¡Hola ciuddanos/as! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo habéis empezado la semana? Yo super contenta porque hoy estamos a 31 de agosto y eso significa que... ¡¡mañana comienza septiembre!! Madre mía, no veía el momento de dejar atrás al verano poco a poco, acercarnos al día en el que empezamos otoño y regresa el frío y se va el calor. Qué ganas tengo ya de oler las castañas asadas por la calle 😂 Esta semana regres de mi extraño parón de blog y redes sociales y, por tanto, es momento de subir nueva reseña. ¿Vamos a ella? Justo hoy se publica el libro del que os hablo en esta entrada, Chicas salvajes de Rory Power. Publicado con Hidra, se trata de un autoconclusivo que se mete dentro del género del terror en el young adult y, sin dudarlo, cumple muy bien su función. ¿Queréis conocer más de este libro? ¡Os dejo mi opinión aquí debajo!
Título: Chicas salvajes
Título original: Wilder Girls
Trilogía/Saga: No
Autor/a: Rory Power
Traductor/a: Eva González RosalesEditorial: Hidra
Páginas: 333
Precio: 17,50€
ISBN: 9788418002748
SINOPSIS:
La novela más sorprendente del año. Superventas instantáneo del New York Times, es la novela debut juvenil más importante de 2019 en Estados Unidos. En una extraña academia ubicada en una isla, un grupo de amigas tienen que descubrir por qué una de ellas ha desaparecido mientras el centro está en cuarentena. Los horrores que aguardan más allá de la academia son algo que jamás habrían podido imaginar...
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¿Puede existir actualmente un libro que se asemeje algo a la situación que estamos viviendo desde hace meses de manera mundial? Sorprendentemente, sí. Existe. Y ese libro es Chicas salvajes sin dudarlo. Escrito por Rory Power, Chicas salvajes es un libro que, desde que se publicó en Estados Unidos el año pasado, ha estado en todos los sitios. Blogs, webs especializadas, canales de YouTube, Instagram. Allá por donde ha pasado ha triunfado y, claro, era de esperar que también llegara a España. Con una portada que me parece preciosa e intrigante a partes iguales, os tengo que avisar de que no os dejéis llevar por ella en esta ocasión. Informaros antes de qué va la historia. Porque está catalogada dentro del terror pero, sobre todo, es un libro que apunta al body horror. Creo importante hacer esta distinción antes que nada porque, aunque sea una historia que también camina entre el misterio y que tiene representación LGTB+, esta lectura puede herir sensibilidades. Así que, si no os gusta leer sobre cuerpos deformes, mutilaciones, y leer escenas sangrientas y explícitas, os aconsejo no leerlo. Si, en cambio, sois como yo y sentís algo de atracción hacia estos temas, seguramente os guste como a mí.
A través de una narración en primera persona, y usando dos voces diferentes que se van alternando a lo largo de todo el libro, la de Hetty y la de Byatt, una primando más que la otra, Chicas salvajes es una lectura que te atrapa incluso antes de empezarla y de leer sus primeras páginas, gracias a una sinopsis que lo dice todo: un virus misterioso al que llaman Tox ha infectado a una academia privada para chicas, haciendo que algunas se vuelvan locas y mueran poco después, y haciendo que otras tengan que convivir con ataques y crisis emocionales inesperadas mientras sus cuerpos evolucionan a algo inexplicable. ¿Quién, con esta presentación, se puede resistir a no leerlo? Justamente partimos desde ese punto en cuanto comenzamos, cuando el virus ya está avanzado y estando alrededor de las diferentes chicas para observar de qué manera sobreviven. Sirviendo como una perfecta introducción, la primera parte del libro andará bajo ese techo para tocar, de manera superficial por ahora, cada una de las características de las que se compone Chicas salvajes y, así, comenzar a plantar las semillas de un misterio que se irá creciendo a medida que pasamos las páginas. Aquí conoceremos a las diferentes protagonistas de la historia, sus extraños casos y condiciones, sus miedos, sus propias historias y sus sentimientos, además de empezar a tener información de lo que es este virus, cómo empezó todo y cómo se ha ido desarrollando a lo largo de esos meses que ya han pasado desde que se dio el primer caso. Usando una pluma que evoca a la perfección esa atmósfera extraña, inquietante e incómoda, Rory Power plantea situaciones muy explícitas y sin pelos en la lengua, muy impactantes y duras, para mostrar el lado más desesperado y egoísta del ser humano. Puede parecer que estos primeros compases son algo lentos ya que tendremos unas páginas en las que, principalmente, se va a ir formando todo lo que después se irá agrandando pero, de alguna manera, ha sido un tramo bastante interesante y sorprendente con el que pronto me he sentido muy atraída e irremediablemente enganchada. Chicas salvajes no es un libro en el que constantemente están sucediendo cosas, tiene un ritmo muy suave y muy calmado y alejado de la acción constante, pero tiene algo con lo que demuestra que, a veces, no hace falta tener un argumento de infarto para triunfar y mantenerte pegado a sus páginas. Yo he disfrutado un montón la atmósfera que se respira, me he transportado a la perfección hacia esa desesperación y miedo, hacia la academia, sintiendo incluso el dolor que estas chicas sufren cada vez que viven espasmos o cambios. El tema del virus me ha tenido super intrigada en todo momento y creo que ha sido un punto muy acertado con el que consigue dar un giro en los acontecimientos en el momento clave para ponerlo todo patas arriba y comenzar, ya sí de sí, una cuenta atrás que hay que vencer.
