¡Hola, ciudadanos/as! ¿Qué tal? ¿Cómo os ha ido el finde, y cómo empezáis esta nueva semana? Una día más estoy por aquí para dejaros una nueva reseña. En esta ocasión os hablo de Hermosa eternidad, el nuevo libro de la autora Renée Ahdieh, una historia oscura donde se recuperan a esos seres sobrenaturales que tanto nos gustan y que, sin dudarlo, se coloca como uno de los mejores libros que he leído en este año. ¿Queréis saber por qué? ¡Os dejo mi completa opinión aquí debajo!
Yo soy la araña. Tejo trampas de seda. Te observo entrar en mi tela. Espero el momento para atacar. Pero no tengas miedo. Prometo que jamás te olvidaré.
En 1872, Nueva Orleans es una ciudad gobernada por los muertos. Pero para Celine Rousseau, Nueva Orleans le proporciona un refugio después de que se vio obligada a huir de su vida como modista en París. Acogida por las hermanas del convento de las Ursulinas junto con otras seis chicas, Celine se enamora rápidamente de la vibrante ciudad, desde la música hasta la comida, las veladas y, especialmente, el peligro. Pronto se verá envuelta en el deslumbrante inframundo de la ciudad, conocido como La Cour des Lions, después de llamar la atención del líder del grupo, el enigmático Sébastien Saint Germain. Cuando el cuerpo de una de las chicas del convento es encontrado en la guarida de La Cour des Lions, Celine lucha contra su atracción por él y las sospechas sobre la culpa de Sébastien junto con la vergüenza de su propio horrible secreto. Cuando se descubren más cuerpos, cada crimen es más espantoso que el anterior, haciendo que Celine y Nueva Orleans se apoderen del terror de un asesino en serie suelto, uno que Celine seguramente la ha puesto en su punto de mira... y quién puede ser incluso el joven que le ha robado el corazón. A medida que los asesinatos continúan sin resolverse, Celine toma el asunto por sus propias manos y pronto descubre algo aún más impactante: una antigua enemistad de las criaturas más oscuras del inframundo revela una verdad sobre Celine que ella siempre sospechó que estaba a fuego lento bajo la superficie.
Este 2020 nos ha dejado, dentro de la literatura, el regreso de ciertos elementos que, para bien o para mal, nos han hecho dar un viaje al pasado con un gran golpe de nostalgia donde más duele. Primero llegó la noticia de que el mundo de Los Juegos del Hambre y, por tanto, Suzanne Collins, iba a hacer acto de aparición a mitad de año. Llegaba en ese momento Balada de Pájaros Cantores y Serpientes, una precuela ambientada 80 años antes de la historia mundialmente conocida. Tras ello, el desaparecido James Dashner anunció también un nuevo libro dentro de la trilogía, o saga a estas alturas, de El corredor del Laberinto. Incluso Veronica Roth se animó para sumergirse en su primera novela para adultos. Pero el gran giro pasó en verano, en un momento en el que ya pensábamos que este 2020 no iba a poder sorprendernos más. Qué equivocados estábamos. Stephenie Meyer, la autora que completaba ese cuarteto, anunciaba Sol de medianoche, su libro Crepúsculo narrado desde la perspectiva de Edward. Y, con él, el mundo de los vampiros también se volvía a mudar hacia nuestras lecturas. Sea como sea, doy gracias por traer esa esencia de nuevo. No sabía que la necesitaba tanto, en serio. Porque Hermosa eternidad, de Renée Ahdieh, no sólo era el también esperado regreso de la autora en nuestro panorama, sino que era un libro en el que los vampiros eran de nuevo protagonistas. Esa melancolía y su amor por la vida y lo humano; esa prosa en su manera de hablar. Todo estaba preparado para que Hermosa eternidad fuera una lectura inolvidable y, por suerte, la cosa no se ha alejado de esa sensación.
Yo no sé qué he hecho en mi vida lectora en los últimos años sin tener la presencia de los vampiros en la literatura. Y tampoco sé por qué no los he recuperado antes. Porque Hermosa eternidad... VAYA LIBRO. Así os lo digo. De manera clara y directa. A ver, yo ya sabía que este libro me iba a gustar. Su ambientación en Nueva Orleans, durante el siglo XIX, era una combinación ganadora. Pero lo que después me he encontrado en la historia es que ha sido el remate final. El libro en sí comienza con un ritmo bastante acertado, quizás lento para algunos y algunas de vosotras, algo introductorio, pero una maravilla para mí. Nuestra protagonista, Celine, pronto nos conquista por su personalidad, por su valentía y por su furia. Durante las primeras páginas y capítulos lo único que vamos a tener es un paseo junto a ella mientras se enfrenta a una nueva vida, dejando atrás un oscuro pasado que sigue pesando mucho sobre sus hombros y que nos mantendrá oculto durante un tiempo. Siendo más una rutina que no dejaba grandes momentos salvo conversaciones con personajes secundarios que también se convertirán, más adelante, en pilares fundamentales de la trama, de repente la lectura da un giro cuando se pone en marcha un misterio super interesante, intrigante y adictivo escondido en forma de asesinatos de chicas jóvenes, cuyo autor o autora es completamente desconocido aún pero que, sin embargo, también cogerá las riendas de la historia y se atreverá a narrar algunos capítulos esporádicos a lo largo de las diferentes páginas que nos permitirán meternos en su mente e ir conociendo poco a poco qué es lo que le lleva a realizar esos actos, haciendo que el misterio no solo camine sobre intentar averiguar su identidad, sino que también andará sobre ese pasado que parece estar demasiado conectado con el presente. Con ese elemento puesto en marcha, el libro cambia totalmente de registro para volverse mucho más oscuro y para dejar siempre un tono peligroso que espolvoreará a los siguientes capítulos de una sensación de tensión constante en la que tendremos que ir con mucho cuidado y, sobre todo, por la que empezará un juego mental plagado de pistas, sospechas y teorías locas que hará que cualquier estrategia seguida pueda ser una trampa o la revelación esperada.
