viernes, 17 de enero de 2020

Reseña 'El alma de la espada' de Julie Kagawa

¡Hola ciudadanos/as! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo lleváis la semana? ¡Espero que super bien! Estreno, al fin, las reseñas de este 2020. En realidad tendría que haber estrenado esto hace un par de días, pero ya me conocéis. Soy un desastre. Sin embargo, aquí estoy ya con una nueva opinión bajo el brazo, así que aquí os la quiero dejar. En el día de hoy, y como primera reseña de este nuevo año, vengo con El alma de la espada, la esperada segunda parte de La sombra del zorro de Julie Kagawa. Me hace feliz ver que las continuaciones se publican con rapidez, últimamente estoy viendo esa tendencia en algunas editorial y, oye, living estoy. Así la historia no se pierde tanto tiempo por nuestra mente. El alma de la espada llegaba después de que La sombra del zorro me encantara, así que tenía muchísimas ganas de volver a arroparme dentro de este magnífico mundo. ¿Queréis saber qué me ha parecido esta segunda parte? Pues aquí debajo os dejo mis impresiones. Pero antes...

AVISO: Si sigues leyendo encontrarás spoilers del libro anterior


Título: El alma de la espada
Título original: Soul of the Sword
Trilogía/Saga: Sí
Autor/a: Julie Kagawa
Traductor/a: Marcelo Andrés Manuel Bellon
Editorial: Océano Gran Travesía
Páginas: 532
Precio: 18,95€
ISBN: 9788412056013

SINOPSIS:
Hace mil años se concedió un deseo, y con él se forjó una espada de ira y relámpago: Kamigoroshi, la Asesina de Dioses. Un arma lo suficientemente poderosa para confinar eternamente al temible ogro Hakaimono. Pero ahora el demonio se ha liberado. Yumeko, una chica mitad zorro kitsune con capacidad de urdir ilusiones, tiene una misión que cumplir: llevar su fragmento del antiguo y poderoso Pergamino de las Mil Oraciones al Templo de la Pluma de Acero, y así evitar la venida del Heraldo del Cambio, el Gran Dragón, que concederá un deseo al portador del pergamino. Pero ahora ella tiene un nuevo enemigo, más peligroso que cualquiera con quien se haya enfrentado. El demonio Hakaimono es libre por fin, y ha poseído a la persona en la que Yumeko confiaba su protección, Kage Tatsumi, el valeroso guerrero del Clan de la Sombra. Hakaimono tiene un solo objetivo: romper la maldición de la espada, liberarse, y sumir al mundo en el caos y la destrucción. Pero para hacerlo necesitará el pergamino, y Yumeko es la única que se interpone en su camino.
Hakaimono ha despertado. Libreado de la espada mata demonios conocida como Kamigoroshi, ahora controla el cuerpo de Tatsumi. Generando caos allá por donde va, Hakaimono tiene sed de venganza, de ir contra el clan de los Kage y, así, devolverle de manera sangrienta todos los años que ha estado recluido y avergonzado sin apenas poder en una espada. Mucho ha cambiado el mundo desde que Hakaimono era libre y la historia no perdona. Sin embargo, está dispuesto a volver a ganarse el título de uno de los demonios más poderosos y temidos y, para ello, necesita desesperadamente destruir a Kamigoroshi para evitar volver a ese dichoso espacio. Por su parte, Yumeko está destrozada. Perder a Tatsumi ha sido un golpe duro, aunque la misión de devolver el trozo de pergamino al Templo de la Pluma de Acero sigue en pie. Acompañada por su peculiar grupo, formado por un noble, un ronin, una sacerdotisa, dos perros guardianes y un sacerdote, pronto descubrirá que todavía hay grandes pruebas y retos esperando en su camino. Librear a Tatsumi pronto se vuelve una necesidad, conseguir, de alguna manera, separar a Hakaimono de su cuerpo para volver a encerrarlo. Pero dentro del clan familiar de los Kage hay dos vertientes, aquella que está dispuesta a darle a Yumeko lo que necesita para salvar a Tatsumi y aquellos que intentarán, por todos los medios, deshacerse de él. Cuando Yumeko averigua los verdaderos planes de Hakaimono, un reloj se pondrá en marcha cuenta atrás. Porque si Yumeko no llega a tiempo al Templo de la Pluma de Acero, todo su mundo, tal y como lo conoce, podría destruirse para siempre. Y, cuando desde las sombras acecha un poder mucho más retorcido y oscuro, las decisiones desesperadas serán la última salvación.

La sombra del zorro fue un libro que me encantó de principio a fin. Ambientada en un Japón feudal, repleto de clanes, familias poderosas y samuráis, me gustó muchísimo la vida que Julie Kagawa le dio a la mitología y folclore del país nipón. Creo que creó un libro adictivo, entretenido y muy interesante, donde empaparse de las creencias japonesas era parte de la magia de la historia. Así pues, El alma de la espada llegaba como una segunda parte que me iba a dar nuevas cosas y un poco más de todo esto, pero finalmente no lo he notado como un libro que explorara grandes cosas. Me ha gustado, ha sido una segunda parte satisfactoria pero que, sin embargo, no ha logrado captar o seguir la esencia de su primera parte.

