¡Hola ciudadanes! ¿Qué tal estáis? ¿Os ha ido bien esta semana? ¡Que ya estamos en un nuevo finde para disfrutar y descansar! Y seguramente para leer un montón. En el día de hoy os traigo una reseña de un libro que estaba deseando leer desde que se publicaron los primeros detalles de su trama. Os hablo de La voz de Amunet de Victoria Álvarez, un nuevo autoconclusivo de la autora que a estas alturas ya ha recibido numerosas opiniones buenísimas y que, desgraciadamente, vengo yo para poner un punto negativo en todo ello. Todo lo que tengo que decir lo vais a leer a continuación pero, en resumidas cuentas, esta no es una opinión positiva del libro. ¡Vamos allá!
Título original: -
Trilogía/Saga: No
Autor: Victoria Álvarez
Editorial: Nocturna
Páginas:712
Precio: 18€
ISBN: 9788416858880
SINOPSIS:
SINOPSIS:
Egipto, 1346 a.C.: Desde que tiene uso de razón, la pequeña Amunet ha sido capaz de comunicarse con los animales, pero su vida da un vuelco cuando los sacerdotes de Amón, el clero más poderoso del Antiguo Egipto, descubren su prodigioso don. Convencidos de que es la pieza que necesitaban en su rompecabezas político, se la llevan al templo de Ipet Sut, donde comenzará su formación como heka o hechicera al servicio de la familia real.
Egipto, 1799: Cuando el ejército de Napoleón Bonaparte se hace con el control de El Cairo, la banda de ladrones a la que pertenece Shaheen recibe el encargo de asaltar una antigua sepultura del Valle de los Nobles. Lo que Shaheen no sabe es que en esa tumba se encontrará con algo mucho más inquietante: el espíritu de la propia Amunet, atrapado durante más de tres mil años… y sediento de venganza. Desde ese momento, sus existencias se entrelazan de manera inevitable en un juego de poder enmarcado en el entorno de Bonaparte, sustituyendo el azul del Nilo y el oro del desierto por el rojo derramado en las calles del París revolucionario.
Para Amunet, comunicarse con los animales siempre ha sido un secreto a guardar, un don peculiar que pocos tienen. Pero, para aquellos que descubren lo que puede hacer, puede suponer lo que necesitan ahora que una terrible peste azota los diferentes territorios, llevándose consigo miles de muertes, la salvación de una llamada heka, una hechicera, capaz de pararle los pies a esa gran bestia negra. Amunet tendrá que controlar sus poderes, saber qué contiene su interior y, sobre todo, servir y estar a disposición de cualquiera que necesite sus servicios. Khay, por su parte, siempre ha deseado ser algo más, que la gente le vea más allá de su malformación en el pie, algo que siempre le ha acompañado bajo burlas y miradas despectivas. Su vida se basa en estudiar cualquier rama de conocimiento que, tras conocer a Amunet, también servirá para la labor de ésta. Unidos siendo niños y creciendo juntos, Amunet y Khay establecen una conexión única que, poco a poco, irá evolucionando hasta el punto de generar unos sentimientos que los pondrán a prueba una y otra vez. Años más tarde, en El Cairo, Shaheen es un forajido que, para sobrevivir, asalta esas tumbas de faraones plagadas de grandes tesoros. Contrabandistas del mercado negro, Shaheen trabaja mano a mano con su compañero, pero él también guarda un secreto que le arrastrará por un camino que jamás imaginó. Será entonces cuando conozca a Gabriel, un francés pelirrojo cuyo pasatiempo preferido es pasar tiempo dentro de habitaciones con mujeres, un historiador que acompañará a Shaheen por una misión crucial. Sin embargo, la tensión política francesa todavía está esperando a ser resuelta y Bonaparte no piensa desaprovechar la oportunidad que se le pone por delante. A pesar de estar alejados, Amunet, Khay, Shaheen y Gabriel unirán sus historias para intentar cambiar el pasado y, sobre todo, dar con el cauce real de su vida, moviéndose a través de situaciones que podrían aguardar peligros verdaderos... incluso de muerte.
