jueves, 11 de julio de 2019

Reseña 'Tess del camino' de Rachel Hartman

¡Hola ciudadanes! ¿Qué tal estáis? ¡Espero que genial! Por aquí vuelve a apretar el calor y lloro, que yo necesito el frío de manera urgente T_T En el día de hoy regreso con una nueva reseña de uno de los últimos libros que he estado leyendo ne estos días: Tess del camino. Ambientado en el mismo universo que Seraphina, Tess del camino es el inicio de una bilogía de fantasía que llegaba a España pintando demasiado bien con ese pedazo de dragón en su portada y una historia que parecía estar muy relacionada con una aventura épica a lomos de ese ser o, por el contrario, una lucha contra él. Desgraciadamente, Tess del camino ha sido un libro tan pesado e imposible que se ha convertido en mi primer abandono de este año. Y no sabéis lo que me duele decir esto. ¿A qué se debe esta decisión? ¡Os cuento más a continuación!
Título: Tess del camino
Título original: Tess on the road
Trilogía/Saga: Sí. Bilogía
Autor: Rachel Hartman
Editorial: Nocturna
Páginas: 576
Precio: 18€
ISBN: 9788416858927

SINOPSIS:
En el reino de Goredd, de las mujeres se espera que sean damas; de los hombres, que las custodien; y de los dragones... En fin, de ellos no se espera nada bueno. Tess no encaja en ninguna de esas tres categorías. Ella es... diferente. Ni siquiera intenta parecer respetable, a diferencia de su hermanastra Seraphina. Un día llega demasiado lejos: lo que hace mancha tanto su reputación que su familia decide enviarla a un convento. Pero Tess escoge otra senda: se corta el pelo, se disfraza de hombre y emprende un viaje por las fascinantes Tierras del Sur, donde descubrirá que no es posible huir de un sitio sin avanzar al mismo tiempo hacia otro lugar. Tess del camino es la nueva novela de la autora de Seraphina, reconocida con un gran éxito de ventas y crítica. Ambientada en el mismo mundo y con algunos personajes en común, aunque de lectura independiente, da comienzo a una bilogía fantástica protagonizada por una joven atípica e imperfecta.


Normalmente este espacio lo tengo dedicado a contar, con mis palabras, la premisa de este primer libro de bilogía que ha llegado hace nada a nuestro país. Sin embargo, os he comentado que Tess del camino ha sido un libro que, por las causas que os voy a contar más adelante, he tenido que abandonar sin poder terminarlo, por lo que no tengo, con más de la mitad del libro leído, nada que aportar más allá de lo que cuenta la propia sinopsis, que la tenéis arriba. Si tuviera que hacer un resumen de todo lo que ha sido la lectura de este libro hasta donde he llegado, os estaría contando lo mismo otra vez. Por ello, en esta ocasión he querido prescindir de ese resumen habitual que hago para lanzarme, de lleno, en la completa opinión de este libro.

Narrado en todo momento en tercera persona a través de los ojos de Tess, ya en los primeros capítulos tenemos un primer contacto de la manera en la que esta historia va a estar narrada, unas primeras páginas que, si bien se enfocan directamente sobre el personaje de Tess, estando con ella desde que era pequeña y viendo cómo va creciendo a medida que vamos leyendo hasta tener la Tess que va a protagonizar el resto del libro, la densidad de la historia empieza ya a entorpecer y ralentizar una lectura que va a mantener el mismo estilo sin parar de ahí hasta adelante. Combinando entre el desarrollo de una ambientación plagada de elementos y detalles, rica en cultura y vida, y entre el crecimiento y pasado de Tess, teniendo de vez en cuanto saltos temporales que nos acercan más al modelo que representa Tess en esta sociedad, he de reconocer que, aunque iba con bastante lentitud leyendo, todavía me encontraba a gusto, absorbiendo un montón de cosas por todos lados y recibiendo nueva información que me gustaba y asombraba cada vez más por estar inmensa dentro de una imaginación desbordante por parte de la autora. Y, aunque estos momentos no daban gran cosa, no nos acercaban a una aventura plagada de acción y emoción, el cambio que hay en cierto momento sí que animó más el ritmo de la lectura, el inicio de un viaje que ya estaba esperando con ganas y que arranca caminando entre diferentes ciudades, conociendo nuevas costumbres y personajes, acercándonos más y más a una Tess que, poco a poco, se nos va abriendo para revelarnos sus secretos, sus miedos, sus preocupaciones, sus demonios y sus aspiraciones. Es aquí donde nos metíamos en más líos, interaccionando con personajes que daban juego a una historia que comenzaba a mostrar algo más de entusiasmo, más rapidez, más entretenimiento, llevándonos por espacios donde el peligro comenzaba a acechar, donde la ambientación seguía creciendo, donde los mitos eran una parte importante del recorrido de este libro. Sin embargo, lo que parecía prometer esa aventura épica que estaba deseando saborear se va quedado atrás al ver que todas esas escenas no terminaban de explotar del todo, llevando el estilo narrativo hacia un camino con el que se regresa a la lentitud, donde la monotonía de las escenas y de ver que no pasa absolutamente nada hace mella para dar la sensación de pesadez, aburrimiento, de tener una lectura demasiado densa que se paraba en sitios que daban demasiado relleno, abultando un libro que, justo ahí, se me ha empezado a atragantar. No tenía ganas de leer, no había motivación porque tampoco estaba enganchada a nada, llevando ya un tiempo despegada de esta historia y sus páginas. Y, viendo que la cosa seguía igual, echando un vistazo a lo que me quedaba de lectura y comprobando que nada cambiaba, que esa narración lineal se extendía hasta el final del libro, decidí abandonarlo. Porque ya no podía arrastrar más un libro que se me estaba haciendo bola desde hacía más de dos semanas.

