para el día de hoy quería dejaros un pequeño debate, que hacía tiempo que no traía ninguno por el blog. ¿Os apetece contarme vuestra opinión?
Estoy segura que la mayoría de vosotros tenéis, entre vuestros libros preferidos, algún clásico. Y estoy totalmente segura que os habéis leído más de uno en vuestra vida como lectores. ¿Y si os dijera que yo no leo clásicos? ¡AAAHH! ¿Cómo puede ser? ¡No te creo! Tranquilos, que esto tiene explicación.
Son muchos los clásicos de los que me he rodeado: El Principito, Orgullo y Prejuicio, Alicia en el País de las Maravillas, Historia de Dos Ciudades, Luces de Bohemia... pues no me he leído ninguno. Lo sé, es un pecado no haber leído si quiera El Principito. Y, ojo, no digo que no haya leído nunca ningún clásico. En su día leí La Casa de Bernarda Alba, La Isla del Tesoro, e incluso empecé Don Quijote de la Mancha (el cual jamás acabaré). Creo que uno de los principales motivos por los que actualmente no leo clásicos es el instituto. Me explico. ¿Quién no se ha tenido que leer, por obligación, un libro que no te dice nada de nada, para olvidarlo a los dos días y tener que hacer un examen? Desde mi punto de vista, es triste "fomentar" la lectura entre los jóvenes obligándonos a leer libros que no pegan con nosotros para hacer un examen, pero eso es otro tema. En mi caso, creo que se me ha quedado la huella de "te tienes que leer este libro (siempre me acordaré del rollo de El Árbol de la Ciencia), aunque no te guste", lo que provocaba en mi un aborrecimiento y disgusto hacia esos libros, que no me enganchaban, se me hacían eternos y, al final, resultaban un tostón más.
Uno de los principales motivos por los que no leo clásicos actualmente es por justamente eso, mi mente evoca eso tiempos en los que me veía obligada a leer un libro que no me gustaba, por lo que mi mente, en cuanto los ve, ya empieza a decir "Sandra, no te va a gustar y se te va a hacer eterno". Esto me hace tener un segundo motivo por el que aún no me he atrevido, después de mi pequeña incursión estudiantil, a leer ningún clásico. tengo miedo. Miedo de que todos me decepcionen a pesar del amor y hype que tienen muchas historias, miedo de ser la única que odio y aborrece las historias clásicas. Aquí entra mi amiga Jane Austen (amiga de lejos, claro), que mira que he intentado muchas veces lanzarme con Orgullo y Prejuicio y no ha habido manera del respeto y miedo que le tengo.
Sé que hay muchas historias que me pueden encantar, sabiendo ahora el tipo de literatura que me gusta leer y con la que me siento cómoda. Y de verdad que quiero leer clásicos que realmente me llaman la atención, pero es como un mensaje que siempre tendré ahí a causa del sufrimiento que viví con grandes tochos que nos obligaban leer. Además, ¿nos os pasaba, antes, cuando éramos inocentes y no teníamos idea de nah de nah, que no leíamos ningún libro porque "es que en el instituto no obligaban y es un rollo"? Menos mal que luego maduramos y ahora somos conscientes y disfrutamos de algo tan maravilloso como la lectura.
El caso, es que siempre pienso que no voy a conseguir disfrutar de ese libro por mucho que mucha gente lo alabe y diga cosas muy buenas de él. Es esa cosa interna que tenemos detrás de la mente, que sale cuando le da la gana, para decirte no, no y no, algo de lo que espero poder alejarme aterviéndome con algún que otro clásico. ¡Tengo que acostumbrar a mi pensamiento!
¿Qué opináis vosotros? ¿Leéis clásicos?
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