Es posible que, comparándome con la mayoría de lectores y lectoras de Victoria Álvarez, sea de las pocas que he leído lo más nuevo de ella: La ciudad de las sombras y su continuación o Silverville, teniendo aún pendiente sus anteriores libros. Sin embargo, eso no impidió que me encantara desde el primer momento. En especial con Silverville, un libro que me atrapó y conquistó completamente hasta el punto de ser, actualmente, uno de mis libros preferidos. Cuando la autora anunció La voz de Amunet supe que tenía que leerlo sí o sí. ¡Venga ya! ¿Antiguo Egipto, época de faraones, con lo que me atrae a mí esta ambientación, mezclada con la época de Bonaparte, otra época que me gusta? Sí, tenía que leerlo. Así que ahí iba yo, cogiendo un buen tocho de más de setecientas páginas, deseando devorarlo y esperando que me gustase igual que Silverville... hasta que me empecé a tropezar con la historia una y otra y otra vez. Desgraciadamente, La voz de Amunet no ha sido el libro que esperaba y no ha funcionado para mí.
Usando siempre una narración en tercera persona a través de cuatro voces, Amunet, quien da título al libro pero que no será la protagonista principal de él, Khay, quien acompañará a Amunet dentro de la ambientación del Antiguo Egipto, Shaheen, un personaje que guarda sus propios secretos, y Gabriel, personaje francés que nos meterá de lleno en los planes de Bonaparte y en una situación donde Francia se sigue recuperando de la Revolución Industrial, La voz de Amunet es un libro que si bien es inteligente por estar cambiando continuamente de época, algo que le da un mayor dinamismo a la lectura y que demuestra algo complicado de hacer como es ambientar a la perfección dos mundos diferentes, creo que pronto pierde el rumbo de lo que se muestra en unos primeros capítulos que consiguen llamar tu atención, mostrar detalles muy interesantes con los que se pretende introducir una parte más sobrenatural y jugar ya con los primeros factores sorpresa que van a guiar el resto de la trama a partir de ese momento. No obstante, este primer compás de la novela poco a poco se irá ensombreciendo al seguir un camino que va desinflando esa sensación tan buena que deja de cara a un resto de trama que se me ha hecho muy cuesta arriba. Sinceramente, no he entendido muy bien el propósito de la historia que Victoria nos quiere narrar y contar en La voz de Amunet. Creía que iba a ser una historia de venganza, teniendo en cuenta la manera en la que empieza el libro, incluso en algunas partes se ve un posible inicio de rebelión que iba a cambiar el transcurso de la historia de Amunet, Khay y demás personajes para siempre, que me dio de nuevo una chispa de esperanza de poder ver, al fin, algo emocionante, pero seguía leyendo y no encontraba nada que me enganchase, una lectura que se me iba haciendo más y más aburrida al ver que no pasaba absolutamente nada. El libro en sí ha sido el acompañar a Amunet y a Khay a lo largo de su vida, desde que son pequeños hasta que crecen y van haciendo y labrando su propio destino, pasando por diferentes etapas, situaciones, momentos complicados y personales, y el acompañar a Shaheen y a Gabriel por un camino donde la tensión en Francia todavía pende de un hilo pero en el que, de nuevo, será mas importante el cambio que hay en la vida de los dos a raíz de una serie de eventos creados y centrados únicamente para ese propósito.