Y es que, de repente, Rory Power corta completamente con el ritmo llevado hasta entonces, una forma de descansar y de alejarnos momentáneamente de allí para, de alguna manera, volver a empezar pero arrastrando lo que ya se ha construído hasta ahora y en un espacio completamente nuevo que sigue aportando nuevos detalles y que seguirá indagando en el tema del virus para seguir con el misterio y, con suerte, empezar a encajar las piezas. A decir verdad, estas escenas son las que más me han confundido porque la autora opta por usar una narración mucho más errática y confusa, una manera también de diferenciar ambas perspectivas y ambas protagonistas. Aún así, siguen siendo momentos que no cometen el error de flojear, sino que continúa con la misma estela de tener situaciones bastante peliagudas y tensas, ahondando más en la sensación de horror y del body horror que, como os he dicho al principio de la reseña, es un elemento bastante común a lo largo de todo el libro. La mezcla que se crea es brutal, lo suficiente como para hacer que devorara las primeras doscientas páginas sin ningún tipo de problemas y de una sentada, estando cada vez más y más enganchada y estando atenta de las nuevas pistas que se dan a conocer, los giros o las sorpresas que todavía estaban escondidas, y de las relaciones de unos personajes que se han ido uniendo y reencontrando en forma de subtrama.
Sin embargo, sí que he tenido un pequeño y ligero traspié con esta lectura y viene precisamente en las últimas setenta u ochenta páginas. Hasta ahí, todo estaba la mar de interesante. Pero es llegar a ese punto y notar que el misterio y todo lo que se nos ha contado desde el principio pierde bastante fuerza y se difumina para coger un camino que, personalmente, no creo que haya sido el adecuado para ponerle el punto y final a esta historia. Pienso que cerrar Chicas salvajes de una manera en la que se quedan muchos asuntos y muchas puertas abiertas, es un error. Y es un error porque, al final, te da la sensación de que lo que has leído y lo que ha ido pasando no sirve para nada. Yo he acabado la lectura con muchas preguntas, sin resolver el gran misterio que promete el libro, además de que en ciertos puntos Rory Power ha metido algunos detalles que, después, también se han quedado sin contexto, dando la sensación de que hasta ella se había olvidado de que en cierta escena alguien descubre cierta cosa. No sé, me ha parecido un final un tanto extraño y confuso que no lleva a ninguna parte, y creo que también ha sido por el hecho de que esperaba que el gran giro de Chicas salvajes viajara hacia otro aspecto totalmente diferente al cómo ha sido en realidad.
Junto a esto, decir también que el tema de los personajes se me ha quedado por el camino. Aunque tengamos a dos narradoras principales, alrededor de ellas se van a colocar otros nombres y personalidades que se quedan algo planos. Hetty, por ejemplo, no me ha dicho gran cosa como protagonista. La he visto como una chica que se deja arrastrar por las demás, teniendo incluso una obsesión con Byatt y careciendo de una gran personalidad. No creo que ni Hetty ni Byatt, ni las demás, tengan una construcción alucinante, como que están ahí pero poco más. No hay evolución ni desarrollo, ni tampoco hay espacio como para conocerlas adecuadamente, lo que ha hecho que, para mí, sean narradoras y piezas argumentales y poco más. Esto se ha reflejado también en el tema de las relaciones, tanto de amistad como románticas, habiendo representación LGTB+, cosa que me ha gustado mucho, pero quedándose también todo en algo insuficiente.
