¡Hola a todos! Espero que se encuentren muy bien. El día de hoy les traigo una entrada un poco diferente pero que espero sirva para que mis lectores que aún siguen por aquí (¡gracias chicos!) sepan por qué he sido tan poco constante con el blog y el canal.
Muchos me han dicho que no tengo que dar explicaciones, que no tendría que pedir perdón en las reseñas o los videos cuando no he subido algo tras un tiempo, pero yo creo que cuando tomamos el compromiso de hacer este tipo de proyectos y avisamos que tendremos contenido, es parte de nuestra responsabilidad el actualizar y cumplir con ello. Y es por eso que hoy traigo esta entrada.
2017 fue un año raro. No voy a decir que malo porque no fue así, pero sí fue un año complejo, donde viví muchísimos cambios interiores y donde tuve que enfrentarme a cosas de mí misma que no me gustaron. Fue un año donde viví muchos miedos, porque la ola de violencia en mi ciudad va en aumento y yo suelo moverme a pie, así que me sentía muchas veces indefensa y me la vivía a la defensiva/ofensiva, lo cual no es algo que me guste, pues suelo ser una persona bastante pacífica.
Después se dejó venir el sismo de septiembre y, cosa que no esperaba, me afectó muchísimo. Me hizo pensar en muchas cosas y ver el dolor ajeno me tumbó como pocos podrán imaginarse. Sé que soy muy sensible, razón por la cual casi no veo noticias, pero el sismo me tocó de una forma impactante y me era casi imposible deslindarme de ello.
Noviembre y diciembre trajeron más retos consigo, para mis seres queridos y para mi persona, por cuestiones de salud y económicas. Una de ellas es que ahora tengo la rodilla lastimada, lo cual no me permite bailar, al no poder bailar no puedo "liberarme" del estrés como normalmente lo hago, lo cual me llevó a subir de peso, lo cual a su vez me trajo frustración porque por la rodilla no podía hacer ejercicio... En fin, se hizo una cadena horrible que hasta la fecha no he podido romper.
Aunado a eso hubo muchos problemas para las personas que amo, y verlas abajo me dolía terriblemente. Experimentar esa rabia y esa impotencia de no poder ayudarlas... es algo horrible que espero jamás tengan que vivir.
Diciembre se me fue como agua. Fue un mes donde no hice casi nada, y eso se sumó a mis frustraciones del año. Poco a poco vi cómo se acababa 2017 y yo no lograba mis propósitos, ya no hablemos de mis retos de lecturas...
Luego se dejó venir una prueba más: hace unos días me enteré de que tenía que salirme del edificio donde vivo porque mi casera se alocó un poco con los contratos... así que he pasado estos días buscando casa y planeando una mudanza, consiguiendo cajas, empacando cosas, tirando otras...
En pocas palabras, lo último que he querido hacer en estos días es leer, menos aún reseñar, y menos aún subir videos o estar en redes, porque por lo general no tengo el ánimo para sonreír ante la cámara o hablar con las personas. Así es que es posible que me tome unos días o semanas, no lo sé, la verdad. Puede que en 3 días me vean de regreso y más fuerte que nunca, puede que me tome un poco más de tiempo, no lo sé.
Estaré trayendo reseñas los martes y viernes porque tengo un compromiso con las editoriales y no quiero fallarles, pero es probable que fuera de eso ande ausente. Quería que supieran esto, porque no quiero que piensen que abandoné esto por pereza, por desidia, porque "no conseguí suscriptores" o alguna jalada así...
Me chocan las etiquetas, me chocan las casillas. Prefiero explicar las cosas, dar la cara, y de paso compartirles un poco de mi vida, porque muchas veces solo vemos la "cara feliz" de las personas en sus redes, pero no las pruebas que puedan estar atravesando.
Espero seguirlos leyendo hoy y siempre. Sus comentarios y palabras me dan una luz que no imaginan. Los quiero y les agradezco enormemente su apoyo y comprensión. A todos, gracias.
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