Luego, y sin desvelaros nada porque creo que son cositas que tenéis que descubrir vosotros y vosotras al leer este libro, hay algo que aparece desde el segundo capítulo y que es continuo hasta el final, llamémoslo el arco paranormal de esta historia, del que tampoco he entendido demasiado su por qué. Todo lo que provoca este arco paranormal en algunos de los personajes principales se aleja mucho de lo que realmente creía que iba a ocasionar, un propósito que también se va desviando poco a poco y que, al final, no he sido capaz de cogerle el gusto ni entender qué importancia tenía narrar de esa manera con ese personaje. Pensaba que iba a ser la parte donde se asentaran esos momentos de más peligro, donde iba a estar el espacio reservado para una trama adictiva, plagada de sucesos muy movidos pero es que no hay acción en casi ningún momento, un poco al principio y un poco al final, de lo mejor que ha tenido el libro bajo mi punto de vista. Así pues, no he encontrado ninguna trama, o subtrama, de espionaje o de traiciones políticas por ningún lado, algo que también creía que iba a pasar teniendo en cuenta, una vez más, el inicio del libro, quizás hay algo en la parte de Bonaparte, un poco más de estrategia militar ya por los últimos capítulos, pero tampoco es nada destacable. Con todo esto quiero decir que no he encontrado ninguna motivación que me empujara a seguir leyendo, haciendo que el libro haya tardado en leerlo tres semanas que se me han hecho eternas. Para mí ha sido una historia muy lineal cuando se entra en el contenido central de la novela en la que no mostraba nada interesante, el día tras día de sus personajes, escenas de drama en numerosas ocasiones que tampoco han conseguido convencerme, que personalmente no me han aportado nada y que he visto como de relleno, haciendo que algunos de los personajes me cabrearan un tanto por sus acciones y sus reacciones, incluso viendo más esta historia como una de romance y de intentar dejar atras el pasado más que otra cosa, aunque también se hayan quedado para mí algunos frentes abiertos. La historia, como he estado diciendo, no me ha atrapado, quizás Victoria quería crear una historia de personajes en este libro, pero de verdad que me he quedado con la sensación de que podría haber sido mucho más. Es por eso que La voz de Amunet no ha funcionado para mí, reconozco que parte de la culpa la tengo yo porque esperaba ver una historia diferente y la que me he encontrado no ha sido suficiente para entusiasmarme.
Lo mismo me ha sucedido con los personajes, que ya os he adelantado arriba algo de mis sensaciones con ellos, pero es que no he conectado con ninguno. Hasta ahora, nunca me había pasado con los personajes de Victoria ésto de no establecer conexión con ellos. Amunet al principio me estaba gustando, pero empiezan a pasarle cosas que enfrenta con un carácter que me ha gustado bien poco, usando un tono demasiado dramático sin oportunidad de dejar a los demás explicarse, creando en su mente una película que no era así en absoluto en realidad y que he entendido nada. Luego, Khay es que me ha pasado totalmente desapercibido, es el que menos he visto, notado y transmitido. Por otro lado, Shaheen tampoco me ha conseguido atrapar. Quizás es el personaje más interesante bajo mi punto de vista, es el que más posibilidades tenía de hacer un buen recorrido y arco argumental, pero creo que Victoria le pausa demasiado en la desconfianza y la traición y todos esos sentimientos que genera, como que se queda atrapado y no avanza del todo. Por último, Gabriel tampoco ha tenido un gran peso en el libro, tampoco ha tenido demasiada importancia para mí, ni relevancia. Son cuatro personajes muy diferentes con sus propias historias que, sin embargo, para mí se han quedado otra vez en nada.
Lo que sí tengo que destacar por encima de todo, lo que hace que sea lo mejor de este libro y algo que siempre consigue Victoria, es la magnífica ambientación que hay, tanto del Antiguo Egipto como la época de Bonaparte tras la Revolución Industrial. Ya sea caminando por un lado o por otro, creo que es de aplaudir que una autora consiga evocar dos cosas completamente diferentes sin problemas y de manera exacta, muy detallista, muy respetuosa con la propia historia, costumbres y la esencia que había en ese Egipto y en esa Francia. Si ya alucino cuando una autora o un autor desarrolla una ambientación rica, muy pegada a toda la documentación de investigación que ha hecho previamente, alucino el doble con el trabajazo que se ha marcado aquí Victoria para crear dos ambientaciones muy diferenciadas entre sí, plagada de destalles, de nombres, de sensaciones que te trasladan sin esfuerzo a las arenas del desierto y a las calles hediondas de París. Dentro del Antiguo Egipto tenemos el tema de los faraones, del que también se nota y mucho que Victoria ha buscando una información precisa que nos enseña de primera mano de qué manera era la religión y las creencias allí, todo lo relacionado con la muerte y el Más Allá, los rezos del día a día, las divinidades, incluso la manera de vestir, maquillarse, dar a luz. Son cosas que se agradecen porque, además de crear un buen escenario, enseña elementos que, probablemente, nunca han caído en nuestras manos para conocerlos de esta manera. Lo mismo ocurre con la parte de Francia, creo que se hace muy palpable la crisis que todavía se vive en el país después de todo lo que ha sufrido, lo maltrecho que está todo, la desconfianza, el temor. Victoria hace conexiones maravillosas con todo esto usando pequeños rasgos como el habla cotidiana que tienen sus habitantes, haciéndote una mas, o también insistiendo en la política de entonces.
