¡Hola ciudadanos/as! ¿Qué tal estáis? Espero que hayáis empezado genial esta nueva semana. Llevo bastantes días sin subir contenido al blog, y os pido disculpas por ello. Este fin de semana he estado por la Andalucía Reader Con, así que no he tocado absolutamente nada. No obstante, antes de irme pude terminar algunos libros que tenia pendientes y, por ello, hoy os traigo una nueva reseña, la primera de las dos que quiero subir en el día de hoy. No es algo que haya hecho antes, esto de subir dos reseñas en mismo día, pero creo que es lo mejor para avanzar de manera más rápida ahora que, de nuevo, vuelvo a tener más tiempo para ello. En fin, en esta reseña os quiero hablar de Año Uno de Nora Roberts, la nueva novela de la mega conocida autora de romántica que, para esta ocasión, quiere dar un paso dentro de un género muy radical y completamente diferente. Ha sido un libro que he disfrutado y que me ha tenido muy enganchada, así que aquí os dejo mi completa opinión:
Título: Año Uno
Título original: Year One
Trilogía/Saga: Sí
Autor/a: Nora Roberts
Traductor/a: Nieves Calvino Gutiérrez
Editorial: Plaza y Janés
Páginas: 464
Precio: 19,90€
Año Nuevo, Escocia. Una familia de cazadores se contagia de un virus procedente de la sangre de un faisán. Regresan a casa convertidos, sin saberlo, en transmisores de una misteriosa plaga que causará millones de víctimas a una velocidad imparable. Mientras las personas enferman y mueren, el terror y la locura se extienden por todo el planeta. Pero entre las ruinas y el caos hay un destello de esperanza: un grupo de supervivientes en apariencia inmunes al germen emprende un viaje hacia lo desconocido. Ninguno sabe si el periplo acabará en algún momento, ni si habrá supervivientes. Lo único que saben es que algunos de ellos han desarrollado extraños poderes que tal vez puedan ayudarles a instaurar un nuevo orden. Porque si ha llegado el final, lo siguiente es un nuevo comienzo.
Todo comenzó en la víspera de Año Nuevo. La enfermedad apareció de repente y se extendió rápidamente. El miedo se extendió aún más rápido. En cuestión de semanas, todo con lo que la gente contaba comenzó a fallarles. La red eléctrica chisporroteó; la ley y el gobierno colapsaron, y más de la mitad de la población mundial fue diezmada. Donde había orden, ahora había caos. Y a medida que el poder de la ciencia y la tecnología retrocedía, la magia se alzó en su lugar. Lana Bingham ha estado trabajando en la brujería que hay en ella, practicando en el apartamento tipo loft que comparte con su amante, Max. Ellos dos comparten los mismos poderes, usándolos para el bien. Pero parte de esta magia es inimaginablemente malvada, y puede acechar en cualquier lugar, a la vuelta de una esquina, en túneles fétidos debajo del río, o en los que más conoces y amas. Cuando se corre la voz de que ni los inmunes ni los superdotados están a salvo de las autoridades que patrullan las calles devastadas, Lana y Max salen de la ciudad destruida de Nueva York. Al mismo tiempo, otros viajeros también se dirigen hacia el oeste, hacia una nueva frontera. Chuck, un genio de la tecnología que intenta abrirse camino a través de un mundo fuera de línea. Arlys, una periodista que ha perdido su audiencia pero que sigue usando el lápiz y el papel para contar la verdad. Fred, su joven compañera de trabajo, que posee habilidades y un optimismo que parece fuera de lugar en este paisaje sombrío. Y Rachel y Jonah, una ingeniosa médica y un paramédico que rechazan la desesperación con su determinación de mantener con vida a una joven madre y tres bebés a su cargo. En un mundo de supervivientes, donde cada extraño encontrado podría ser un salvaje o un salvador, ninguno de ellos sabe exactamente a dónde se dirigen, o por qué. Pero les espera un propósito que moldeará sus vidas y, con ello, las vidas de todos los que permanecen vivos.