Usando una narración en primera persona, Yumeko no será la única que narrará en esta ocasión, teniendo también a Hakaimono y, de vez en cuando, a Tatsumi contándonos parte de la historia, además de una invitada especial que, también, tendrá su papel protagonista en este segundo libro. Dividido en tres partes, la primera es una extensión de los últimos acontecimientos de La sombra del zorro, viendo las primeras consecuencias de la liberación de Hakaimono y la reorganización de todos los planes y misiones, ahora que la cosa se ha puesto un poco más complicada. Desde la primera página, se nota que El alma de la espada es un libro más pausado, dado a desarrollar mejor a los personajes y su destino después de todo lo ocurrido anteriormente. Las primeras páginas no se moverán demasiado, teniendo momentos pausados en los que ponerse en claro en lo que hacer, o no, será lo primordial. Poco a poco van saliendo cositas a lo que agarrarse, momentos algo más rápidos y más emocionantes, pero no llegan al nivel de todas esas batallas que, por ejemplo, tenemos desde el comienzo en La sombra del zorro. Sigue habiendo, en esta segunda parte, ese toque de peligro, de pensar que cualquier fallo, cualquier palabra o despiste, puede enfadar a la gente equivocada y meterte en un juego de vida o muerte. Es algo que se ha notado, que le ha dado a la lectura ese tono más urgente, más serio, más de estar atento a cualquier cambio. Creo que Julie Kagawa ha querido jugar a dos bandas en esta ocasión. Por un lado, darle a Yumeko la parte más sentimental, más emocional, más lógica. El pararnos a elaborar o matizar nuevos planes, el hacer sobresalir con ella nuevas partes de la ambientación, sobre todo concentrarse en una trama más razonable al tener que pensar cada movimiento de manera exacta y concreta. Se ha notado la separación de Yumeko y Tatsumi en el sentido de que Yumeko tiene la parte de la trama más monótona donde se va a tener que concretar el paso que se va a dar ahora. Por su parte, los capítulos narrados por Tatsumi y Hakaimono son los que han dado un soplo de aire fresco y ha conseguido que no nos quedemos estancados en una trama que, con Yumeko, parece no avanzar ni aportar gran cosa. Ambos personajes nos introducen de nuevo en ese mundo de demonios, ese mundo mitológico que tanto me enganchó y gustó, volviendo a esa estela de estar rodeados de la cultura nipona. Son estos momentos los que guardan escenas de pura acción, batallas sangrientas, juegos de miradas o juegos de inteligencia, pícaros, de engaño, entre diferentes personajes. De dejar creer a los demás que no eres nadie para dar el golpe final de manera inesperada. Se ha notado que la segunda parte empieza a coger un ritmo más vivo, todo lo que se ha planeado en la primera empieza a ponerse en marcha, donde la tercera y última parte estallará de manera inevitable en grandes enfrentamientos que tendrán de todo: sorpresas, apariciones estelares e inesperadas, giros en la trama, una lucha bestial y enorme que, además, sigue escondiendo sus propios secretos. Todavía queda mucho por pasar, es algo que ya en los últimos compases de la novela queda palpable y, con ese final, sabes que algo gordo está a punto de suceder y de llegar. El alma de la espada es un libro que se ha tomado su tiempo hasta llegar aquí, un desarrollo de personajes y de historia que se ha ido creciendo a medida que las páginas van pasando para darnos un final que nos deja con ganas de más y de querer leer ya el último libro de esta trilogía.

Si comparamos La sombra del zorro con El alma de la espada, se nota que hay un cambio de ritmo y de tipo de historia. Mientras que la primera era más vertiginosa, de tener muchos más momentos trepidantes en los que apenas nos podemos parar para descansar, en esta segunda, como digo, vamos a encontrar una trama más lenta y centrada en conocer otros aspectos de la ambientación que no dan tanto movimiento. El enfoque, en esta ocasión, está en el mundo político y de clanes que, desde el primer momento, sabemos que conforma esta sociedad. Aunque no se llega a explorar de manera profunda todos los tejemanejes que hay, las alianzas, las rivalidades y los apellidos familiares, algo que sí tiene El alma de la espada es la visión de uno de los clanes más importantes y más peligrosos que hay: los Kage. Ya en el primer libro, La sombra del zorro, tenemos conocimiento de este clan a través de Tatsumi. Pero aquí nos adentramos del todo en su territorio. Ha dejado cosas muy interesantes. Ver de qué manera funciona realmente el centro de una familia o clan ha sido bastante emocionante. Es lo que le ha otorgado al libro ese tono de preocupación o de peligro, el no saber por donde te puede salir un nuevo enemigo. Además, hay tensión, demasiada, algo que también ha sobresalido sin problemas a lo largo de la lectura para hacernos ver que, ni siquiera entre ellos, hay un lugar seguro. Sin embargo, esto también ha hecho que toda esa exploración del mundo mitológico se reduzca considerablemente. Aunque la parte de Tatsumi y Hakaimono, como he comentado, si nos ofrece ese escenario, ya no se nota de la misma manera. Aún así, El alma de la espada ofrece cosas nuevas, explora lugares diferentes, tanto en el mundo de los humanos como el que hay entre este y el de los demonios, dejando una segunda parte con sus propias características. 

En conclusión, El alma de la espada es una continuación que se aleja algo del sentimiento que dejó La sombra del zorro pero que, sin embargo, sigue funcionando. Una trama mucho más pausada, en este libro nos enfocaremos en elementos nuevos y diferentes, algunos con muchas sorpresas, haciendo que todo este mundo del Japón feudal crezca por otro camino hasta tener un final de infarto con el que aún podemos colgar el cartel de ser una historia altamente recomendable.





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