Lo que más voy a destacar de este libro, sin dudarlo, es la ambientación. Aunque es cierto que siempre nos movemos bajo el mismo círculo la mayor parte del tiempo, un espacio reducido que no nos permite ir demasiado lejos, el hecho de tratar al virus y de darle vida me ha encantado. Creo que hay escenas muy creepies que a mí me han flipado, muy fuertes y, de nuevo, muy explícitas, donde ocurren cosas que provocan que haya una oscuridad en esos actos inmensa. Si bien las protagonistas de este libro carecen algo de personalidad, no ocurre lo mismo con el virus, un ente que no ha puesto las cosas nada fáciles. Ver de qué manera funciona y se expande, cambiando dependiendo de si eres humano, animal o vegetación, ha sido un punto muy pero que muy bueno. Quizás le hubiera dado alguna que otra vuelta a este tema, sobre todo de cara a ese final que ya he comentado, pero el estilo de la autora hace que todo lo que tiene relación con el virus se vea super peligroso, incluso dando escenas algo terroríficas que han puesto el vello de punta.
Sin embargo, sí que he tenido un pequeño y ligero traspié con esta lectura y viene precisamente en las últimas setenta u ochenta páginas. Hasta ahí, todo estaba la mar de interesante. Pero es llegar a ese punto y notar que el misterio y todo lo que se nos ha contado desde el principio pierde bastante fuerza y se difumina para coger un camino que, personalmente, no creo que haya sido el adecuado para ponerle el punto y final a esta historia. Pienso que cerrar Chicas salvajes de una manera en la que se quedan muchos asuntos y muchas puertas abiertas, es un error. Y es un error porque, al final, te da la sensación de que lo que has leído y lo que ha ido pasando no sirve para nada. Yo he acabado la lectura con muchas preguntas, sin resolver el gran misterio que promete el libro, además de que en ciertos puntos Rory Power ha metido algunos detalles que, después, también se han quedado sin contexto, dando la sensación de que hasta ella se había olvidado de que en cierta escena alguien descubre cierta cosa. No sé, me ha parecido un final un tanto extraño y confuso que no lleva a ninguna parte, y creo que también ha sido por el hecho de que esperaba que el gran giro de Chicas salvajes viajara hacia otro aspecto totalmente diferente al cómo ha sido en realidad.
Junto a esto, decir también que el tema de los personajes se me ha quedado por el camino. Aunque tengamos a dos narradoras principales, alrededor de ellas se van a colocar otros nombres y personalidades que se quedan algo planos. Hetty, por ejemplo, no me ha dicho gran cosa como protagonista. La he visto como una chica que se deja arrastrar por las demás, teniendo incluso una obsesión con Byatt y careciendo de una gran personalidad. No creo que ni Hetty ni Byatt, ni las demás, tengan una construcción alucinante, como que están ahí pero poco más. No hay evolución ni desarrollo, ni tampoco hay espacio como para conocerlas adecuadamente, lo que ha hecho que, para mí, sean narradoras y piezas argumentales y poco más. Esto se ha reflejado también en el tema de las relaciones, tanto de amistad como románticas, habiendo representación LGTB+, cosa que me ha gustado mucho, pero quedándose también todo en algo insuficiente.
Lo que más voy a destacar de este libro, sin dudarlo, es la ambientación. Aunque es cierto que siempre nos movemos bajo el mismo círculo la mayor parte del tiempo, un espacio reducido que no nos permite ir demasiado lejos, el hecho de tratar al virus y de darle vida me ha encantado. Creo que hay escenas muy creepies que a mí me han flipado, muy fuertes y, de nuevo, muy explícitas, donde ocurren cosas que provocan que haya una oscuridad en esos actos inmensa. Si bien las protagonistas de este libro carecen algo de personalidad, no ocurre lo mismo con el virus, un ente que no ha puesto las cosas nada fáciles. Ver de qué manera funciona y se expande, cambiando dependiendo de si eres humano, animal o vegetación, ha sido un punto muy pero que muy bueno. Quizás le hubiera dado alguna que otra vuelta a este tema, sobre todo de cara a ese final que ya he comentado, pero el estilo de la autora hace que todo lo que tiene relación con el virus se vea super peligroso, incluso dando escenas algo terroríficas que han puesto el vello de punta.
En resumen, Chicas salvajes es un libro que parte desde una premisa diferente y llamativa, siendo una lectura muy diferente a lo que he tenido la oportunidad de leer con anterioridad. Siendo una historia que destaca por su crudeza, por su sinceridad, y por la pluma de la autora, el tema del virus está muy bien tratado y reflejado pero, al final, se siente el peso de no tener a unos personajes bien construídos y, sobre todo, de no tener un final adecuado con el que poder quedarse satisfecho o satisfecha.
¡Muchísimas gracias a Hidra por el envío del ejemplar!
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