Año Uno es el primer libro que leo de su autora, Nora Roberts. Hasta ahora, conocía a la autora de pasada al ver libro y más libros firmados por ella de romántica, un género en el que estoy bastante despegada. Sin embargo, me sorprendió conocer la existencia de esta historia tan diferente a lo que nos tiene acostumbrados/as, sobretodo, a aquellos/as que más acérrimos son. ¿Una historia sobre el fin del mundo, un virus enigmático y un grupo de supervivientes que esconde un secreto sobrenatural? ¡Apúntame que para allá voy! Y, aunque no ha sido una de las mejores lecturas que he tenido, sí que la he disfrutado.
Usando en todo momento una narración en tercera persona, Año Uno creo que tiene uno de los inicios más acertados de cara a dejarnos una historia de supervivencia que da su pistoletazo de salida desde el origen de todo lo que está por venir. Escocia, Navidad, en las primeras páginas solo vamos a ser testigos de cómo el virus nace y se propaga, sus síntomas, la rapidez que tiene de ir matando todo a su paso. Si bien es cierto que todo esto ocupa, más o menos, los cinco primeros capítulos en los que no vamos a tener aún esos momentos de acción y tensión tan característicos de un argumento de supervivencia pura y dura, Nora Roberts consigue engancharte sin problemas gracias a unas situaciones que vienen con un estilo narrativo muy directo y limpio, empezando a jugar ya con la desesperación, el miedo y la crueldad que esconde la humanidad y que sale a la luz en casos tan extremos como estos. Porque hay que seguir vivo. Y eso es algo que ha tenido muy presente la autora en todo momento. Creo, además, que una de las cosas que ha propiciado que la lectura, en mi caso, haya sido una super amena, entretenida y adictiva, es el uso de diferentes perspectivas e hilos argumentales con los que ha conseguido que no paremos de movernos de un lado a otro, exponiendo diferentes situaciones y diferentes personajes, con sus pros y sus contras que, de alguna manera, van a estar interactuando con todo este desastre. El tener la oportunidad de estar ahora con este y luego con aquel ha hecho que, siempre, haya algo que ver, algo que presenciar, que siempre haya algo a ocurrir. Y, poco a poco, la oscuridad se va propagando hasta tener una ambientación que camina vertiginosamente entre la desconfianza, la tensión, la crueldad, la locura. Las calles son un campo de batalla y eso jamás se va a olvidar. Las circunstancias por las que van a pasar los diferentes personajes van a ser duras, de peligro constante, carreras, peleas por tu propia vida. Todo se va a convertir en una carrera para llegar a un lugar a salvo, si es que algo así existe. Los diferentes obstáculos que se van a encontrar, escondidos bajo grupos de cazadores de otros supervivientes, se mezcla con un toque diferente, el punto de fantasía, lo sobrenatural, algo que, sí, me ha chocado un poco al no ver muy bien cómo quedaría cuadrado todo pero que, de manera satisfactoria, mete por ahí otro elemento a tener muy en cuenta y a evitar. Es por eso que estos primeros compases del libro, hasta la mitad, van a ser muy movidos. La autora se encarga no solo de dejarnos escenas que no nos dejarán respirar en ningún momento, sino también de profundizar y de seguir desarrollando todo esto del virus, teniendo ahí el misterio que, también, empaparán las páginas del libro. No obstante, todo esto se para de golpe una vez llegamos a una zona de la mitad de la lectura. Porque es, aquí, cuando el desarrollo de los personajes va a tener más cabida. Llega un punto en el que todas las historias chocan y se entrelazan, un sitio en común en el que todos estarán, siendo esos los momentos más monótonos del libro. Su día a día, de ir a por recursos, de dormir, comer, ir a explorar y vuelta a empezar. Hay alguna que otra revelación, alguna que otra sorpresa, pero van a ser los momentos más lentos y aburridos del libro. Sin embargo, Nora Roberts hace bien su papel, sabe cuándo terminar con ese argumento lineal y, pronto, revelará una nueva oscuridad que, una vez más, pondrá a nuestros protagonistas a prueba. Donde la sangre se derrama, donde elegir entre matar o salir corriendo será fundamental, donde confiar o no confiar volverá a ser el punto de más tensión. Una recta final de infarto que, además, nos allana el terreno hacia lo que está por venir, una primera parte que, solo, muestra lo más superficial de esta extinción.