Renéeh Ahdieh es una autora que ya había tenido la oportunidad de leer en ocasiones pasadas, pero jamás la había visto tan maravillosa como en Hermosa eternidad. Su manera de llevar la trama es impecable, consiguiendo que te enganches a la lectura desde prácticamente el inicio. Y es que no es solamente lo que os acabo de describir de esos primeros compases de la lectura; Hermosa eternidad es un libro que, a medida que se va avanzando a través de él, todo lo que ofrece se expande y se abre hasta un punto en el que hay diferentes cabos sueltos que también se pondrán en marcha para encontrar su lugar y asentarse, dándoles igual a quién o qué arrollar en ese camino para lograr su objetivo. Llegar a la mitad del libro es toda una odisea de nuevas escenas cargadas de misterio, de acechos, de nuevos giros en el argumento que gustan y dejan un buen sabor de boca, dejando ese sentimiento de estar ante algo realmente serio que podría salpicarte en cualquier momento y ante cualquier movimiento. Y si a todo eso le añadimos una ambientación espectacular que te va ganando y atrayendo sin poder evitarlo hacia sus lugares más remotos y escondidos en los que también te esperan más secretos a descubrir, Hermosa eternidad, al final, se posiciona como una primera parte muy explosiva que funciona perfectamente y que ofrece prácticamente de todo. Porque Nueva Orleans, su mundo y su historia, siempre han llamado la atención. Así que en esta novela, como era de esperar, nos topamos con una ciudad que no solo evoca sus maravillosas características de ser un lugar lleno de colores, sabores y culturas, recreando muy bien sus calles, sus costumbres, sus lugares más míticos, así como sus celebraciones más importantes, sino que también nos dará justamente esa parte más viva de su pasado, esa ambientación que todo el mundo aficionado al misticismo y a lo sobrenatural quieren probar, un segundo universo que convive con el humano que también dará muchos quebraderos de cabeza y momentos sumamente interesantes, emocionantes e importantes.
Fanart de Gabriella Bujdoso |
Y, bueno, antes de terminar la reseña quiero hacer un poco más de hincapié en el tema de los personajes, que también me han gustado mucho a pesar de que, como primer libro que es, muchas cosas se han quedado en el tintero. Empezando por Celine, es una protagonista que me ha gustado un montón. Algo que sí se puede notar en el libro es que el comportamiento de la mayoría de los personajes, sean hombres o mujeres, distan bastante de lo que se espera de aquella época. Sin embargo, creo que la idea que tuvo la autora de crear a una protagonista fuerte, independiente y rebelde ha sido un acierto total. Me lo he pasado genial junto a Celine, además de que es un personaje que tiene más sombras que luces. Me ha encantado que Celine no fuera esa protagonista convencional que es bondadosa, sino que camine bastante dentro de la ambición y de las ganas de ser poderosa. Eso la hace temerosa pero también le deja un punto fijo en el que siempre va a estar atenta, teniendo su propio pasado turbulento que incluso usa para su propio beneficio. Junto a ella también está Bastien, el principal interés amoroso de nuestra chica que, si bien se ha quedado bastante rezagado en todo momento, algo por lo que tampoco podemos profundizar demasiado en su manera de ser y su vida, no ha estado nada mal. Tiene sus cosas y, como no, también su misterio. Todo lo que tiene a su alrededor es llamativo y engancha, y la química que tiene con Celine es deliciosa, teniendo un tira y afloja muy guay que en más de una ocasión me ha hecho sacar alguna sonrisilla. En cuanto a los demás personajes, creo que aún nos queda un montón por ver a lo largo de la saga. Por ahora, me quedo también con el inspector del caso, un personaje que al comienzo parecía no tener importancia pero que llega a sorprender, formando parte de un intento de triángulo amoroso que a ver cómo se las apaña a partir de ahora con todo lo que ha pasado en este libro; o la mejor amiga de Celine, que ha supuesto un soplo de aire fresco y un punto de inocencia que viene bien de vez en cuando para la lectura.
En resumen, Hermosa eternidad es un libro que me ha conquistado completamente y que ha sido una grata sorpresa totalmente inesperada. Gracias a una Ahdieh que está impecable, narrando con mucho cuidado y ambientando de maravilla esta Nueva Orleans que ofrece un mundo oculto a nuestros ojos, la fuerza de la protagonista, junto a la química que tiene con el resto de personajes y el misterio tan intrigante e interesante que se pone en marcha, consiguen que este primer libro sea una adicción total, dejándote con la boca abierta prácticamente en todo momento y teniendo un punto y final que te desgarra y con el que, inevitablemente, vas a pedir más y más.
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