¡Hola ciudadanos! ¿Cómo lleváis este miércoles? ¡Espero que genial! Hoy, además de una nueva reseña que publicaré más tarde, quiero dejaros por aquí un nuevo debate sobre un tema que he visto recientemente por twitter a modo de pregunta. Como sabréis (y si no, os lo digo ahora), hace un año empecé mis prácticas de ciclo superior en una librería de la ciudad, donde pude meterme en los entresijos de lo que es el sueño de muchos y muchas y descubrir la manera en la que tratan los diferentes tipos o géneros literarios que venden. Así pues, hoy os quiero hablar de mi visión sobre cómo se trata la literatura juvenil en librerías (al menos, en la que yo estuve).


Estuve tres meses y algo más trabajando en una librería muy, pero que muy concurrida. Se hacían presentaciones, eventos, teatros, conciertos, exposiciones. Sí, había bastante gente por aquí y por allá. El problema es que este tipo de actividades sólo atraía a un publico adulto ya que todas, o el 90% de estos eventos, tenían como publico objetivo a este tipo de consumidor. No se hacía nada llamativo o interesante para que los jóvenes pudieran ir, se sentasen y descubrieran ese pequeño rincón lleno de ricas historias para poder introducirse en ellas y conocerlas. Creo que, en parte, esto de dejar a la literatura juvenil olvidada al fondo de la librería, sin querer hacer nada con ella, es por la idea que muchos y muchas tienen en mente de ella: no es de calidad, esa historia seguro que está llena de clichés ñoños, no vale la pena centrarse en este libro porque no es comparable a los grandes de la literatura... y más cosas así. Vale, cada autor/a es único. Vale, dentro de la literatura juvenil te puedes encontrar libros con muchísima calidad narrativa o, por el contrario, nada de calidad. Es cierto que los autores clásicos son como dioses para muchos y muchas pero ellos también empezaron en algún momento y, seguramente, no todo el mundo apostaba por ellos o ellas. ¿Por qué entonces a la literatura juvenil no se le trata también así? ¿Por qué no se le da una oportunidad? ¿Por qué nos quejamos cuando decimos que los jóvenes no leemos (mentira, sí que leemos y muchísimo), y no hacemos nada para remediarlo?

Sea como sea, la literatura juvenil en librerías está mal tratada. No se le da protagonismo, suele estar al final de la librería o incluso en el segundo piso, si la librería lo tiene, donde poca gente va, como diciendo que no interesa. No se anima a los jóvenes a acercarse y, cuando alguien lo intenta, encuentra bastantes dificultades (experiencia personal). No es que los jóvenes no leamos o no visitemos librerías. Simplemente la labor de muchos y muchas es tan escasa que no se sientan a pensar en hacer algo para motivarlos. Sí que se lee, el problema es que la literatura juvenil desgraciadamente se suele asociar con lo que he dicho arriba, no es de calidad, cuando no es verdad. Un libro para adultos puede ser un petardo y un libro para jóvenes puede ser una gran joya. ¿Leemos mal? No. Leemos lo que nos gusta y lo que queremos, aquello que también tiene calidad. ¿Los jóvenes no leen porque se dedican a leer libros que no están firmados por los grandes autores contemporáneos? Sí que leemos, solo que el estereotipo que conlleva lo que leemos te hace creer que no lo hacemos porque, para ti, eso es no saber leer. Entonces, ¿qué se debería cambiar en un primer momento?
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