Lo mismo me ha sucedido con los personajes, que ya os he adelantado arriba algo de mis sensaciones con ellos, pero es que no he conectado con ninguno. Hasta ahora, nunca me había pasado con los personajes de Victoria ésto de no establecer conexión con ellos. Amunet al principio me estaba gustando, pero empiezan a pasarle cosas que enfrenta con un carácter que me ha gustado bien poco, usando un tono demasiado dramático sin oportunidad de dejar a los demás explicarse, creando en su mente una película que no era así en absoluto en realidad y que he entendido nada. Luego, Khay es que me ha pasado totalmente desapercibido, es el que menos he visto, notado y transmitido. Por otro lado, Shaheen tampoco me ha conseguido atrapar. Quizás es el personaje más interesante bajo mi punto de vista, es el que más posibilidades tenía de hacer un buen recorrido y arco argumental, pero creo que Victoria le pausa demasiado en la desconfianza y la traición y todos esos sentimientos que genera, como que se queda atrapado y no avanza del todo. Por último, Gabriel tampoco ha tenido un gran peso en el libro, tampoco ha tenido demasiada importancia para mí, ni relevancia. Son cuatro personajes muy diferentes con sus propias historias que, sin embargo, para mí se han quedado otra vez en nada.
Lo que sí tengo que destacar por encima de todo, lo que hace que sea lo mejor de este libro y algo que siempre consigue Victoria, es la magnífica ambientación que hay, tanto del Antiguo Egipto como la época de Bonaparte tras la Revolución Industrial. Ya sea caminando por un lado o por otro, creo que es de aplaudir que una autora consiga evocar dos cosas completamente diferentes sin problemas y de manera exacta, muy detallista, muy respetuosa con la propia historia, costumbres y la esencia que había en ese Egipto y en esa Francia. Si ya alucino cuando una autora o un autor desarrolla una ambientación rica, muy pegada a toda la documentación de investigación que ha hecho previamente, alucino el doble con el trabajazo que se ha marcado aquí Victoria para crear dos ambientaciones muy diferenciadas entre sí, plagada de destalles, de nombres, de sensaciones que te trasladan sin esfuerzo a las arenas del desierto y a las calles hediondas de París. Dentro del Antiguo Egipto tenemos el tema de los faraones, del que también se nota y mucho que Victoria ha buscando una información precisa que nos enseña de primera mano de qué manera era la religión y las creencias allí, todo lo relacionado con la muerte y el Más Allá, los rezos del día a día, las divinidades, incluso la manera de vestir, maquillarse, dar a luz. Son cosas que se agradecen porque, además de crear un buen escenario, enseña elementos que, probablemente, nunca han caído en nuestras manos para conocerlos de esta manera. Lo mismo ocurre con la parte de Francia, creo que se hace muy palpable la crisis que todavía se vive en el país después de todo lo que ha sufrido, lo maltrecho que está todo, la desconfianza, el temor. Victoria hace conexiones maravillosas con todo esto usando pequeños rasgos como el habla cotidiana que tienen sus habitantes, haciéndote una mas, o también insistiendo en la política de entonces.
En resumen, La voz de Amunet brilla por su ambientación, algo con lo que sigue sin decepcionar su autora, dejando bien claro la gran capacidad que tiene de evocar sus diferentes historias pero que, sin embargo, para mí no brilla en casi nada más. Una trama que parece alejarse de su propósito inicial, que no deja momentos memorables y que se estanca en un argumento lento donde los personajes y sus vidas serán el foco central que ensombrecen la oportunidad de dejar un libro lleno de intriga, acción y plagado de tramas palaciegas que podrían haber dado mucho más de sí.
¡Muchas gracias a Nocturna por el envío del ejemplar!
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