Creo que una de las cosas que hay que resaltar como positivo es la manera en la que Nora Roberts ha ido narrando esta historia y la situación tan complicada que se va a vivir. Normalmente, cuando te adentras en un libro de virus extraños, apocalipsis y extinción de la humanidad, lo que ha iniciado todo eso siempre se muestra en el comienzo ya desarrollado.
Año Uno te lo explica todo desde el principio, y creo que ha sido la mejor decisión que podría haber tomado la autora. Si bien es cierto que, tras terminar de leer el libro, todavía quedan muchas preguntas a resolver en relación al virus, que se nos muestre de dónde sale, cómo afecta a los primeros contagiados y cómo se va propagando ha sido lo que le ha dado un toque interesante a los primeros compases de la lectura. Y, aunque también debería incluir como algo positivo o sorprendente la aparición de una trama paranormal que se mezclaba con toda esa parte apocalíptica, no ha sido del todo así. No os miento: ha sido una fusión curiosa que ha dejado partes muy guays, pero no he terminado de entender para qué están todos esos seres sobrenaturales de los que se hablan. Además, creo que no se han tratado de la mejor manera posible. Os he dicho que, en el caso del virus, todo está explicado desde el primer minuto. Esto de los poderes y las personas sobrenaturales, no. Aparecen de repente, y están ahí porque sí. o se nos da una explicación, cuándo surgieron, si siempre han estado ahí, escondidos, y el virus, de alguna manera, les ha dado más poder, los ha evolucionado. Se establecen y se acomodan dentro de una sociedad que, de repente, los conoce bien, sin cuestionarse qué son, de donde vienen, porqué están ahí. No hay curiosidad de la gente, no preguntan, no investigan. Su existencia está aceptada y, o bien se les tratan correctamente, o bien hay grupos que los cazan y los culpan de las cosas. Me hubiera gustado encontrar una explicación más vistosa, un surgimiento notorio como esto del virus y no una aparición repentina con la que te tienes que conformar.
Por último, quiero comentar una pequeña sensación que, todavía, está conmigo después de leer el libro. Cuando empecé Año Uno, tenía en mente el nombre que recibe el conjunto de los demás libros que van a formar esta trilogía, Crónicas de la Elegida. Con eso en mente, pensaba que la historia iba a tener, como uno de sus focos principales, a una chica que, después de todo el desastre, se iba a convertir en la que, de alguna manera, volvería a dar vida a la sociedad, al planeta, la que iba arreglar todo este asunto. Y, bueno, es así. Solo que no en este momento. A lo largo del libro nos vamos a topar con premoniciones, personajes con poderes que van a predecir el futuro y que van a hablar de una chica que se alzaría contra la oscuridad. Sin embargo, es cuando terminas el libro que te das cuenta de lo que realmente es esta primera parte, Año Uno. Os cuento esto porque quiero que tengáis en cuenta que son libros, al menos este, que van a asentar las bases del futuro. Es más, he mirado por curiosidad y, si mal no recuerdo, al segunda parte de esta trilogía se ambienta como unos diez años más tarde que todo esto. No os puedo explicar más sin entrar en el spoiler, pero este libro es el pasado a aquello que tiene que ocurrir según las visiones de algunos o algunas.
Por todo lo demás, para ser la primera toma de contacto con la autora, he quedado satisfecha. Año Uno es un inicio trepidante donde la humanidad, una vez más, se ve condenada, donde la supervivencia hará que todas las calles sean peligrosas, una trama vertiginosa que, mezclada con un toque paranormal, consigue que el libro se lea rápidamente, un estilo muy diferente en el que Nora Roberts parece encontrarse cómoda y segura. Otro éxito de la autora.
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