Mi principal problema con este libro es que, en ningún momento, he comprendido qué diantres quería contar la autora con esta historia. Ojo, sí que he comprendido que se trata de un libro hecho para dar vida y dar evolución a un personaje que, viviendo en una sociedad tan patriarcal, marcaba la diferencia. Ese punto sí me ha gustado. El papel que representa Tess creo que es bastante soberbio. Una chica que, creciendo bajo unas normas sociales impuestas por su madre para ser la mujer perfecta de cara a su adultez, decide resistirse, dar un toque rebelde y cambiar el rumbo de su vida completamente. Tess es cabezota, arrogante, incluso muchas veces me ha caído mal de lo prepotente y contestona que era, de ver que ni ella misma era capaz de asumir la realidad de lo que estaba viviendo, de comprender y escuchar lo que le estaban contando. Pero creo que esa es la esencia de este personaje, no cumplir con los estereotipos que se esperan, en la sociedad que Rachel Hartman nos presenta, para las mujeres. Sumisas, buenas madres y buenas esposas, Tess es todo lo contrario. Y este libro es el viaje que Tess necesita para liberarse y romper con un pasado que la ahogaba, la apresaba, la llevaban hacia un futuro detestable. Además, me ha parecido una delicia, entre otras cosas que comentaré también más abajo, que Hartman haya añadido sin pelos en la lengua la realidad que vivimos las mujeres con nuestro cuerpo. La menstruación, la curiosidad y la exploración de cada uno de nuestros rincones. El sexo, el embarazo y el proceso del parto. Creo que ha sido bastante natural y realista, y es de agradecer que en un libro aparezca una representación mucho más cercana de todo esto. Pero, ¿ya está? ¿Tess del camino está hecho sólo para ver cómo Tess se revela ante el sistema social que existe? Es decir, creo que tiene elementos suficientes para ser mucho más. Y sé que hay cosas que no he logrado ver ni comprender porque están escondidas en metáforas rebuscadas en un mundo de fantasía demasiado vivo y extenso. A veces la trama me resultaba sosa, no me decía nada. Me han sobrado muchísimas páginas y escenas porque, de verdad, no entendía para qué servían. 

Y esto está en relación con la magnífica ambientación que Rachel Hartman siempre ha traído en sus libros. Si no habéis probado nunca la pluma de esta autora, os la recomiendo muchísimo dentro del género de fantasía. Es bestial todo lo que puede tener esta mujer en su cabeza. Puede apabullar y puede cansar, pero es fantástica. Puede que suene muy contradictorio, pero la ambientación me ha flipado por lo grande que es, por la cantidad de  esquinas y recovecos que tiene, por cada detalle que da pero, a su vez, me ha resultado muy pesada. Y esto me pasaba cuando la autora empezaba a irse por las ramas para contarte la historia de tal santo (que en esta sociedad le dan bastante a la religión y, dios, que tostón, de verdad), y por qué esa ciudad veneraba a ese o al otro. Páginas y páginas de relleno que no aportaban nada de nada a la historia principal de Tess que, desgraciadamente, hacía eterno el libro, parecía que nunca se iba a terminar. O cuando empezaba a describir la maldita tierra que pisaba Tess en su viaje, contando de qué estaba hecha y de donde provenía y dando un salto no se cuantos años atrás para contarte una leyenda que también se hacía eterna y tampoco ofrecía gran cosa a la historia principal. Por cierto, NO HAY DRAGONES EN ESTE LIBRO. Es lo que más me ha chocado, más me ha fastidiado, más me ha impactado. ¿Cómo es que en la portada se ve un dragón precioso pero en la historia ES QUE NO HAY NI UN MALDITO DRAGÓN? Creo que mi rendición con este libro viene también de imaginar una historia completamente diferente donde los dragones estaban presentes y tenían su protagonismo. Pero no. Si esperáis dragones, espero que estéis sentados y sentadas, porque no llegan nunca.

En fin, que Tess del camino no ha sido un libro para mí. Una historia demasiado densa, demasiado lineal, aburrida y monótona, logra destacar por un par de elementos que consiguen asombrar y dar un buen toque a una lectura que, desgraciadamente, se me ha atragantado hasta el punto de rendirme y decidir no continuar a poco más de ciento cincuenta páginas del final. Un libro que, personalmente, no ha conseguido surcar los cielos sino que, más bien, se ha estrellado.

¡Muchas gracias a Nocturna por el envío del ejemplar!





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