domingo, 31 de enero de 2016

Hablemos sobre... #7: Cuando las expectativas no cumplen su objetivo

¡Hola ciudadanos! Nuevo debate a la vista. Esta mañana me he levantado con una idea rondándome a la cabeza ya que es algo que no me pasa muy a menudo, pero cuando me pasa, me siento en apuros. He decidido desempolvar esta sección una vez más para explicaros que es lo que pienso sobre el tema que habéis visto en el título de la entrada. Si no lo entendéis, hace referencia a esas lecturas sobre las cuales tenías expectativas muy altas y que, al final, acaba siendo una lectura tediosa y que si terminas es porque le has rezado al Ángel Raziel, a Zeus, la líder de los Luxen e incluso lo has jurado por Patch y por Peeta. En fin, que os quería hablar sobre mi sensación a la hora de encontrare con un libro que no puedo acabar ni en sueños bonitos y en las consecuencias que tiene eso. ¡Adelante!

Os lo vuelvo a repetir: esto me ocurre más bien poco. Cada vez que tengo un libro en mis manos es porque he investigado lo suficiente como para saber que tiene toques, elementos o está ambientado sobre cosas que me llaman mucho y me van a gustar sí o sí. Sin embargo, por mucho que te hayas estudiado el libro antes de hacerte con él o hayas leído un sin fin de reseñas para poder hacerte una idea global de él, existen momentos en los que frases, argumentos, escenas o tópicos hacen caer al libro en un oscuro abismo del que es difícil rescatarlo. Haciendo memoria, son menos de diez libros los que puedo contar como esta experiencia. Hay algunos que han provenido de mi cartera, comprados, y hay otros que proceden de editoriales. De esto, más concretamente, quiero hablar.

Hace poco me encontré en la siguiente situación. Una editorial totalmente nueva que había publicado por primera vez la historia de un autor español se puso en contacto conmigo. Me ofrecieron un ejemplar del primer volumen para que lo leyese e hiciera reseña. Aunque estaba hasta arriba de cosas, les comenté que, si me lo enviaban, tuvieran en la cabeza que no podía prometerles una reseña temprana ya que tenía otros libros por delante, pero con toda la sonrisa del mundo en la cara, me dijeron que no existía ningún problema. Al principio pintaba bien la cosa: secreto familiares, poderes extraños y un destino que la protagonista no podía evitar. Me diréis: "Sandra, eso suena a tópico". No os lo negaré, pero la curiosidad pudo más.

Me puse con él en cuanto pude, tiene una edición que favorecía la lectura ya que, en nada de tiempo, ya me había leído las primeras 150 páginas. Y no pude más. Podría haber dejado el libro aparcado desde la página 50, pero seguí por educación a al editorial y al trabajo del autor. Pero lo que estaba leyendo me estaba volviendo loca. A lo que voy, empecé a dudar de si dejarlo de verdad o terminarlo y hacerles el favor de hacer reseña. Pero pensándolo bien, la reseña no iba a ser positiva y, al final, también acabaría perjudicando la imagen del libro. Esa sí que era la primera vez que abandonaba un libro de editorial y no sabía como reaccionar. Pregunté y pregunté y me aconsejaron que dijese la verdad, que el libro no me estaba gustando, la lectura era infumable y no podía continuarlo así.

Con nervios y con algo de miedo, para qué engañarnos, les mandé un mensaje a la editorial comentándoles que, para hacerle reseña negativa al blog, mejor no hacérsela. Ni cinco minutos tardaron en contestarme. Y me encantó la amabilidad que seguí recibiendo. Sin ningún problema, entendieron mi postura y respetaron mi decisión. 

¿Porqué os estoy contando esto? Porque sé casos de personas, lectores como nosotros, que reciben un libro de editorial, ven que no les convence o que no le gustan pero que, por no hacerle un feo a la editorial, acaban terminando una historia que ha sido más un sufrimiento que un entretenimiento. Y sé también porqué hay "miedo" a la hora de decirle a una editorial que el libro no ha gustado, porque también hay situaciones de bloggeros que, por dar una opinión totalmente sincera, se han visto en la situación de ser rechazado en un futuro por editoriales. 

La cuestión es que sí, entiendo que una parte de nosotros se vea cohibido a la hora de dar una opinión sincera porque, al fin y al cabo, existe la posibilidad de conseguir un enfado por parte de aquellos que buscaban una opinión buena y no otra de tu parte. Y también sé que la gran mayoría de nosotros se pasa esto por donde sé y dan su opinión, sin importar lo que pase después. Pero también sé (que pesada estoy con el saber) que aquellos blogs que acaban de empezar y que consiguen sus primeras colaboraciones quieren dar una buena imagen. Mi consejo, las editoriales van a agradecer mucho más una opinión sincera que una que está solo hecha para complacerla. Y si de verdad una editorial rechaza tu opinión de cualquier manera, es porque realmente no merece tu atención. 

¿Qué me decís vosotros? ¿Os habéis visto alguna vez en la situación de decirle a al editorial que no puedes terminar uno de sus libros?


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